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Entrevista con la señora Eloísa Gómez García

La Universidad es un sueño que con el tiempo se materializó

Casi a punto de cumplir un ciclo en la vida, como lo es el ciclo laboral que marca la Ley Federal del Trabajo, nos es grato presentar a la señora Eloísa Gómez García, secretaria del doctor Rodolfo Jiménez, titular del Programa de Atención a la Comunidad de la FM; la señora Eloísa está a punto de cumplir 30 años de trabajo en la UNAM y cursa el último semestre de la carrera de Enfermería, a nivel técnico, en la Escuela Nacional de Enfermería y Obstetricia (ENEO).

 

Ubicada en el primer escritorio de la primera puerta - del lado de las rampas- del primer piso del edificio ``B'' de esta Facultad, la señora Elo - como se le conoce -, concedió una entrevista para la Gaceta, donde comentó sobre sus sueños y la realización de ellos, de su familia, así como el cariño y amor que le tiene a la Facultad de Medicina.

De origen chilango, la señora Eloísa estudió una carrera secretarial. En agosto de 1967, ingresa como empleada a la Facultad de Medicina, donde siempre se ha desempeñado. Primero cubrió un interinato que se prolongó nueve meses, e incluso dos periodos vacacionales que también trabajó. Después obtuvo su base como oficial administrativo y en 1974 o 75 - no recordó exactamente la fecha - le dieron su reclasificación como secretaria.

``Muy pequeña vine de paseo a la Universidad y pensé con mucho fervor que yo tenía que estar aquí, ya sea trabajando, estudiando o realizando las dos cosas; ... lo que logré fue trabajar en la FM y nunca he tenido intenciones de cambiar de dependencia; le tengo mucho cariño, porque a mí me hubiera gustado estudiar medicina; ese fue un sueño que se hizo realidad de alguna forma, y aunque no pude estudiar la carrera, aquí he podido estudiar algunos cursos''.

¿Cuáles han sido los departamentos donde se ha desempeñado?

``Estuve en Anatomía, donde trabajé con mucho gusto. Mi primer jefe fue el doctor Fernando Quiroz Padia, de quien dicen tenía un carácter muy fuerte, pero yo viví con él cosas muy bonitas y muy emocionantes. Una de ellas fue el Movimiento de 1968, una experiencia triste y difícil, pero que superamos muchos de los que aún estamos aquí. El doctor Quiroz nos ponía al tanto de la situación, algunas veces nos protegía y en otras era espléndido; yo lo aprecié mucho, desafortunadamente a principios de 1969 murió''.

Respecto al 68 la señora Eloísa dijo que: ``Tal parece que en aquella época, el Ejército no apreciaba todo esto, porque cuando regresamos encontramos los libros, los documentos y las diapositivas tirados; las chapas destrozadas; es decir, la Máxima Casa de Estudios prácticamente desbaratada en su esencia. Fue muy duro para nosotros ver las cosas tiradas en el piso, pues todo eso constituía nuestro trabajo, tanto a nivel académico como a nivel administrativo, y en cuanto a las investigaciones, muchas de ellas fueron destruidas. Creo que de alguna forma esas acciones cambiaron a nuestro gobierno, pues actualmente sé que a los soldados los están preparando mejor y suelen tener hasta estudios superiores.

``El Movimiento de 1968 lo viví con el doctor Quiroz, Rosa María Bartre, Carmelita de la Cruz y Socorro Gutiérrez de la Peña. Cuando regresamos, sentimos que recuperábamos la Universidad; lo que no pudimos recuperar fueron a los estudiantes muertos. Como experiencia me tocó la muerte de un joven que era alumno del doctor Quiroz, del cual nos platicaba mi jefe había sido muy brillante e hijo único y lo mataron en una pinta; fue algo muy triste, que a sus padres les dolió muchísimo. Creo que no había razón para la ocupación, pero es algo que sucedió y que marcó una etapa en la historia de la Universidad, y espero que no vuelva a suceder.

``En 1977, nuevamente el Ejército ocupó la Universidad; esta vez por cuestiones laborales; en ese año se estableció el Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (STUNAM), en lugar del Sindicato de Trabajadores y Empleados de la UNAM (STEUNAM), donde me parece que estaban fusionados los académicos y los trabajadores; ahí se deslindaron, pero respecto al Ejército nuevamente pienso que no había razón para que se llegara a esos extremos'', añadió.

La señora Elo comentó que el departamento sufrió algunos cambios que a la muerte del doctor Quiroz, emocionalmente le afectaron. Como jefe del departamento quedó el doctor Salvador de Lara, al cual apreciaba; aunque en esa etapa de transición no sabe qué le pasó, pues no se sentía a gusto y, entonces, pidió su cambio a la Unidad Administrativa, de ahí pasó al archivo y después al departamento de Embriología, donde permaneció cerca de diez años al lado de las maestras Amelia Sámano Bishop y María Elena Castillo.

Agregó que a causa de su carácter, y en aquel entonces por su inexperiencia, pidió su cambio -1988-, el cual le fue concedido para ir a la Secretaría de Extensión y Difusión que se encontraba a cargo del doctor Carlos Olivares Urbina, y dijo: ``ha sido una experiencia bonita, he tenido varios jefes, pero con el doctor Rodolfo Jiménez, jefe del Programa de Atención a la Comunidad, tengo casi ocho años. Me gusta porque atiendo varias cosas, trato de darle el papel que se merecen al programa y a las personas, buscando que las relaciones humanas se den lo mejor posible''.

``Durante de todo este tiempo - continuó -, donde más me ha gustado desarrollarme es aquí, porque siempre me han gustado las relaciones humanas y creo que es una de las cosas que me ha caracterizado; una de las personas que más me han apoyado es el doctor Olivares. Cuando fue mi jefe, aunque no inmediato, siempre recibí apoyo de él, es una persona que le levanta a uno el ánimo y que motiva a la gente a hacer sus labores y concluir los proyectos que se tienen pensados''.

Con relación a sus estudios, nuestra entrevistada comentó que, en aquel entonces, era necesario trabajar desde muy joven a causa de la situación económica de las familias, por lo que después de la primaria cursó una carrera técnica secretarial junto con la secundaria en una escuela nocturna; al entrar a la UNAM, como empleada, realizó el examen de ingreso al bachillerato, el cual aprobó, pero abandonó sus estudios a causa de su matrimonio y del nacimiento de su primer hijo. Posteriormente, tomó algunos cursos y talleres, como el taller de redacción, o el de computación; después, con el doctor Jiménez, cursó el taller de urgencias médicas, donde aprendió aplicar inyecciones, hacer curaciones, canalizar y activar los servicios médicos de urgencias; todo ello la motivó realizar en 1995 el examen para ingresar a la carrera de Enfermería. Actualmente, cursa el último semestre de la carrera en la ENEO; al respecto, comentó que todavía le falta el servicio social y la tesina. Piensa terminar la preparatoria para posteriormente realizar la licenciatura en Enfermería. Sobre el tema, añadió que algunas personas la consideran muy inquieta, pero más bien es que a ella le gusta prepararse, y dijo: ``creo que el día que me vaya de la FM, que a lo mejor ya no falta mucho, no puedo defraudarlos ni decir que ahí quedó todo, la FM me ha dado muchas cosas y la considero mi segunda casa.

``La UNAM - agregó - en realidad fue un sueño que se convirtió en realidad, estar aquí como empleada y, actualmente como estudiante, aunque sea en una carrera técnica, me emociona mucho, porque es una meta que voy a lograr casi al jubilarme. Aunque la jubilación no es terminar con la vida ni con las ilusiones sino simplemente cambiar de rumbo''.

Entonces, ¿a qué horas realiza sus prácticas?

``El doctor Jiménez me ha apoyado bastante para ello, me da la oportunidad de ir y regresar; regreso y sigo realizando mis labores, tratando de que nada se quede pendiente y tratando de no reprobar materias para quedar bien en ambas partes y para no defraudar a las personas que han depositado su confianza en mí, ¡porque a estas alturas!, como vieja, no sería bonito quedar mal. En este semestre termino mis estudios y realmente estoy muy agradecida con las personas que me han apoyado, entre ellas las autoridades, principalmente con el licenciado César Andrade, a quien algunas veces le he avisado que me voy y él ha sido muy gentil; constantemente le entregó mi historial académico y la tira de materias para que vea que sigo y que nada se ha quedado inconcluso, y también a la gente, porque en los ratos que me retiro no hay quién los atienda, pero cuando estoy aquí todo lo hago con mucho gusto y lo más pronto posible.

``En cuanto a mis hijos y mi familia, puedo decir que me han apoyado bastante; creo que cuando los hijos tienen ciertas bases y un nivel de estudios superior llegan a ser muy comprensivos; ellos me comprenden y ayudan con las labores de la casa, tratando de hacer todo lo mejor posible y no dándome molestias, por lo que siempre tenemos una muy bonita convivencia; creo que todo ha valido la pena; estar aquí, y en este lugar tan hermoso''.

En su tiempo libre, la señora Eloísa Gómez, explicó, se dedica a sus hijos, gusta de los quehaceres de la casa y atender a su esposo. Respecto a su esposo comentó ser afortunada, porque es una excelente persona que le ha apoyado y ayudado, y gracias a él ha podido realizarse como ser humano útil. Añadió que a él y a sus hijos los quiere mucho, porque cuenta con la dicha de que todos ellos son universitarios, a los cuales les ha inculcado que la Universidad es su casa y les dice en broma que son hijos de la Universidad, ya que todos ellos han cursado desde la guardería hasta la profesional en esta Máxima Casa de Estudios, impulsándolos siempre para que terminen la carrera, porque es una gran oportunidad ante la gran cantidad de muchachos que no pueden lograr el ingreso a la UNAM.

Por otra parte, nuestra entrevistada recordó que en algunas ocasiones impartió cursos de verano para los niños de las compañeras que en periodo vacacional no tenían quién se los cuidara; sin ningún afán de lucro, sólo pensando en que las oficinas no son lugar para los pequeñines y que en ocasiones pueden ser un lugar de riesgo.

¿Cuáles son sus planes a futuro?

``Quedarme probablemente un tiempo más, uno o dos años sirviendo a la FM y después irme; no me interesa la cuestión de encontrar un trabajo como enfermera, pienso ser voluntaria en instituciones hospitalarias, aquí siempre lo he hecho; eso es lo que yo deseo, claro que si puedo obtener alguna remuneración pues qué bueno, pero no es lo que me ha motivado''.

Finalmente, con un nudo en la garganta, la señora Eloísa agradece a sus compañeras y compañeros con los que ha convivido tantos años, las cosas y los momentos inolvidables, momentos de huelgas, los logros e incluso también los fracasos, los alimentos compartidos y los lugares. ``Es algo que quisiera llevarme impregnado y creo que me lo voy a llevar hasta el último momento en que viva, estas imágenes van estar ahí presentes; ha habido momentos difíciles, pero de ellos también se aprende y, aunque a veces parece que estoy seria, no quiere decir que esté enojada, pues creo que trabajar en la FM y en la UNAM es una oportunidad para tener muchos amigos'', finalizó.


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