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La Investigación en la FM

Historia de la enseñanza de la anatomía, Siglo XX

Dr. Joaquín Reyes Téllez Girón

Al iniciar este siglo se ve reflejada la influencia que la medicina francesa tuvo en el florecimiento de la medicina mexicana, así como en la organización de grupos de profesionales que dan origen a escuelas de médicos que se dedicaron al estudio de un conjunto de enfermedades de una determinada rama de la medicina, y en la edificación de hospitales para la atención de la población de escasos recursos, como fueron el Hospital General y el Hospital Juárez en donde se formaron grandes médicos mexicanos.

Por lo que se refiere al caso de las asignaturas que aportan los conocimientos básicos a los alumnos, éstas han tenido progresivamente cúmulos de saber que les ha permitido constituirse como disciplinas independientes a la materia de Anatomía, tal es el caso de la Anatomía del Desarrollo que se convierte en Embriología, actualmente Biología del Desarrollo, y la Anatomía Microscópica en Histología, actualmente se denomina Biología Celular y Tisular.

Asimismo, cabe señalar que con los cambios en los planes y programas de estudios, al desarrollo de los conocimientos médicos y la creciente necesidad de atención médica en nuestro país, se ha promovido la creación de escuelas de medicina en diversos estados del país y en la propia capital.

La historia de la enseñanza de la Anatomía en este siglo XX, señaló la licenciada Irma Cruz Prieto Balderas, la podemos dividir en dos etapas, la primera en la Escuela de Medicina en Santo Domingo de 1900 a 1956, año este último en que se inicia la segunda etapa, pero<D%0> ahora en Ciudad Universitaria. Dicha información histórica la daremos a conocer posteriormente, ya que se encuentra en proceso y próximo a concluir el siglo XX.

Por lo pronto, expresó el doctor Reyes Téllez, "hemos considerado de gran importancia dar a conocer quiénes han sido los profesores que han impartido la cátedra de Anatomía en nuestra Facultad, por lo que iniciaremos con cuatro de ellos que tuvieron la fortuna de asistir como alumnos a la Antigua Escuela de Medicina, donde tres se iniciaron en la enseñanza de la materia en Santo Domingo y hasta la fecha continúan impartiendo la materia en la Facultad. Para ello hemos formulado siete preguntas para estos cuatro profesores que nos dan una idea de la vida estudiantil académica que se vivió en la Escuela de Medicina en Santo Domingo y ahora en Ciudad Universitaria, a saber:

 

1. ¿Qué recuerdos tiene del ambiente estudiantil en la Antigua Escuela de Medicina?

2. ¿Cómo se enseñaba la Anatomía?

3. ¿Cuál era la duración de los cur-sos?

4. ¿Cómo se llevaba a cabo la prác-tica de la Anatomía?

5. ¿Qué cambios hubo en la ense-ñanza de la Anatomía cuando se trasladaron a Ciudad Universitaria?

6. Recuerda usted alguna anécdota de su vida como profesor de la materia.

7. ¿Qué motivos le inclinaron a la enseñanza de la Anatomía?"

 

RESPUESTAS

 

Dr. Fernando Díaz Calderón

(Generación 1938-1945; originario de México, D.F.)

 

1. El ambiente de aquellos tiempos era de absoluto compañerismo, se trabajaba por grupos asesorados por el doctor Fernando Quiroz, quién siempre apoyó la vida académica de aquella Escuela.

2. La clase era teórico-práctica, siempre se buscaba la participación oral de los alumnos, tratando de encontrar aquellas deficiencias en el conocimiento que pudieran ser mejoradas.

3. Los cursos duraban un año, durante el cual se revisaba primero la Anatomía Descriptiva y después la Topográfica.

4. Se llevaba a cabo con el método tradicional de disección en el cadáver, el cual fue siempre insustituible.

5. Los cambios fueron radicales, pues ya no se formaron los grupos de estudio; los exámenes se hicieron escritos y no orales, como lo eran en la Antigua Escuela de Medicina.

6. Recuerdo que cuando era alumno del doctor Fernando Quiroz me tocó en el examen disecar el nervio cutáneo del cuello, el cual no encontré y, ante mi desesperación, coloqué un hilo en el trayecto del nervio y lo cubrí de grasa, muchos profesores no se dieron cuenta, sin embargo el doctor Quiroz nos mostró su experiencia al notar la falla y al corregirla.

7. El amor que sentí siempre por la materia, el cual me motivó a estudiar más y la admiración que siempre sentí por mi profesor titular, doctor Fernando Quiroz.

 

Dr. Salvador De Lara Galindo

(Generación 1940-1946, nacido en Nuevo México Tyrone)

 

1. A finales del siglo XIX y principios del siglo XX la influencia de la cultura francesa en diversos aspectos era muy marcada, como era en el científico y especialmente en la medicina, así como en lo arquitectónico; muchos de los textos utilizados procedían de Francia y los estudiantes debían traducirlos, como por ejemplo en Anatomía, el Testut, el Tillaux, el Rouviere y Latarjet; de Patología, el Forgue; de Parasitología, el Brumt, etcétera.

El ambiente estudiantil era muy formal, no se podía asistir a clase sin saco y corbata y, al llegar el profesor, los alumnos se levantaban de sus asientos, hasta que se les autorizaba sentarse; ser estudiante universitario era una distinción y existía cierto respeto por los estudiantes por parte de la sociedad.

2. La Anatomía se estudiaba intensamente, era la materia filtro, el que pasaba Anatomía era seguro que podría con la carrera. Su aprendizaje se convertía en un alarde de memoria, muchas veces sin haber comprendido lo fundamental y por lo tanto se olvidaba fácilmente. Se estudiaba en el primer año Anatomía Descriptiva; en el segundo, Anatomía Topográfica; en el tercero, Anatomía Clínica, en el curso de Propedéutica Quirúrgica; todo esto precedido por la buena preparación en la primaria, la secundaria y el bachillerato.

Los cursos eran anuales y tanto la Anatomía Descriptiva como la Topográfica se acompañaban de prácticas anuales de disección.

3. Las prácticas eran de dos horas, tres veces por semana, se designaba una región en la que el alumno estudiaba y trabajaba personalmente, no había limitación en cadáveres, aunque los métodos de embalsamiento eran deficientes. El prosector dirigía y preguntaba la región a todos los estudiantes para darse cuenta si habían estudiado.

4. Los exámenes eran orales, teórico-prácticos y los llevaban a cabo tres sinodales; se rifaban los temas con ocho a diez incisos diferentes y se señalaba una disección, tanto en la Anatomía Descriptiva como en la Topográfica.

5. Al pasar a Ciudad Universitaria desapareció el curso de Anatomía Topográfica, se redujo a un año y se creó la Anatomía Clínica y la Anatomía Radiológica, cuyos profesores eran radiólogos; persistió la disección, modificándose los criterios, de tal manera que algunos profesores lo hacían con tendencia descriptiva y otros con tendencia topográfica.

Pienso que se inició un proceso de minimizar a la anatomía, con el pretexto del crecimiento de otras materias.

Posteriormente desapareció la Anatomía Clínica por errores en la programación, algunos profesores repetían la clase de Anatomía y otros exageraban los conocimientos clínicos, no se manejaban los programas por objetivos, los cuales aparecieron posteriormente y donde sólo se usaban temarios.

6. Una mañana un alumno se quedó dormido en la clase, ésta se terminó y apagamos la luz, salimos sin hacer ruido y lo esperamos afuera; al poco tiempo, apareció confundido y desorientado recibiendo una ovación por parte de sus compañeros, creo que fue oportuno pues prometió no volver a dormirse.

7. Soy sobrino del profesor Roberto Morales Huerta, quien fue jefe de Anatomía Topográfica; y con la firme idea de ser cirujano, asistí a sus clases de 1946 a 1948, se presentaron dos vacantes de prosector, por lo que fui nombrado por el señor director González Herrejón; he pasado por prosector, profesor de Anatomía Clínica, Descriptiva y Topográfica.

 

Dr. Gregorio Benítez Padilla

(Generación 1940-1946, originario de México, D.F.)

1. Como todos los ambientes donde hay juventud siempre había alegría, jolgorio y esperanza; aunque en ocasiones, se rebasaba lo juicioso, como cuando se aproximaban las vacaciones, entonces venía la presencia de cohetes y el trastorno al tránsito era común.

Dentro de los grupos la relación alumno-profesor variaba, ya que algunos eran muy numerosos (hasta de 200 alumnos) y otros muy reducidos, por lo que no se daba una correlación entre docentes; en los grupos reducidos como el del doctor Rogelio Camacho, como éramos pocos, estábamos sometidos a tensión nerviosa debido a lo rígido, áspero y exigente del maestro.

2. La memorización intrascendente de los hechos anatómicos constituía lo característico de los cursos, jamás se hacían invocaciones pragmáticas.

3. Los cursos de Anatomía Descriptiva y Topográfica eran anuales así como sus respectivas prácticas, la misma duración tenían las técnicas quirúrgicas en cadáver.

4. El aspecto práctico se efectuaba con otro profesor, en un anfiteatro único y poco funcional, pues asistían aproximadamente diez a doce grupos de 25 alumnos.

Las disecciones eran aberrantes y sin control, por lo que no había correspondencia teórico-práctica.

5. Poco antes de inaugurarse las instalaciones, en Ciudad Universitaria se realizaron cambios al Plan de Estudios, se suprimió la Anatomía Topográfica y las técnicas quirúrgicas en el cadáver. Se complementó la enseñanza de la Anatomía Descriptiva con la de Anatomía Clínica en la cual se impartían generalidades sobre Anatomía Radiológica.

6. Recuerdo que el maestro Enrique Acosta Vidrio, en Santo Domingo, me rescató, siendo ya profesor, de una turba de vándalos que pretendían pelarme, según costumbre criticable de rapar a los alumnos de primer ingreso llamados perros; seguramente me confundieron con un can.

7. Mi formación docente se la debo al eminente maestro de numerosas generaciones: el doctor Acosta Vidrio, a quien con sabiduría y bondad se llegó a considerar uno de los maestros más sobresalientes de la época. Consciente de los nuevos adelantos en la medicina moderna, su orientación me hizo considerar que los dos pies de la medicina son la anatomía y fisiología y que nuestra enseñanza actual debe ser integrada para comprender los mecanismos que regulan la homeostasis.

 

Dr. David Carlos Díaz Gutiérrez

(Generación 1945-1951, nacido en León, Guanajuato)

 

Los maestros que nos enseñaban Anatomía eran tan exigentes con los alumnos que una vez el doctor José Negrete Herrera me puso a disecar el nervio vidiano desde su orificio, práctica y conocimiento que en mi vida profesional nunca sirvió.

La enseñanza de la anatomía era muy detallada con muchos conceptos, que nos hacían estudiar y aprenderlos sin ninguna aplicación en la vida profesional; las clases eran memorísticas, en donde el maestro decía para mañana vamos a ver de la página fulana a la página zutana; se tenía uno que memorizar todo y al iniciar la clase el profesor pasaba lista en 20 o 30 minutos, pues había muchos alumnos; después, decía: a ver fulanito, la clase; y uno, de memoria, lo decía y, cuando se atoraba, seguía otro alumno y así era toda la clase.

La Facultad de Medicina la abrían a las 6 de la mañana, porque las clases empezaban a las 7 horas; el doctor Díaz Gutiérrez tenía un grupo de amigos que se turnaban para apartar lugar para la clase, al que le tocaba apartar lugar se levantaba a las 4:30 para estar en la Facultad de Medicina a las 6, ya que era una aula pequeña para muchos alumnos (este salón estaba debajo del tinaco, en el 3er. Piso), los que llegaban tarde oían la clase por las ventanas, porque ya no alcanzaban a entrar.

Los alumnos de ahora, que ingresan a la Facultad de Medicina, no saben hablar, leer y escribir, porque no se les da la oportunidad de hacerlo; antes los exámenes eran orales y tenían uno que saber expresarse, ahora con marcar un punto o un tache ya resolvieron el examen y cinco expresiones son todo su vocabulario. En la preparatoria ya no les enseñan raíces grecolatinas y esto es básico para medicina.

Hay que dar una anatomía con fisiología y después una aplicación clínica para el médico general y no enseñar tanto de cosas que en su vida no van a aplicar. Hay que hacer atractiva la anatomía.




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