El SARS, una experiencia de salud pública que a México lo colocó como ejemplo
“La respuesta y organización del sistema de salud mexicano en salud pública permitió que el país respondiera a nivel nacional a cinco días de darse la alerta internacional”, aseveró el doctor Pablo Kuri Morales, durante su conferencia titulada “El SARS y la respuesta en salud pública”.
Durante la conferencia, realizada el pasado 18 de agosto en el auditorio “Dr. Fernando Ocaranza”, el doctor Kuri Morales, director general de Epidemiología de la Secretaría de Salud (SSa), explicó que en México se conoció el problema el 15 de marzo del año pasado, día en que se dio la alerta internacional, y que la rápida respuesta se debió a la estructura informática que ha establecido la Secretaría de Salud con organismos internacionales. “Tenemos por rutina la vigilancia de lo que reporta la Organización Mundial de la Salud (OMS) a través de un sistema que se llama Alerta Global de Enfermedades Nuevas, y que manda todos los días un aviso. En caso de alguna epidemia, inmediatamente se emite una alerta epidemiológica a las entidades federativas, enviando toda la información con la que se cuente en ese momento. En el caso del Síndrome Agudo Respiratorio Severo (SARS), el primer comunicado decía que era neumonía atípica. Cinco días después emitimos la alerta con los primeros lineamientos para prevenirlo en este país, se publicaron en la página electrónica de la Secretaría y se envió a todos los estados.” Afirmó que el 23 de abril se reportó el primer caso, que aunque no lo fue, quedó como experiencia. Un joven que provenía de Hong Honk y que estuvo bombardeado por los medios de esa zona, al llegar dijo que se sentía mal y se avisó antes de que aterrizara el avión. Ello sirvió de ejercicio a los servicios médicos del Distrito Federal y al Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER). Se hizo todo el protocolo de control y el individuo no tenía nada, pero el hecho implicó que se organizara una conferencia de prensa para aclarar. Al respecto aseveró que los medios son parte de la salud pública, por lo que hay que lidiar con ellos y saber manejarlos. Como parte de este trabajo el doctor Kuri mencionó que en mayo del año pasado se inició un operativo en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, en apoyo a los servicios de sanidad internacional de la Secretaría de Salud del Distrito Federal, ya que existían 26 vuelos diarios de Toronto o vía, con una escala donde había SARS, por lo que se estableció un protocolo para todo avión que provenía o hiciera escala en un lugar donde lo hubiera para informar a los pasajeros. El 22 de junio se dio por terminada la emergencia en el aeropuerto, en julio la OMS anunció que se había acabado la epidemia y ese mismo día la Secretaría de Salud dio una conferencia para informar que se había terminado la infección y que había que enfrentar otros problemas de salud pública en el país. Como experiencia de salud pública dijo que se aprendió a mantener la vigilancia epidemiológica y difundir la información al personal médico, porque son ellos quienes detectan los casos, tienen que ser capaces de responder y coordinarse no sólo con instituciones del sector salud sino fuera, como pueden ser la Secretaría de Relaciones Exteriores o la Comisión Nacional de Migración. Explicó que una vigilancia se hace al emitir las alertas, desarrollar lineamientos, capacitar al personal de salud y realizar operativos para detectar de manera oportuna la llegada de un padecimiento, tanto en puertos (implica relacionarse la SSa con la Secretaría de Comunicaciones y Transportes) como aeropuertos (con autoridades aeroportuarias), y en la frontera (con el Instituto Nacional de Migración), lo que se convierte en un esfuerzo de coordinación. Por lo anterior, afirmó que desde el 21 de septiembre del año pasado se conformó el Comité Nacional de Seguridad en Salud, al que le competen estos asuntos y otros, como los del bioterrorismo. En cuanto a información y difusión, la Secretaría de Salud puso a disposición de la población una línea 800, se hicieron folletos informativos y carteles, y en internet se encuentra toda la documentación relativa. Se expidieron boletines de prensa y más de 122 actualizaciones diarias a los estados; se designó un vocero único para evitar desacuerdos, y se dieron más de 85 entrevistas en radio, prensa, televisión y otros medios. Otra cosa que se hizo para fortalecer el componente de atención fue determinar en cada entidad federativa un hospital que pudiera recibir casos y que tuviera contacto con el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias, se trajo a todos los infectólogos responsables y a algunos directivos en los estados para capacitarlos. Económicamente, dijo que no hay cifras de la inversión que se realizó, pero sí se invirtió mucho dinero. Cabe mencionar que actualmente México pertenece en asuntos de bioterrorismo a un grupo global de seguridad en salud que está integrado por el G-7 —los países más poderosos del mundo— más México, lo que sirvió para facilitar la comunicación con Canadá y coordinarse con la OMS y la Organización Panamericana de Salud. Con estas facilidades las delegaciones de México fueron a Toronto a ver el operativo epidemiológico, a Ottawa a ver la organización del mismo en hospitales, y a Winnipeg, al Laboratorio Nacional de Referencia de Canadá, para traer técnicas y aprender de los errores, ya que el mal manejo en todo el mundo fue no seguir la práctica de tratamiento de un paciente infeccioso, lo que como resultado dio 30 por ciento de infectados en personal de salud. Con toda esta experiencia México participó en una conferencia mundial, donde se presentó como ejemplo de un país donde no había epidemia, pero en el que se había organizado una respuesta de salud pública. El doctor Kuri atribuyó el éxito de México a la prevención, a la aplicación de medidas estándar para prevención de enfermedades respiratorias y a la capacitación del personal. Al finalizar el brote, en México se actualizó el manual, y para consolidar el plan de respuesta, se pusieron al día directorios con las entidades federativas sobre las unidades centinela, se capacitó a personal para el manejo de los casos, se continuó con la identificación de los mismos, se colaboró, cuando fue necesario, con los estudios internacionales para identificar el desarrollo que no se conocía ni los factores de transmisión para manejar su riesgo en humanos y evitar futuros brotes. Al final comentó que el impacto del SARS fue más bien económico, provocado por los medios de comunicación, y no una catástrofe de salud desde el punto de vista epidemiológico, pues se calcula que por cada cien millones de habitantes en el planeta hubo 125 enfermos, no como la tuberculosis, que en su momento llegó a 2 mil 380 enfermos por cada diez millones de habitantes. En comparación con otras enfermedades, el SARS registró ocho defunciones por cada 100 enfermos, mientras que de sida las defunciones son de 100 por ciento. |