SEMINARIO PERMANENTE DE SALUD EN EL TRABAJO Exposición ocupacional
a nanopartículas y
Se sabe que por su tamaño, las nanopartículas entran a niveles profundos del cuerpo y allí se depositan, pero por ser elementos nuevos aún no se conoce casi nada sobre la toxicidad que pueden producir en las personas, aseveró el doctor Jorge A. Morales Camiño, médico egresado de la Facultad de Medicina y maestro en ciencias en salud en el trabajo, durante el seminario permanente número 70 de Salud en el Trabajo. Durante este seminario, desarrollado en el aula A-302, el doctor Morales describió a las nanopartículas como aquellas cuyo diámetro se encuentra entre uno y cien nanómetros (lo que equivale a la millonésima parte de un metro). Dentro de sus características fisicoquímicas, explicó que la mayoría de los átomos de las nanopartículas está en su superficie, propiedad a la que se denomina “superficie de contacto”, característica que ninguna otra partícula tiene. Otras de sus características es que son ópticamente transparentes; son materiales nuevos, por lo que no hay antecedentes ni evaluaciones de ellos; no se sabe qué puede pasar, y no cuentan con sistema de clasificación: “Nano puede ser cualquier material y eso provoca que cuando se mencionan las nanopartículas se habla de todo y de nada, porque se van a comportar de acuerdo con el material del que provengan, en parte, pues su comportamiento a granel es muy distinto al ser transformado a nanopartícula. Es un mundo diferente de donde están surgiendo muchas preguntas y hay muy pocas respuestas.” Un aspecto más es que existen partículas muy solubles y otras poco solubles. También mencionó que son artificiales, pues se trata de un desarrollo tecnológico del hombre. Destacó que algunas de estas características cambian y es lo que hace interesante su utilización en la industria. “Hace años ya se había descubierto este sistema en el proceso de vulcanización en la fabricación de llantas, pero no se entendía cómo se daba dicho proceso. Cuando se llegue a conocer y entender completamente habrá una revolución en el tema”, afirmó el también director médico para América Latina de Procter and Gamble, quien acotó asimismo que para la industria y para la economía este tipo de tecnología está ganando terreno. Actualmente uno por ciento de los productos comerciales usan nanotecnología y para el año 2015 se calcula un incremento a 15 por ciento. Para ese mismo año, se estiman ingresos por tres trillones de dólares, principalmente por la producción de materiales en las áreas de electrónica por la fabricación de nanotubos, en farmacéutica por la aparición de nuevos medicamentos, y en salud por nuevos tratamientos, así como en la industria química, las herramientas y el aeroespacio, por lo que confirmó que en el futuro éste será un gran negocio para los países que actualmente invierten en esta tecnología. Comentó que en México se está trabajando, pero los investigadores utilizan sus propios recursos porque no hay inversión por parte de la industria ni del Estado. Sobre los riesgos a la salud que pueden provocar, señaló que hace falta complementar la evaluación del riesgo en el uso de la nanotecnología, tanto para quienes la van usar en el ambiente como para los trabajadores que van a manipularla.
Como información general, mencionó que, para la medicina del trabajo, las partículas de 10 micras son elementos que pueden entrar por vía respiratoria, aunque la mayoría se quedan en la parte superior de ella, y las menores a cinco micras penetran más al cuerpo, por lo que una nanopartícula, que es cien veces menor a una micra, no se sabe hasta dónde puede llegar. En los pocos estudios que se han realizado se ha encontrado que pueden entrar al encéfalo a través del bulbo olfatorio, por lo que dicha tecnología comienza a crear roces entre los grupos ambientalistas y las industrias que comienzan a comercializarla. “Los problemas hasta ahora son sobre cómo se van a sintetizar las nanopartículas, cómo se van a ensamblar y cómo se va a realizar la ingeniería de instalar o lograr los efectos meta.” El doctor Morales indicó que actualmente, si se tiene un manejo cuidadoso del material, es poco probable que haya toxicidad. En la fabricación de nanotubos de carbono se realizó el primer estudio sobre daños a la salud; dio como resultado que son de baja toxicidad y que habrá que investigar más en este campo. En el pulmón se encontró que su camino es nasal, tráquea, bronquios y, finalmente, se depositan en los alvéolos. “A nivel de traslocación resulta que no es necesario que pasen de un área a otra sino lo hacen en forma directa. Esto se estudió inicialmente en ratas, por lo que el problema es que éstas tienen un bulbo olfatorio más grande en comparación con el humano. En changos se realizó un estudio para detectar las vías hacia el encéfalo y se vio que las nanopartículas pueden inhalarse, entrar por la piel o el tubo digestivo, entrar al torrente sanguíneo y de allí a la médula ósea, los vasos y el endotelio.” En el área de toxicocinética, dijo que los efectos dependen principalmente del tipo de partícula, tamaño, composición química, estructura de la superficie, solubilidad, forma y capacidad de agregación, lo que representa todo un problema para los científicos. Mencionó que sobre sus aspectos toxicodinámicos se ha visto que se unen a ciertas proteínas, lo que causa otro problema, pues la proteína las lleva a un lugar distinto en el cuerpo y luego no se sabe dónde se ubican.
Al hablar de su estrés oxidativo, afirmó que es algo que está perfectamente identificado. “Hay estudios que han demostrado que producen mucha inflamación, por lo que pueden causar necrosis, cirrosis, hipertrofia o neoplasia, aunque todos estos estudios sólo se han realizado en animales.” El doctor Morales destacó que es urgente desarrollar modelos para evaluar los riesgos de salud por medio de grupos multidisciplinarios y desarrollar medidas. Enfatizó sobre la necesidad de saber qué pasa si una nanopartícula se agrega a otra y preguntarse si deja de serlo, cómo mantenerla y evitar que se una a otra, así como el identificar si alguna población es genéticamente más sensible a esta tecnología. Finalmente, dijo que las nanopartículas provocan daños a la salud única e incuantificablemente, la exposición ocupacional a ellas irá en aumento en los próximos años y la información sobre su impacto puede impedir la implementación de nuevas nanotecnologías; pero, asimismo, debe ser reconocido el beneficio social de las mismas.
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