Gaceta Facultad de Medicina UNAM
25 octubre 2007
Facultad de Medicina UNAM

 

NUESTROS DEPORTISTAS

Raquel Márquez, primera mujer latinoamericana y
segunda en la historia en cruzar el
Canal de la Mancha en estilo de dorso

  • Profesora del Programa de Inglés de la FM y del CELE
  • Su objetivo, emular lo realizado por la estadounidense Tina Nelly
La profesora de inglés de la Facultad de Medicina y nadadora mexicana Raquel Márquez Colín se convirtió en la primera mujer latinoamericana y segunda en la historia en cruzar el Canal de la Mancha en estilo de dorso, al realizar su prueba el 31 de julio y 1º de agosto del año en curso. Márquez intentó imponer un nuevo récord para el cruce y así emular lo realizado por la estadounidense Tina Nelly —quien en 2005 hizo la travesía con un registro final de 13:22.28 horas—, pero las condiciones climáticas se lo impidieron, por lo que su siguiente meta es hacerlo de ida y vuelta.

En entrevista para esta medio, Raquel nos comentó que desde niña practica la natación; al ingresar al Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) pasó a ser parte del selectivo universitario, a los 17 años, y mientras cursaba su licenciatura, la abandonó para terminar su carrera de diseño gráfico en la Escuela Nacional de Artes Plásticas.

La idea de cruzar el Canal de la Mancha

“En 2004 escuché una entrevista, por radio, con la nadadora Patricia Guerra, quien iba a cruzar el Canal. Ello me motivó para decidir que yo lo iba a hacer. La motivación fue saber que uno tiene que marcarse metas.”

Sobre el tema, alguna ocasión comentó que una nadadora de su edad sabe que no va a asistir a las olimpiadas, por lo que cruzar el Canal de la Mancha implica una madurez deportiva.

A partir de entonces comenzó a buscar la forma de realizar el cruce y en el deportivo donde practicaba había una persona que sabía qué hacer. La empezó a entrenar, primero para la Manhattan Island Maratón, una prueba previa al cruce del Canal, que consta de nadar 25 personas, 44 kilómetros alrededor de la isla de Manhattan, Nueva York. En aquella ocasión ella cubrió 28 kilómetros de nado de crawl en cinco horas y media, pues la competencia se suspendió debido a una tormenta eléctrica que no permitió la conclusión de la prueba, la cual tiene como límite un tiempo de nueve horas y media. Su participación en esta maratón fue en 2005, un año decisivo para su incursión en aguas abiertas.

Después de esta prueba Raquel se quedó sin entrenador y tuvo que buscar otro. Aquí fue cuando conoció a Raymundo Prieto, quien se caracteriza por su gran profesionalismo y experiencia; comprometió en cada brazada a Raquel para el logro de su meta, y supervisó su trabajo y rendimiento diario.

Trabajo previo al cruce

Raquel comentó que durante los dos años previos a su meta el trabajo fue arduo en todos sentidos, “desde el económico, porque nadie me apoyaba y tuve que trabajar más; físicamente también, porque la prueba implicaba más riesgo y esfuerzo; la preparación tenía que ser más profesional, porque de alguna manera los riesgos son mucho mayores”.

Para la realización de un proyecto como el de Raquel se requiere de un trabajo multidisciplinario, integrado por seis áreas principales: entrenamiento, entrenadores, médicos, nutrición, apoyo psicológico y financiamiento.

— ¿Qué pasaba con la temperatura del agua?
“Se realizó un trabajo especial. La temperatura en el Canal es de entre 14 y 18 grados. En México es muy difícil obtener esas temperaturas, a no ser como en el Nevado de Toluca, pero allí no tuve oportunidad de practicar. Hay alternativas, pero el mayor problema fue el de la temperatura del agua, por lo que recurría a bañarme con agua fría, y aquí interfiere el trabajo de la nutrióloga. En mi caso, fue mantener mucha grasa en mi cuerpo.”

Es mucho el trabajo mental que se requiere para poder llevar a cabo este proyecto. Algunos expertos en aguas abiertas expresan que más de 60 por ciento de esta labor es mental. Y es que al enfrentarse a tantas horas de nado el deportista requiere de un control que le permita rebasar umbrales de dolor, cansancio, miedo o angustia, entre otros.

El cruce

El cruce consiste en nadar de Dover, Inglaterra, a Calais, Francia, y el nadador va acompañado por una embarcación que sirve de guía y apoyo durante el trayecto, además de asistir la hidratación y alimentación del nadador, pero dicha embarcación no puede tener ningún contacto físico con el deportista. En ella van el entrenador, algún familiar o amigo, el juez, el capitán y dos asientes.

Luego de año y medio de preparación y tres semanas para aclimatarse y esperar una ventana de buen tiempo, Raquel Márquez cruzó el Canal de la Mancha en estilo dorso, el martes 31 de julio a las nueve de la noche, y concluyó a la una de la tarde del primero de agosto, en condiciones adversas; recorrió casi 60 kilómetros en un tiempo de casi 16 horas. Cabe mencionar que en línea recta y en el espacio más estrecho entre las dos tierras se calculan 32 kilómetros; sin embargo la cantidad de kilómetros que se nadan varía, las condicionantes son las corrientes y el clima que se presente durante la travesía.

“Nadé en las mareas fuertes, lo que implicó que mi nado tenía que ser más fuerte y rápido. Sabía que nadaba en condiciones que no había contemplado. Yo tenía un tiempo estimado por debajo de las 13 horas, porque la idea era romper el tiempo de Nelly, pero dado que nadé en otras condiciones fue muy difícil, mi nado se prolongó a 16 horas y desde el primer momento me di cuenta de que no iba por el tiempo sino por llegar al otro lado.“

— ¿Qué sucede después de este esfuerzo?
“Tienes muchos sentimientos encontrados. Es una felicidad muy difícil de explicar, porque te cubre la sensación de que cumpliste a la gente que creyó en ti, a quien te apoyó, a tu familia y a amigos, y la gente que no te apoyó, porque es demostrar que sin ellos las cosas también se pueden hacer, pero también hay un cansancio físico. El cansancio te truena y no tienes tiempo de pensar en la felicidad, quieres tirarte y que se quite el dolor. Tu cuerpo comienza a reclamar no sólo el descanso de esas 16 horas sino el descanso de dos años de trabajo intenso. El cansancio es enorme, pero la satisfacción de haberlo hecho de alguna manera hace que eso lo dejes en un segundo plano y disfrutes el momento. Para mí fue sumamente importante, porque antes de llegar a la orilla me entregaron una bandera de mi país, fue como lo más importante. Levantar la bandera de tu país… no hay forma de decirlo, el tocar la arena y decir ‘ya llegué’ no se compara con el tener la bandera de tu país en un lugar lejano y sin gente que conozcas… es todo.”

Raquel regresó a México el 3 de agosto y para ella ahora lo siguiente es continuar su vida y trabajar para pagar todas sus deudas. “La parte deportiva continúa, pero la realidad es que… la gente piensa que después de hacer este cruce la vida cambia y te vas a cambiar de casa y vas a comprar un auto…, pero la verdad es que tu vida sigue siendo la misma. Te sigues imponiendo metas y mi siguiente meta es concluir la maratón de Manhattan y después regresar al canal para cruzar de ida y vuelta.”

Dentro de sus metas está seguir trabajando como profesora, pues es una de las actividades que más le gustan. “Estar con los jóvenes me gusta mucho. Me gusta dar y sé que estoy contribuyendo a su formación y futuro, porque en la actualidad el inglés no es un lujo, es una necesidad.

“Antes de mi cruce estuve dando clases en Cancerología a los médicos especialistas que necesitan realizar estudios en el extranjero y en la Facultad, dar clases a los jóvenes de licenciatura, es pensar que les estoy ayudando a resolver su vida futura. Me gusta además compartir, y esto del cruce habla de mucha disciplina y entrega, por lo que comparto con ellos para demostrarles que cuando uno se plantea cosas, sólo depende de ti hacerlas, no hay si me ayudaron o no.”

Sobre el diseño comentó que le gusta mucho y, de hecho, para el cruce hizo un logotipo que hoy mucha gente reconoce. “Esto es posible gracias a que soy diseñadora y tengo ese sentido que me permite hacerlo. La fotografía también me gusta mucho, la practico cuando no tengo que vivir del diseño, y por azares del destino comencé a dar clases. Trabajaba en una escuela de idiomas como diseñadora y a partir de eso fue que descubrí que dar clases me llenaba al igual que el diseño.” Ahora ya son doce años de profesora.

Sobre el ser Puma, afirmó serlo en todos sentidos, lo que es una parte trascendente para ella. “Para mí era importante llevar la camiseta y de hecho tuve apoyo de la Universidad, quien me uniformó. Llevé una sudadera de los Pumas durante todo el tiempo que estuve allá y las personas me identificaban con ella. Es algo que no te lo da otra institución, la Universidad me abanderó y estaba conmigo bien puesta”, concluyó.

Raquel Márquez cuenta con una página de internet donde te puedes comunicar con ella y encontrar información del canal y de la natación: www.elcanaldedorso.com