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NUESTROS DEPORTISTAS Raquel Márquez, primera
mujer latinoamericana y
La profesora de inglés de la Facultad de
Medicina y nadadora mexicana Raquel Márquez Colín se convirtió
en la primera mujer latinoamericana y segunda en la historia en cruzar
el Canal de la Mancha en estilo de dorso, al realizar su prueba el 31
de julio y 1º de agosto del año en curso. Márquez
intentó imponer un nuevo récord para el cruce y así
emular lo realizado por la estadounidense Tina Nelly —quien en
2005 hizo la travesía con un registro final de 13:22.28 horas—,
pero las condiciones climáticas se lo impidieron, por lo que
su siguiente meta es hacerlo de ida y vuelta.
En entrevista para esta medio, Raquel nos comentó que desde niña practica la natación; al ingresar al Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) pasó a ser parte del selectivo universitario, a los 17 años, y mientras cursaba su licenciatura, la abandonó para terminar su carrera de diseño gráfico en la Escuela Nacional de Artes Plásticas. La idea de cruzar el Canal de la Mancha “En 2004 escuché una entrevista, por radio, con la nadadora Patricia Guerra, quien iba a cruzar el Canal. Ello me motivó para decidir que yo lo iba a hacer. La motivación fue saber que uno tiene que marcarse metas.”
Sobre el tema, alguna ocasión comentó que una nadadora de su edad sabe que no va a asistir a las olimpiadas, por lo que cruzar el Canal de la Mancha implica una madurez deportiva. A partir de entonces comenzó a buscar la forma de realizar el cruce y en el deportivo donde practicaba había una persona que sabía qué hacer. La empezó a entrenar, primero para la Manhattan Island Maratón, una prueba previa al cruce del Canal, que consta de nadar 25 personas, 44 kilómetros alrededor de la isla de Manhattan, Nueva York. En aquella ocasión ella cubrió 28 kilómetros de nado de crawl en cinco horas y media, pues la competencia se suspendió debido a una tormenta eléctrica que no permitió la conclusión de la prueba, la cual tiene como límite un tiempo de nueve horas y media. Su participación en esta maratón fue en 2005, un año decisivo para su incursión en aguas abiertas. Después de esta prueba Raquel se quedó sin entrenador y tuvo que buscar otro. Aquí fue cuando conoció a Raymundo Prieto, quien se caracteriza por su gran profesionalismo y experiencia; comprometió en cada brazada a Raquel para el logro de su meta, y supervisó su trabajo y rendimiento diario. Trabajo previo al cruce Raquel comentó que durante los dos años previos a su meta el trabajo fue arduo en todos sentidos, “desde el económico, porque nadie me apoyaba y tuve que trabajar más; físicamente también, porque la prueba implicaba más riesgo y esfuerzo; la preparación tenía que ser más profesional, porque de alguna manera los riesgos son mucho mayores”. Para la realización de un proyecto como el de Raquel se requiere de un trabajo multidisciplinario, integrado por seis áreas principales: entrenamiento, entrenadores, médicos, nutrición, apoyo psicológico y financiamiento. — ¿Qué pasaba con la temperatura del agua? Es mucho el trabajo mental que se requiere para poder llevar a cabo este proyecto. Algunos expertos en aguas abiertas expresan que más de 60 por ciento de esta labor es mental. Y es que al enfrentarse a tantas horas de nado el deportista requiere de un control que le permita rebasar umbrales de dolor, cansancio, miedo o angustia, entre otros. El cruce El cruce consiste en nadar de Dover, Inglaterra, a Calais, Francia, y el nadador va acompañado por una embarcación que sirve de guía y apoyo durante el trayecto, además de asistir la hidratación y alimentación del nadador, pero dicha embarcación no puede tener ningún contacto físico con el deportista. En ella van el entrenador, algún familiar o amigo, el juez, el capitán y dos asientes. Luego de año y medio de preparación y tres semanas para aclimatarse y esperar una ventana de buen tiempo, Raquel Márquez cruzó el Canal de la Mancha en estilo dorso, el martes 31 de julio a las nueve de la noche, y concluyó a la una de la tarde del primero de agosto, en condiciones adversas; recorrió casi 60 kilómetros en un tiempo de casi 16 horas. Cabe mencionar que en línea recta y en el espacio más estrecho entre las dos tierras se calculan 32 kilómetros; sin embargo la cantidad de kilómetros que se nadan varía, las condicionantes son las corrientes y el clima que se presente durante la travesía. “Nadé en las mareas fuertes, lo que implicó que mi nado tenía que ser más fuerte y rápido. Sabía que nadaba en condiciones que no había contemplado. Yo tenía un tiempo estimado por debajo de las 13 horas, porque la idea era romper el tiempo de Nelly, pero dado que nadé en otras condiciones fue muy difícil, mi nado se prolongó a 16 horas y desde el primer momento me di cuenta de que no iba por el tiempo sino por llegar al otro lado.“ — ¿Qué sucede después de este esfuerzo? Raquel regresó a México el 3 de agosto y para ella ahora lo siguiente es continuar su vida y trabajar para pagar todas sus deudas. “La parte deportiva continúa, pero la realidad es que… la gente piensa que después de hacer este cruce la vida cambia y te vas a cambiar de casa y vas a comprar un auto…, pero la verdad es que tu vida sigue siendo la misma. Te sigues imponiendo metas y mi siguiente meta es concluir la maratón de Manhattan y después regresar al canal para cruzar de ida y vuelta.” Dentro de sus metas está seguir trabajando como profesora, pues es una de las actividades que más le gustan. “Estar con los jóvenes me gusta mucho. Me gusta dar y sé que estoy contribuyendo a su formación y futuro, porque en la actualidad el inglés no es un lujo, es una necesidad. “Antes de mi cruce estuve dando clases en Cancerología a los médicos especialistas que necesitan realizar estudios en el extranjero y en la Facultad, dar clases a los jóvenes de licenciatura, es pensar que les estoy ayudando a resolver su vida futura. Me gusta además compartir, y esto del cruce habla de mucha disciplina y entrega, por lo que comparto con ellos para demostrarles que cuando uno se plantea cosas, sólo depende de ti hacerlas, no hay si me ayudaron o no.” Sobre el diseño comentó que le gusta mucho y, de hecho, para el cruce hizo un logotipo que hoy mucha gente reconoce. “Esto es posible gracias a que soy diseñadora y tengo ese sentido que me permite hacerlo. La fotografía también me gusta mucho, la practico cuando no tengo que vivir del diseño, y por azares del destino comencé a dar clases. Trabajaba en una escuela de idiomas como diseñadora y a partir de eso fue que descubrí que dar clases me llenaba al igual que el diseño.” Ahora ya son doce años de profesora. Sobre el ser Puma, afirmó serlo en todos sentidos, lo que es una parte trascendente para ella. “Para mí era importante llevar la camiseta y de hecho tuve apoyo de la Universidad, quien me uniformó. Llevé una sudadera de los Pumas durante todo el tiempo que estuve allá y las personas me identificaban con ella. Es algo que no te lo da otra institución, la Universidad me abanderó y estaba conmigo bien puesta”, concluyó. Raquel Márquez cuenta con una página de internet donde te puedes comunicar con ella y encontrar información del canal y de la natación: www.elcanaldedorso.com |
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