Gaceta Facultad de Medicina UNAM
25 octubre 2005
Facultad de Medicina UNAM

Actividades Culturales: “Bajo el Mural”

Por amor anda entre las ramas

  • Un loco del Medioevo
  • Más valen dolores que andar sin amores...

El ancestral problema del amor y sus repercusiones en la escena. Aunque la obra presentada data del Medioevo, no es el caso para nada de Romeo y Julieta, pero de alguna manera liquida y atormenta porque, aunque no mata, ataranta al “loco de la enramada”, adaptación muy divertida del Taller de Teatro de la Facultad de Medicina que fue presentada el viernes 7 de septiembre Bajo el Mural, con la dirección de Rolando Monreal, quien es también responsable de la adaptación del guión original llamado El juego de la enramada, de Adam de la Haye, y textos de Gil Vicente y Juan de la Encina.

Se relatan los pormenores de este loco, que no lo es tanto, ya que a pesar de haber perdido el seso a causa de su gran amor y decepción, termina enamorado de bellas hadas y de algunas damas del público presente, lo cual lo absuelve de alguna manera y hace divertida la puesta en escena.

Por lo tanto, Marcos Adrián Mendoza, el “loco de la enramada”, no se sustrae de la obra y ubica muy bien el personaje, lo actualiza y le da forma con gesticulaciones que lo convierten en un chiflado con muy buen humor, en la época presente, y aunque hay aspectos medievales es claro que la intención del director queda bien plasmada.

Entre los aciertos que tiene la puesta en escena están las caracterizaciones de las hadas. Son tres jóvenes delgadas y agradables a la vista, caminan con zancos y utilizan pequeñas alas diseñadas y realizadas con mucha creatividad; ellas son: Carolina, Idalia y Mariana, quienes le imprimen un sello de fantasía y sorpresa al público porque afectan el estado de ánimo del loco que termina enamorado de ellas y, claro, como a todo el que se enamora equivocadamente, le va mal.

También surge el papel importante de dos duendes, actuaciones realizadas por parte de dos jóvenes: Valeria y Abigail, que de alguna manera son un recurso en la escena para ir llevando los tiempos y el ritmo, pero indiscutiblemente el personaje del doctor es básico y, por así decirlo, se convierte en el patiño del loco.

El doctor es imprescindible en el desarrollo de la obra porque le da sentido a la creación literaria y a la puesta, ya que va llevando también tiempo y ritmo. Es un personaje muy adecuado por el lugar en que se encuentra, pero es en realidad el resumen de un fraile y un tabernero que se “transformaron” convenientemente en un médico, de acuerdo con el concepto del director.

“Esta obra que presenté en junio, bajo un formato circular que teníamos en el patio, no funcionó bien porque el loco que tenía no trabajó muchas cosas y detalles. Además, me percaté de que hacer teatro callejero era muy difícil para los actores porque se necesitaba más trabajo. Lo hice frontal debido a la participación que tuvimos en el Festival Universitario”, aclaró Rolando.

Para este director teatral y actor egresado de la Facultad de Filosofía y Letras, la llegada de Marcos al grupo le imprimió el condimento que necesitaba la puesta en escena. Tuvo además que cancelar todo el trabajo anterior, pero piensa que valió la pena. Sin embargo, el constante cambio de actores afecta en el desempeño del grupo.

“Tengo mucha gente que se va y luego retorna, porque básicamente es para alumnos de primer año, y regresan cuando ya han terminado su instrucción de hospital. Me ha sucedido que luego de dos años están nuevamente en el taller y ahorita ya se me está acabando el elenco y tengo la necesidad de que quien guste integrarse al grupo, pues que se integre. Tengo a unas chicas para la obra que estoy preparando para el Día de Muertos, Las almas de Pedro Páramo, que está programada para la megaofrenda”, añadió Rolando.

Además, señaló que hacen falta más actores para la próxima pastorela de diciembre, y asegura que está adaptando una pastorela árabe, muy amena y divertida. El taller está abierto a todo aquel que lo desee, sin audiciones. Se trabaja en la zona de auditorios, los lunes de las 13 a las 16 horas, los miércoles de 11 a 14, y los viernes de 12 a 15 horas.