“El profesionalismo es la materia
prima más valiosa de la medicina”
Richard Horton, Editor de Lancet, 2005
I. INTRODUCCION
“El valor funcional de un cuerpo especializado
de conocimientos
y habilidades es menos importante para la ideología del
profesional
que su enlace a valores trascendentales que le dan significado”
Eliot Friedson. Professionalism: The Third Logic
La práctica médica actual, en todas las culturas
y sociedades, enfrenta retos sin precedente como son las crecientes
disparidades entre las necesidades legítimas de los pacientes
y los recursos disponibles para satisfacerlas, y las presiones
que sobre el médico ejerce la transformación de
los sistemas de salud. En las últimas décadas la
educación médica de pre y posgrado ha sido objeto
de un intenso análisis por la sociedad y la comunidad médica,
debido a la particular tensión que ocurre durante el entrenamiento
del profesional de la salud y las diferentes fuerzas del entorno
que impactan su conducta y toma de decisiones en la práctica
clínica (1). La sociedad ha externado cada vez con mayor
frecuencia una profunda preocupación por la conducta de
los médicos que percibe como poco profesional, y la comunidad
médica ha planteado diversas estrategias para enfrentar
estas deficiencias en la formación de los médicos
(2,3). En los últimos años la más importante
de estas estrategias ha sido el reconocer la necesidad de que
los conceptos relevantes del profesionalismo médico deben
incluirse de una manera explícita en el proceso educativo
de las escuelas de medicina, el posgrado y el desarrollo profesional
continuo (4,5,6).
En las sociedades contemporáneas las profesiones ocupan
una posición singular no equiparable en ninguna época
de la historia, y la medicina en particular ha tenido una relación
con la sociedad que ha sido cambiante y ha tenido diversas aristas.
El funcionamiento de la sociedad depende de manera importante
de la acción de los profesionales para la aplicación
de la ciencia y el aprendizaje relacionados con cada una de ellas.
Un médico profesional no debe ser considerado como alguien
que está únicamente interesado en buscar su beneficio
personal, sino más bien en prestar un servicio a sus pacientes
o contribuir al avance de la ciencia; este concepto resulta difícil
de asimilar en los tiempos actuales en donde el egoísmo
en ocasiones predomina sobre el altruismo en los seres humanos
que ejercen las diversas profesiones.
La comunidad médica tiene un “contrato” o
compromiso social implícito con la comunidad y el paciente
individual, que debe ser satisfecho en un entorno que con frecuencia
pone a prueba al profesional de la salud, colocándolo en
una situación de tensión entre su conducta profesional
y los factores de la era moderna que constituyen retos éticos
y sociales a enfrentar (7). Parte de estas amenazas a la integridad
del profesional de la salud se deben al choque inevitable entre
la histórica misión central del quehacer médico
y los imperativos de mercado en la práctica médica
como resultado de su concepción actual por la sociedad
como un mero servicio, en el que el cliente siempre tiene la razón
como en una transacción comercial. El incremento importante
en los costos de la atención de la salud ha obligado a
las instituciones gubernamentales y privadas, terceros pagadores
y al paciente mismo, a ejercer presiones sobre el profesional
de la medicina que antes no existían o no se les daba mucha
importancia (como la propaganda directa al consumidor, expectativas
no realistas de la sociedad, imposibilidad de brindar todas las
intervenciones que existen en un sistema de salud con recursos
limitados), motivando una reacción de la comunidad médica
inicialmente de rechazo, confusión y temor por la pérdida
de los privilegios sociales y económicos a los que estaba
acostumbrada (8).
La comunidad médica ha respondido a estos retos con una
serie de actividades planeadas e implementadas por diversas organizaciones
a nivel internacional, como son: National Board of Medical
Examiners (9), Accreditation Council for Graduate Medical
Education (6), American Board of Internal Medicine
(10), American College of Physicians (5), World Federation
for Medical Education (11), American Association of Medical
Colleges (12), Royal College of Physicians and Surgeons
of Canada (13), General Medical Council (14) y otros,
de los Estados Unidos de América, Canadá, Gran Bretaña
y los países que participan en la Federación Mundial
de Educación Médica, para hacer explícitos
los conceptos de profesionalismo en medicina, definiendo el concepto
y sus elementos, las conductas que lo conforman y las herramientas
que pueden utilizarse para enseñarlo y evaluarlo de manera
formal en el currículo de pre y posgrado.
II. DEFINICION
“Profesión: Empleo, facultad
u oficio que alguien
ejerce y por el que percibe una retribución.
Profesionalismo: Cultivo o utilización de ciertas
disciplinas, artes o deportes, como medio de lucro.”
Diccionario de la Lengua Española,
Real Academia Española, 2003
Las definiciones del diccionario son limitadas en cuanto a lo
que realmente representan en la época moderna, particularmente
en el campo de la atención de la salud, ya que enfatizan
principalmente el aspecto de la remuneración financiera
de la actividad profesional, que es precisamente lo que se desea
evitar. Estas definiciones no caracterizan de manera completa
el constructo de profesionalismo que desde hace varios años
se discute en los círculos académicos de las ciencias
de la salud. Lo anterior ha propiciado que algunos médicos
rechacen la utilización del término en español
con el significado que se ha propuesto a nivel internacional,
sin embargo la mayoría de los gremios médicos de
los países hispano-parlantes han aceptado el uso del vocablo
con el significado que se describe en este documento (11).
Antes de discutir sobre el concepto de profesionalismo, es necesario
referirse al de profesión. Con este propósito, cabe
recordar las características esenciales de una profesión
(2):
-
Dominio de un cuerpo complejo de conocimientos
y habilidades específicas, adquirido durante un período
largo de formación.
-
Control, con capacidad normativa, sobre
el trabajo basado en aquel conocimiento.
-
Disposición de organizaciones profesionales
reconocidas legalmente, con capacidad reguladora del acceso
a la profesión y todo lo concerniente a su práctica.
-
Posesión de un código ético
y la potestad exclusiva para aplicarlo. El grupo profesional
ha de “profesar” un conjunto de valores como son:
disciplina, altruismo, integridad, compromiso y eficiencia.
Es importante destacar que el ejercicio de la profesión
no es solamente una actividad individual, sino que es desempeñada
por un conjunto de personas a las que se denomina “colegas”,
en el sentido amplio del término, quienes forman una comunidad
que les brinda identidad y pertenencia. La meta que le da sentido
y legitimidad social a la profesión es interna, y consiste
en proporcionar a la sociedad un bien específico, como
en el caso de la medicina, la salud de los pacientes.
El definir el término de profesionalismo de una manera
que sea comprensible por los médicos y la sociedad constituye
un reto, ya que la palabra ha sido utilizada en exceso en muchos
contextos diferentes, generando confusión. Se han realizado
diversos intentos para definir el profesionalismo en medicina
en los últimos años, y existen varias propuestas
por diversos autores y organizaciones, algunas de las más
aceptadas son las siguientes:
-
Swick plantea la siguiente definición
normativa (15): “El concepto de profesionalismo médico
debe tomar en cuenta la naturaleza de la profesión médica
y debe aterrizarse en lo que realmente hacen los médicos
y cómo actúan, individual y colectivamente…El
profesionalismo médico comprende el siguiente conjunto
de conductas:
-
Los médicos subordinan sus propios
intereses a los intereses de otros.
-
Se adhieren a altos estándares
éticos y morales.
-
Responden a las necesidades de la sociedad,
y su comportamiento refleja un contrato social con la comunidad
a la que sirve.
-
Manifiestan valores humanísticos
esenciales, incluyendo honestidad e integridad, comprensión
y compasión, altruismo y empatía, respecto
a los demás y confiabilidad.
-
Ejercitan la responsabilidad y rendición
de cuentas consigo mismos y con sus colegas.
-
Demuestran un compromiso continuo con
la excelencia.
-
Exhiben un compromiso por la erudición
y el avance de su campo.
-
Se enfrentan con altos niveles de complejidad
e incertidumbre.
-
Reflexionan sobre sus acciones y decisiones.
-
Cruess propone una definición operativa
para educadores médicos (16): “Profesión
es una ocupación cuyo elemento esencial es el trabajo
basado en el dominio de un cuerpo complejo de conocimientos
y habilidades. Es una vocación en la cual el conocimiento
de un departamento de la ciencia o el aprendizaje o la práctica
de un arte fundamentado sobre ella se usa para el servicio de
otros. Sus miembros son gobernados por códigos de ética
y profesan un compromiso con la competencia, integridad y moralidad,
altruismo, y la promoción del bien público dentro
de su dominio. Estos compromisos forman la base de un contrato
social entre una profesión y la sociedad, la cual en
reciprocidad le otorga un monopolio sobre el uso de su cuerpo
de conocimientos, el derecho de considerable autonomía
en la práctica y el privilegio de la auto-regulación.
Las profesiones y sus miembros son responsables ante aquellos
que sirven y la sociedad”.
-
La Federación Mundial de educación
Médica, que incluye varios países de habla hispana,
propone al profesionalismo y la autonomía como estándares
básicos para mejorar la calidad de la educación
médica de posgrado, enfatizando que debe fortalecerse
el entrenamiento y evaluación de estos conceptos durante
todo el proceso educativo de la especialización médica,
para promover que el médico actúe en el mejor
interés del paciente y la comunidad (11). La definición
de Profesionalismo que proponen es: “los conocimientos,
habilidades, actitudes y conductas esperadas por los pacientes
y la sociedad de los individuos durante la práctica de
su profesión e incluye conceptos como las habilidades
para el aprendizaje vitalicio y mantenimiento de la competencia,
pericia en manejo de la información, comportamiento ético,
integridad, honestidad, altruismo, servicio a los demás,
adherencia a códigos profesionales, justicia y respeto
por los demás”.
Existen muchas otras publicaciones con propuestas
de definiciones (17, 18), de las que el hilo conductor es la responsabilidad
que adquiere el médico ante la sociedad para desempeñarse
con una conducta que refleje los principios de la ética,
el humanismo, la rendición de cuentas y el altruismo, sustentado
en una competencia clínica técnicamente adecuada para
resolver los problemas que se le presenten.
III. COMPONENTES DEL PROFESIONALISMO
"El todo casi siempre equivale a bastante
más
que la suma de sus partes constituyentes"
Mitchell Waldrop, 1992.
Entendemos que el profesionalismo médico
reúne un conjunto de valores, comportamientos y relaciones
que sustentan la confianza que tiene el público en los médicos.
Estos valores son la base del compromiso de la profesión
médica con la sociedad. Así tenemos que el compromiso
social o contrato, descansa en el profesionalismo y más aún
el profesionalismo resulta un elemento protector y de equilibrio
en la sociedad. El médico debe reafirmar sus principios que
involucran no solo el compromiso personal al bienestar de sus pacientes
sino también los esfuerzos colectivos que mejoren el sistema
de atención de la salud y el bienestar de la sociedad.
Existen varias propuestas de los componentes que
deben integrar el profesionalismo médico en la actualidad,
una de las más difundidas es el documento resultado del “Proyecto
del Profesionalismo Médico” elaborado por las
siguientes organizaciones: American Board of Internal Medicine,
American College of Physicians, American Society of
Internal Medicine y la European Federation of Internal
Medicine (5, 10). Este importante documento plantea que el
profesionalismo es la base del contrato de la medicina con la sociedad,
y establece tres principios y diez compromisos que deben ser parte
de la conducta del profesional de la salud en la era moderna. Los
tres principios fundamentales son:
-
Principio de primacía del bienestar
del paciente
Se refiere a la obligación de servir los intereses del
paciente con altruismo en la construcción de la relación
médico-paciente. Ni las fuerzas del mercado, ni las presiones
sociales, ni las exigencias administrativas pueden o deben interferir
con la aplicación de este principio.
-
Principio de la autonomía del
paciente.
Los médicos deben tener respeto por la autonomía
del paciente, deben ser honestos y darle el poder para la toma
de decisiones informadas sobre su tratamiento. Las decisiones
del paciente no deben de ir en contra de las prácticas
éticas ni dar lugar a demandas por atención inadecuada.
-
Principio de justicia social.
La profesión médica debe propender por la justicia
en los sistemas de salud, incluyendo la adecuada distribución
de los recursos. Los médicos deben esforzarse en eliminar
la discriminación en los servicios de salud, sea esta
por raza, género, estatus socioeconómico, etnia,
religión o cualquier otra categoría social.
Las diez responsabilidades profesionales son:
-
Compromiso con la competencia profesional.
Los médicos deben estar comprometidos de por vida con
el aprendizaje para mantener actualizado el conocimiento y las
habilidades en tal forma que siempre estén en condiciones
de prestar servicios de calidad, y la profesión médica
debe establecer mecanismos para garantizar este objetivo.
-
Compromiso de honestidad con los pacientes.
Este compromiso implica que el médico provea información
completa y honesta al paciente antes de que este otorgue el
consentimiento para iniciar el tratamiento. Si este paciente
resulta afectado como consecuencia del tratamiento debe ser
informado de inmediato. Analizar los posibles errores médicos
permite la prevención y facilita la implementación
de estrategias de compensación.
-
Compromiso con la confidencialidad.
La confianza del paciente depende de la confidencialidad. Este
principio es de capital importancia, dada la amplia utilización
de los medios electrónicos y la creciente accesibilidad
a información genética. Sin embargo, el médico
debe considerar el sacrificio de la confidencialidad si se pone
en peligro el bien público, por ejemplo en el caso de
posibles infecciones o daños a terceros.
-
Compromiso de mantener buenas relaciones
con los pacientes.
Dada la vulnerabilidad de los pacientes se deben evitar relaciones
inadecuadas entre los médicos y sus pacientes, en especial
en los aspectos sexuales, de explotación financiera u
otro propósito similar.
-
Compromiso de mejorar la calidad de
la atención.
Los médicos deben estar continuamente empeñados
en la superación de la calidad de la atención.
Esto se refiere no solo a mantener sus competencias profesionales
sino también a la colaboración que de otros profesionales
esperamos para reducir el error médico, elevar los niveles
de seguridad de los pacientes, minimizar la excesiva utilización
de los recursos y optimizar el resultado final de la atención.
Este propósito debe ser tanto en acción individual
como colectiva, incluyendo a las asociaciones y sociedades profesionales
y científicas.
-
Compromiso de mejorar el acceso a los
servicios de salud.
Los médicos en forma individual y colectiva, deben preocuparse
por reducir y eliminar las barreras de acceso, para que los
servicios sean equitativos y de calidad.
-
Compromiso con una distribución
justa de los recursos.
El médico, al tiempo que brinda una atención adecuada
para las necesidades del paciente, debe tener en cuenta el uso
juicioso y costo-efectivo de los recursos limitados. El proveer
servicios innecesarios puede resultar no solo en daño
al paciente sino que lleva al desperdicio de recursos que deberían
estar disponibles para otros.
-
Compromiso con el conocimiento científico.
Mucho del contrato social de la medicina con la sociedad se
basa en la integridad y el uso apropiado de la ciencia y la
tecnología. Los médicos deben ser baluartes de
los estándares científicos, promover la investigación
y desarrollar nuevos conocimientos.
-
Compromiso de mantener la confianza
manejando los conflictos de interés.
Los médicos y sus organizaciones se enfrentan a situaciones
que pueden poner en riesgo sus responsabilidades profesionales
cuando aceptan compensaciones económicas o ventajas personales.
Esto puede ocurrir en la relación con la industria farmacéutica
y de equipos médicos, compañías aseguradoras
y similares.
-
Compromiso con las responsabilidades
profesionales.
Como miembros de una profesión, los médicos deben
trabajar en equipo a fin de maximizar la calidad de la atención,
practicar el respeto mutuo y participar en la autorregulación.
Lo anterior debe acompañarse si fuera necesario, de medidas
disciplinarias a quienes no observen los estándares profesionales.
IV. ASPECTOS EDUCATIVOS DEL PROFESIONALISMO
MÉDICO
“Ahí está el detalle”
Cantinflas
Un compromiso fundamental de la comunidad médica,
tanto en instituciones educativas como de salud, es transmitir el
profesionalismo médico a los estudiantes que en su formación
de pre y posgrado requieren de actitudes positivas y no solo de
conocimientos científicos. El ejemplo es uno de los medios
fundamentales a través de los cuales el profesor influye
sobre sus alumnos para que éstos adopten concientemente los
obligaciones características de un profesional comprometido
(19,20). Es por ello que debe insistirse sobre el altruismo, la
excelencia, el deber, el honor, el respeto a los demás y
la rendición de cuentas como parte de nuestro ejercicio profesional.
Sin embargo, es necesario también reconocer
los “síntomas y signos” conductuales que nos
llevan a “tener lapsos” de profesionalismo (18). El
abuso del poder ha sido una característica que desafortunadamente
ocurre con frecuencia en algunos médicos al interactuar con
los pacientes y médicos en formación. El rencor no
debiera existir entre los médicos porque se opone al altruismo,
al cuidado, a la generosidad y a la integridad que son parte fundamental
de nuestro compromiso social. La mentira y el fraude deben desterrarse
de manera definitiva y no afectar el interés fundamental
que es el bienestar de nuestros pacientes. La incapacidad voluntaria
a través de simulaciones, adicciones o conductas antisociales
no son propias de un médico que se precie de serlo. Es necesario
vigilar cuidadosamente los posibles conflictos de interés,
como el aceptar participación en servicios prestados por
otras personas, comprometer los principios de investigación
clínica o colaborar de manera inadecuada con las compañías
farmacéuticas.
Existe un movimiento generalizado para modificar
los estándares de la educación médica continua
para transformarlos en un desarrollo profesional continuo que permita
a su vez mantener tanto los aspectos cognoscitivos y de habilidades,
como las actitudes propias de los médicos. Será necesario
para ello integrar de manera definitiva los aspectos teóricos
y prácticos de la profesión y el profesionalismo médico,
abordar el aprendizaje con metodologías más participativas
y constituir una red que permita incluir a todos los profesionales
de la salud (18,20). Esto último en especial en el área
clínica ya que la información y formación que
nos proveen otros integrantes del equipo de salud es fundamental
para la interacción del equipo de salud que beneficie la
atención de los pacientes, la haga más expedita y
menos costosa.
El médico tiene el compromiso del liderazgo
en la atención de la salud, no solo por sus conocimientos
y experiencias sino por el lugar preponderante que tradicionalmente
ha ocupado en la sociedad. Lugar que hoy en día tiene que
ganarse a diario buscando el respeto de la comunidad y de sus compañeros
y cumpliendo cabalmente con las obligaciones que le han caracterizado
anteponiendo siempre el interés de los pacientes a los intereses
personales. Es de fundamental importancia que la comunidad médica
promueva de manera proactiva la interiorización de estos
conceptos en las nuevas generaciones de clínicos, así
como en los profesores encargados de formarlos, para implementar
de manera efectiva este cambio curricular en la formación
del profesional de la salud, desarrollando mecanismos de instrucción
y evaluación apropiados para esta temática en nuestro
entorno educativo y de atención médica.
Las instituciones educativas y de salud tienen
el compromiso con la sociedad de contribuir a la formación
de los trabajadores de la salud en nuestro país, es importante
que se implementen talleres y cursos de capacitación docente
que aborden la temática del profesionalismo médico
(21), y que como gremio profesional comencemos a familiarizarnos
con las diversas herramientas que existen y que han sido validadas
educativamente para evaluar la conducta profesional del profesorado
y de los alumnos de medicina de pre y posgrado (22). Un recurso
disponible de manera gratuita para promover estos conceptos en la
educación médica de posgrado ha sido elaborado por
el ACGME de los E.U.A., planteando diferentes estrategias para enseñar
y evaluar profesionalismo en las residencias médicas (23).
El médico adquiere los cimientos del profesionalismo
durante su formación de pre y posgrado, a través del
“currículo oculto” y de la socialización
de sus vivencias en la escuela de medicina y la práctica
médica hospitalaria, y conforme progresa en la actividad
médica a lo largo de los años va puliendo y adaptando
sus respuestas ante los diferentes retos mencionados en este documento
de una manera individual e intuitiva, sin experiencias educativas
formales o evaluación directa de sus conducta bajo este marco
conceptual (24). Es importante que estemos conscientes de la situación
actual por la que atraviesa la sociedad y la comunidad médica
en su conjunto, para que la enseñanza y modelo de las conductas
y valores del profesionalismo médico consideren el “mundo
real” en donde se ejerce y practica la medicina, de otra manera
corre el riesgo de convertirse únicamente en un sofisticado
ejercicio intelectual sin impacto real en la actitud de los médicos
en formación ante los retos anteriormente citados.
REFERENCIAS
-
Cruess, R.L., Cruess, S.R., Johnston, S.E.
Professionalism – an ideal to be pursued. Lancet
2000; 365: 156-159.
-
Bloom, S.W. Professionalism in the practice
of medicine. Mt. Sinai J. Med. 2002; 69: 398-403.
-
Association of American Medical Colleges.
Professionalism in Contemporary Medical Education: An Invitational
Colloquium. Washington, D.C. Association of American Medical
Colleges, 1998.
-
Cruess, S.R., Cruess, R.L. Professionalism
must be taught. BMJ. 1997; 315: 1674- 1677.
-
ABIM (American Board of Internal Medicine)
Foundation. ACP (American College of Physicians) Foundation.
European Federation of Internal Medicine. Medical professionalism
in the new millennium: a physician charter. Ann Intern Med.
2002; 136: 243-246. También publicado en: Lancet. 359:
520-523.
-
Accreditation Council for Graduate Medical
Education.(ACGME). Outcome Project. ACGME Website. 2000 http://www.acgme.org/outcome/compFull.asp
-
Hafferty, F.W. Beyond curriculum reform:
confronting medicine’s hidden curriculum. Acad Med
1998; 73: 403-7.
-
Wynia MK, Latham SR, Kao AC, et al. Medical
professionalism in society. N Engl J Med 1999; 341:1612-16.
-
National Board of Medical Examiners (NBME)
http://ci.nbme.org.professionalism
-
American Board of Internal Medicine (ABIM).
Project Professionalism (revised). Philadelphia, PA. 2001. http://www.abim.org/resources/publications/professionalism.pdf
-
WFME Global Standards for Quality Improvement.
Postgraduate Medical Education. World Federation for Medical
Education, 2003. http://www.wfme.org
-
Innui T.S. A flag in the wind: educating
for professionalism in medicine. Washington DC: Association
of American Medical Colleges. 2003.
-
Royal College of Physicians and Surgeons
of Canada. CanMEDS 2000 Project. Skills for the new millennium:
report of the societal needs working group. Disponible en :
http://rcpsc.medical.org.canmeds/CanMEDS e.pdf
-
General Medical Council. “Good Medical
Practice” London, 2001. http://www.gmc-uk.org/guidance/good_medical_practice/index.asp
-
Swick, H.M. Towards a normative definition
of professionalism. Acad. Med. 2000; 75: 612-616.
-
Cruess, S.R., Johnston, S., Cruess, R.L.
Professionalism: a working definition for medical educators.
Teach Learn Med. 2004; 16: 74-76.
-
Arnold, L. Assessing professional behaviors:
Yesterday, today, and tomorrow. Acad Med 2002: 77; 502-515.
-
Arnold L. What is medical professionalism?
in Stern D T. (ed). Measuring Medical Professionalism. New York
NY. Oxford Univ Press. 2005: 15-39
-
Kao A., Lim M., and Spivak J. Teaching and
evaluating professionalism in US medical schools, 2002-2003.
JAMA. 2003; 290: 1151-1152
-
Royal College of Physicians of London. Doctors
in society: medical professionalism in a changing world.London
UK: Royal college of Physicians of London, 2005. Disponible
en: http://www.rcplondon.ac.uk/pubs/books/docinsoc/
-
Steinert, Y., Cruess, S.R., Cruess. R.L.
and Snell, L. Faculty development for reaching and evaluating
professionalism: from program design to curricular change. Med
Educ, 2005; 39: 127-136
-
Veloski, J.J., Fields, S.K., Boex, J.R.,
Blank, L.L. Measuring professionalism: a review of studies with
instruments reported in the literature between 1982 and 2002.
Acad Med. 2005; 80: 366-370.
-
ACGME Outcome Project. Advancing Education
in Medical Professionalism. 2004. Disponible en: http://www.acgme.org/outcome/implement/Profm_resource.pdf
-
Stern D.T. The developing physician: becoming
a professional. N Engl J Med 2006; 355:1794-9.
|