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In memoriam del doctor Eduardo

 

El pasado 17 de marzo la Facultad de Medicina sufrió la irreparable pérdida del doctor Eduardo Jurado, hasta entonces Jefe de la Subdivisión de Maestrías y Doctorados de la División de Estudios de Posgrado e Investigación.

Con estas palabras queremos rendir un homenaje a quien se responsabilizó, entre otras tareas, de promover las Reuniones de Estudiantes en Investigación Biomédica y de la Salud, dirigidas a conjuntar esfuerzos de los estudiantes de pregrado y posgrado a nivel nacional. Don Eduardo asumió esta responsabilidad con la filosofía de integrar esfuerzos para mostrar de conjunto el camino de la investigación; quería que los jóvenes pudiesen tener delante de sus ojos un sendero abierto y claro por el cual transitar.

Breve resumen curricular del Dr. Eduardo Jurado García

 

I-XII-1921 - XVII-III-1998

 

Su producción científica en torno al prematuro y a los problemas del nacimiento, abarcó desde la bioquímica, la Fisiología, la Hematología, la Nutrición, hasta los aspectos Psicosociales del problema.

Su formación, vida profesional y académica puede resumirse de la siguiente forma:

 

Médico Cirujano y Partero, egresado de la Escuela Médico Militar en 1945.

Maestro en Ciencias sanitarias, Escuela de Salubridad e Higiene de México, 1947.

Diplomado en bioquímica,

Instituto Nacional de Nutrición, 1959.

Research Fellow in Pediatrics, Boston Lying in Hospital, E.E.U.U. 1960-61.

Research Fellow in Pediatrics, Harvard College Boston, Mass., E.E.U.U. 1960-61.

Investigador en Neonatología, Clinique Baudelocque, París, Francia, 1963-64.

Diplomado en técnicas básicas en radioisótopos e instrumentación nuclear, Escuela Superior de Física y Matemáticas del IPN. 1966.

 

Profesor de:

Anatomía patológica, Facultad de Medicina, Universidad Nicolaita, 1947.

Clínica de endocrinología y fisiopatología, Escuela Médico Militar, 1947.

Clínica de endocrinología y nutrición, Escuela Médico Militar, 1948.

Dietética, Escuela Médico Militar, 1951.

Bromatología y nutriología Escuela de Salubridad e Higiene de México, 1951.

Terapéutica general, Escuela Médico Militar, 1956.

Higiene militar y medicina preventiva, Escuela Médico Militar, 1956.

Profesor en innumerables cursos monográficos, congresos y simposia.

 

Actividad Institucional

Investigador C, Departamento de Fisiología, Facultad de Medicina UNAM, 1948.

Director Médico, Centro de Salud Tacuba, SSA, 1953.

Investigador Jefe de Laboratorio, Departamento de Prematuros. Hospital Infantil de México, 1955.

Jefe de Laboratorio, Departamento de Neonatología, Hospital Infantil de México, 1968.

Director General del Hospital del Niño del IMAN, 1972-1975.

Fundador y Director del Instituto Nacional de Perinatología IMAN, luego DIF, 1976-1982

Subdirector, Instituto Nacional de Ciencia y Tecnología para la Salud del Niño DIF, 1982-1986.

Director, Instituto Nacional de Salud Mental DIF, 1986-1989.

Jefe de la Subdivisión de Maestrías y Doctorados de la División de Estudios de Posgrado e Investigación, Facultad de Medicina UNAM, 1996-1998.

 

Colaborador desde su inicio de:

GEN, Grupo de Estudio del Nacimiento, donde fue director médico.

CIMIGEN, Centro de Investigación Materno Infantil del Grupo de Estudios del Nacimiento.

El doctor Eduardo Jurado era un vivo ejemplo de esa inquietud por explorar senderos y abrir caminos que diesen sentido a nuestra existencia como médicos y profesionales. Sobre todo, para orientar la investigación a la innovación, al cambio; y para demandar que el investigador asuma su responsabilidad no sólo profesional y académica, sino social.

Consideraba que el desarrollo humano es producto del desarrollo físico, del despliegue de las capacidades mentales y de la inserción en la vida social como seres productivos. La aventura intelectual y humana del doctor Jurado se inicia cuando trabaja con los prematuros del Hospital Infantil de México y descubre que, la prematurez es el antecedente de muchas secuelas que gravitan sobre el ser humano provocando discapacidad e invalidez, entre otras cosas. Sus estudios sobre las consecuencias de la prematurez y el bajo peso al nacer, demuestran que de los 2 millones y medio de nacimientos anuales, aproximadamente entre 250 a 300 mil niños quedan con secuelas neurológicas, que van desde la parálisis cerebral hasta el daño cerebral mínimo, niños con ciertas discapacidades, con problemas de conducta en el hogar, con problemas de aprendizaje en la escuela, como son los problemas de audición, visión y fonación o con retraso mental. Estos resultados traducidos a nivel de población general representan un 10 por ciento; es decir, cerca de 10 millones de personas con problemas de este tipo1. Esto coloca a muchos mexicanos frente a un muro muchas veces infranqueable.

Don Eduardo Jurado participó desde un principio en las discusiones que a nivel internacional determinaron la necesidad de establecer la perinatología, como una disciplina médica sustentada en el conocimiento científico. Incluso fue reconocido como el padre de la perinatología latinoamericana.

 

Como director fundador del Instituto Nacional de Perinatología IMAN y luego DIF, declaró: Leit motiv del Instituto es: Ofrecer a cada ser humano el ejercicio pleno del derecho de nacer en las mejores condiciones... y su meta es: Sentar las bases para que cada ser humano pueda ejercer el derecho inalienable de nacer en las mejores condiciones posibles, reduciendo a cifras razonables las mortalidades maternas, fetal y neonatal, el elevado número de abortos y los altos coeficientes de daño neurológico, consciente de la determinación social declaraba: La condición de prematuro es la consecuencia del desajuste socioeconómico y cultural de la colectividad2.

Como resultado de la aplicación práctica de sus estudios y experiencias, impulsó conceptos como: psicoprofilaxis, enfoque de riesgo, parto en posición vertical, participación y presencia del padre, estimulación temprana, alimentación inmediata al recién nacido y prevención de los defectos al nacimiento, entre otros.

¿Cuál es el momento de mayor indefensión del ser humano sino el de la gestación y el nacimiento cuando somos todo potencia y podemos ver truncado nuestro futuro de golpe?

Como director del Instituto Nacional de Salud Mental del DIF continuó trabajando en la misma línea: Si se acepta que la salud mental es el equilibrio dinámico entre el individuo y su ambiente, que le permite la expresión de su potencial genético, no sólo en el aspecto biológico, sino también en el psicológico y en el social, en beneficio de sus semejantes y de sí mismo, se comprenderá lo complejo que resulta la investigación en este campo, pero al mismo tiempo, lo indispensable de hacerlo, ya que si el desideratum que se busca es mejorar la calidad de vida y ello depende del equilibrio dinámico con el ambiente, la investigación es el único elemento que permitirá conocer: Las características bio-psico-sociales del individuo, que definen su vulnerabilidad, la fenomenología del ambiente físico, biológico y social, que condiciona el desarrollo integral del individuo o de los grupos que forma; la interrelación que se establece entre los factores llamados de riesgo y la respuesta del individuo o de los grupos humanos; la o las formas en que se altera el equilibrio dinámico y se modifica la capacidad mental y su base funcional, bioquímica y/o estructural, así como las posibilidades de interferir oportuna y adecuadamente con esta cadena de eventos, permitiendo al individuo, por ende a los agrupamientos sociales, la oportunidad de una mejor calidad de vida, en suma, su sanidad mental3. La coherencia de su pensamiento y la lucha por un mejor futuro para las nuevas generaciones puede apreciarse claramente en su obra y cualidades humanas y personales. Estas palabras no buscan recorrer todos sus logros y su vida profesional. En esta ocasión, empero, es importante dar énfasis a uno de sus rasgos que seguramente trascenderán su existencia. Don Eduardo fue no sólo relevante perinatólogo e investigador clínico, sino que con una asombrosa perspectiva integral, percibía la urgencia y la necesidad inaplazable de aplicar el conocimiento y encontrar estrategias de intervención en los servicios de salud para detener la inmensa sangría de vidas truncadas que se derivan de los problemas del nacimiento. El doctor Jurado publicó una gran cantidad de artículos de investigación, pero no se dejó dominar por la lógica de los papers, para don Eduardo el conocimiento era un arma para transformar la realidad y no la mera acumulación de información. Lección que se acrecienta en una época en que frecuentemente pesan más las citas bibliográficas que las acciones y el conocimiento vivo y creador.

Quienes convivimos con don Eduardo Jurado recordamos su sencillez, su modestia, su parsimonia, lo delicado y fino de su trato. Pero al mismo tiempo, su tenacidad y la capacidad de defender sus ideas hasta las últimas consecuencias, aun a costa del sacrificio personal. Sus consejos, dados siempre con delicadeza, pero haciéndonos notar la importancia de tomar la decisión adecuada en tiempo y forma, y la necesidad de conducir la vida académica hacia puerto seguro, por encima de las tormentas y vendavales, o de los personalismos tan comunes en nuestro medio.

Don Eduardo acostumbraba llevar siempre una libreta para anotar las tareas pendientes, cuando se planeaba el trabajo echaba mano de ella, cada vez que alguien pedía la palabra colocaba la pluma en el renglón correspondiente, presto a realizar la anotación de la potencial idea; con cierta frecuencia ocurría que alguno de nosotros dijese algo desafortunado, el maestro Jurado alzaba la vista y lo miraba a uno por encima de sus anteojos, lo cual significaba: has dicho alguna burrada, pero como ponía los ojos tristes, la reacción de uno era sentirse apenado, avergonzado de no haber estado a la altura de las circunstancias. Acto seguido y con firmeza aplicaba la vista de nuevo a la libreta y colocaba otra vez la pluma en el renglón, lo cual significaba: espero de ti alguna idea inteligente. Todo ello ocurría con una gran naturalidad, así de manera insensible nos hacia rectificar el rumbo, con esa ternura que sólo poseen los viejos maestros.

 

Marzo de 1998

Luis Felipe Abreu H., Rigoberto Martínez y Claudia Infante

1. Entrevista con el doctor Eduardo Jurado, publicada en la Gaceta de la Facultad de Medicina, septiembre 10 de 1996.

2. Jurado E. La perinatología actual en México. Mecanograma, México, 1976.

3. Jurado E. La asistencia social en México: Plan de trabajo para el Instituto Nacional de Salud Mental DIF. Mecanograma, México, 1988.

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