El maltrato infantil y los accidentes son considerados problemas mundiales de salud pública
“Las formas agudas de traumatismo craneoencefálico en niños obedecen a dos etiologías: accidentes y maltrato infantil, estas dos patologías son problemas mundiales de salud pública”, indicó el doctor Arturo Loredo Abdalá, socio numerario de la Academia Nacional de Medicina (ANM) y ex presidente de la Academia Mexicana de Pediatría (AMP), al hablar de las “Formas agudas y graves de traumatismos craneanos en niños”, en el marco del curso de actualización de “Atención adecuada y oportuna al que sufre un accidente”, realizado en el mes de julio y organizado por el doctor Agustín Chardí Córdova. En el auditorio “Ramón de la Fuente Muñiz”, del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina, el pediatra indicó que los accidentes son un problema muy serio que evidentemente se ven en todas las edades, pero más en los adolescentes; entonces, “nuestro quehacer como médicos generales, como pediatras, es tratar de establecer proyectos de prevención que ayuden a que estos chicos no sufran alteraciones”, apuntó. Al hablar sobre la atención que recibe un menor cuando llega al hospital por traumatismo el doctor Loredo Abdalá aclaró que se habla y se dice que en niños menores de cuatro años, pero fundamentalmente en menores de dos años que presenten un traumatismo craneoencefálico que pone en peligro su vida, una fractura o una pérdida súbita de conocimiento, sucede a consecuencia de maltrato, agresión o violencia intencional, mientras no se demuestre lo contrario. “Ochenta por ciento de las muertes por traumatismo craneoencefálico fueron secundarias a violencia intencional. Si bajamos la edad, la cifra se eleva a 95 por ciento de los chicos que son lesionados intencionalmente”, mencionó. Ante médicos generales congregados en el recinto universitario, el miembro de la ANM subrayó que en 1984, cuando en el Instituto Nacional de Pediatría se hizo el balance anual de pacientes que se habían tratado: “... nos encontramos que teníamos un número interesante de menores que habíamos diagnosticado como víctimas de malos tratos, y los canalizábamos a Desarrollo Integral de la Familia (DIF), donde contaban con un Programa que se llamaba Premat, y que eran los encargados de resolver ese tipo de problemas; nosotros, como institución, no sabíamos qué hacer con estos pacientes, y muchos niños que habíamos canalizado al DIF regresaban nuevamente maltratados.” Señaló que se puso en marcha la Clínica de Atención Integral al Niño Maltratado (CAINM), en donde se empezaron a diseñar una serie de estrategias, de diagnostico, de abordaje, de atención integral y líneas de investigación “que nos permitan estar a la vanguardia mundial de esta patología”, afirmó. El doctor Loredo Abdalá señaló que el maltrato físico puede ocurrir por traumatismo, quemadura, asfixia o ahogamiento; todas estas formas dramáticas pueden causar la muerte del menor, y recomendó a los médicos la obligación de pensar que un menor, cuando llega a recibir atención médica, es víctima de maltrato. Indicó que J. Caffey publicó en 1974 un estudio que hace referencia al síndrome del niño sacudido (SNS). El 8 de marzo de 2002, el doctor Ernesto Zedillo, en ese entonces presidente de la República, creó la Norma Oficial Mexicana contra la Violencia Familiar: “Si algún médico atiende en su consultorio a un menor con lesiones en cualquier parte del cuerpo, es deber del doctor hacer llegar una notificación a la autoridad pertinente acerca del paciente atendido, en caso de no hacerlo, el médico puede ser acusado de negligencia”, expresó. Al hablar sobre el SNS, el especialista lo consideró como una forma muy grave y silenciosa de traumatismo craneoencefálico que puede matar a los niños. De acuerdo con el doctor Loredo Abdalá, se registran de 750 a 3 mil 750 casos al año en infantes menores de cinco. “Situación que ocurre en niños habitualmente menores de cinco años y más frecuentemente en menores de dos años, entre más grande el infante, más difícil sacudirlo.” El ex presidente de la AMP señaló que quien sacude a un infante puede provocarle una hemorragia intracraneal, habitualmente hematoma subdural y hemorragia retiniana, y no se aprecia lesión externa, “niño menor de cuatro años que presenta estas señales puede ser víctima de maltrato mientras no se demuestre lo contrario”, destacó. Recomendó a los galenos hacer una revisión completa del paciente menor maltratado de pies a cabeza, “una de ellas —fundamental— es revisar el fondo de ojo y la presión arterial, así como el cuello, que es una parte muy susceptible de lesión porque puede presentar un esguince cervical”. Señaló que dentro del cuadro clínico del SNS los signos que pueden existir como consecuencia de hemorragia intracraneal son: rechazo al alimento, vómito, decaimiento e irritabilidad. Los signos específicos son convulsiones, alteraciones del estado de la conciencia e hipertensión intracraneal. Loredo Abdalá indicó que en dos años la CAINM atendió a 16 casos de niños que van desde un mes hasta año y medio de edad, 10 mujeres y seis varones. Los 16 presentaron problemas del sistema nervioso central, hemorragia subdural y hemorragia subhialoidea. “Todos tuvieron afección ocular; lo más grave es que no sólo hemorragia retiniana, sino tres tenían desprendimiento de la retina y fracturas costales en cuatro casos. Fallecieron tres, pero ocho infantes presentan secuelas neurológicas, como convulsiones y retraso psicomotor”, concluyó. |