Gaceta Facultad de Medicina UNAM
25 octubre 2004
Facultad de Medicina UNAM

CONFERENCIAS DEL DEPARTAMENTO DE FARMACOLOGÍA

Miguel Otero obtuvo uno de los primeros lugares del VIII Concurso Nacional
Leamos la Ciencia para Todos, 2003-2004

  • Concursaron cerca de 60 mil trabajos
  • El secretario Tamez Guerra entregó los premios en el edificio principal de la SEP
  • Extienden iniciativa mexicana para divulgar y promover la ciencia entre jóvenes de América Latina

Después de algunos años de pensar en participar en el Concurso Nacional Leamos la Ciencia para Todos, Miguel Otero Zúñiga, estudiante del primer año de la carrera de médico cirujano de la Facultad de Medicina, se hizo acreedor a uno de los dos primeros lugares del Concurso mencionado, en la categoría “C” del área de las ciencias de la salud.

Promover el interés entre los jóvenes de México en temas relacionados con la ciencia, así como desarrollar habilidades en cuanto a la redacción y el análisis de lecturas científicas, son los objetivos del Concurso, convocado por la Secretaría de Educación Pública (SEP), el Fondo de Cultura Económica (FCE) y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), coeditores de la colección La Ciencia para Todos, así como la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Unidad Azcapotzalco, la Dirección General de Educación Tecnológica Industrial (DGETI), el Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica (Conalep), la Dirección General de Educación Tecnológica Agropecuaria (DGETA), la Dirección de Educación en Ciencia y Tecnología del Mar (DGECYTM), la Coordinación General de Universidades Tecnológicas (CGUT) y el Instituto Politécnico Nacional (IPN), y en esta ocasión registró 60 mil 13 trabajos participantes; sin embargo, sólo concursaron los que cumplieron con los requisitos, o sea 56 mil 770 trabajos.

Cabe mencionar que entre las prioridades del concurso está la difusión de las obras escritas por la comunidad científica, así como la promoción y el contacto de los niños con la ciencia desde etapas más tempranas, con el fin de acrecentar la formación de investigadores.

“Cuando me enteré de que la fecha de premiación se recorría por la cantidad de trabajos, pensé en que eran menos las oportunidades de ganar”, comentó Miguel Otero durante la entrevista que concedió a la Gaceta.

 

Miguel Otero Zúñiga

Alto, con lentes, una boina y personalidad tranquila, Miguel dijo conocer el Concurso desde algunas versiones anteriores y no haber podido intervenir por diversas situaciones. “En la convocatoria anterior había trabajado pensando en participar, pero por algunas situaciones no pude concretar y me quedé con la espinita. En esta ocasión tuve la oportunidad de planear bien el trabajo, escribir para el concurso y participar por primera vez.” Dijo haberse enterado del Concurso por medio de internet y por las convocatorias que estuvieron pegadas en las mamparas de la Facultad.

“La categoría en que me tocó participar consiste en la realización de un ensayo de algún texto de la colección La Ciencia para Todos, del FCE, en ese sentido yo venía pensando hacer el trabajo de un libro titulado Las sustancias de los sueños: Neuropsicofarmacología, de Simón Brailowsky, quien fuera profesor de esta Facultad.”

¿Por qué este libro?
“Creo que las neurociencias constituyen un mundo apasionante, tratar de desentrañar la complejidad cerebral, la cual reside por un lado en la diversidad de tipos de neuronas y, por el otro, en como dichas células se comunican, es un reto no sólo monumental sino a la vez fascinante. Y en este lenguaje interneuronal el que permite crear una sinfonía o incluso navegar por las montañas de la locura y de esto es de lo que habla el doctor Brailowsky en su obra. De ‘Esas misteriosas mariposas del alma’ citando a don Santiago Ramón y Cajal. En su diálogo electroquímico condicionan nuestro estado de ánimo, incluso somos por medio de ciertas sustancias capaces de alterar nuestra percepción y así abrir nuevas puertas que nos conducen a un cielo psicodélico o incluso al infierno de la adicción a dichas drogas de modo patológico. Por todo esto es que decido escribir sobre este libro.”

El joven, nacido en el Distrito Federal y egresado de la Escuela Nacional Preparatoria Nº 9, “Pedro de Alba”, explicó que desde su bachillerato había participado en el programa de la Coordinación de la Investigación Científica de la UNAM “El verano de la investigación científica”, donde realizó una estancia en el Laboratorio de Neuroanatomía Funcional perteneciente al Departamento de Neuroimagen del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía “Manuel Velasco Suárez” con los doctores Juan Valadez, Ángel Lee, Raúl Ondarza y Marco Antonio Zenteno, este último jefe del Departamento de Neuroimagen y Terapia Endovascular del Instituto y con quien trabajo de manera particular.

“En esta estancia no sólo tuve la oportunidad de acercarme al quehacer del médico, sino justamente conocer la obra de Simón Brailowsky. Allí conocí parte de su trabajo, ya que sus textos eran y siguen siendo una referencia obligada para aquellos que pretenden introducirse en el campo de la investigación neurocientífica sobre todo la que se realiza en nuestro país. Así es como conozco su obra de divulgación y artículos, además de otro libro que también es fascinante que se llama ‘Cerebro averiado: Plasticidad cerebral y recuperación funcional’, que en ese momento acababa relativamente de publicarse. Estamos hablando de 1997-1998. Es curioso como, por un lado conozco al doctor Brailowsky por medio de sus libros, y tiempo después se da la oportunidad de escribir, al menos de uno de ellos.”

¿Cuándo te nace esta idea por la medicina como profesión?
“En mi caso siempre ha existido esta inclinación al estudio del hombre, el estudiar medicina me parece todo un reto no sólo por lo que se está haciendo en cada una de las áreas del conocimiento médico y por otro lado el rezago que tiene nuestro país el área de salud y que debemos remediar asumiendo un compromiso con la sociedad que nos brinda la oportunidad de formarnos como profesionistas de la salud y sobre todo porque el hombre no es sólo una enfermedad o una neurona dañada, el hombre es cultura y creación, es más que la mera suma de sus partes, y es en este sentido que la literatura está llena de ejemplos de lo que ha sido y es el ejercicio de la medicina para diversas culturas así como en diversos momentos históricos, de ahí la importancia de que el estudiante de medicina esté siempre atento a la lectura, el teatro, etcétera… Son muchas las cosas y razones por las cuales estudio medicina, pero quizá finalmente sea esta fascinación por el otro, mi semejante, por lo que pretendo ser médico.”

Respecto al desarrollo de la profesión comentó que le gustaría en un futuro poder conjuntar la clínica, la investigación y la docencia, y agregó: “Para mí el estado ideal es poder abarcar las tres grandes esferas del quehacer médico, por un lado la clínica: el contacto directo con los pacientes; la investigación, que creo no está peleada con la clínica y tienen muchos lazos de unión, y por supuesto la docencia. Quizá sea un proyecto muy ambicioso, no sé si lo podré lograr, pero haré lo posible por conseguirlo.”

Ahora estás en primer año, ¿no crees que se modifique tu visión o crees que ya está definido lo que quieres?
“No dejo de sorprenderme tanto para bien como para mal de lo que es el mundo de la medicina, tengo cierto que quiero hacer cosas de neurociencias, lo que me apasiona, aunque de pronto empiezas a leer cosas de investigación básica o cirugía que se están haciendo, por lo que no descarto la posibilidad de involucrarme en otras áreas.”

 

La Ciencia para Todos

El FCE cuenta con una colección del mismo nombre que el concurso, la cual, desde sus orígenes como obra de divulgación científica (en 1986), ha contado con el respaldo de la SEP y el Conacyt debido a la importancia que representa para la educación de las nuevas generaciones, no sólo de futuros científicos sino de la población en general.

Esta colección ha mantenido un ritmo siempre ascendente que ha superado las aspiraciones de las personas e instituciones que la hicieron posible. Los científicos siempre han aportado material, el cual los ha hecho incursionar dentro de un nuevo campo: escribir de manera sencilla temas complejos y casi inaccesibles para poder ser entendidos por jóvenes y lectores sin formación científica.

A diez años de la creación de la colección ha trascendido la lengua española y ahora la portuguesa. La recepción internacional de esta serie motivó un cambio de nombre, de “La Ciencia desde México” a “La Ciencia para Todos”. Hoy, del Río Bravo al Cabo de Hornos, y a través del Océano, a la Península Ibérica, se han integrado científicos al proyecto en todos los campos de la ciencia moderna.

La serie publicó su primer título en septiembre de 1986: Un universo en expansión, de Luis Felipe Rodríguez. Durante este año (2004) Cien años en la vida de la luz, de Luis de la Peña, marca la segunda centena de títulos.

Cabe señalar que dicha colección es considerada la serie sobre divulgación de la ciencia más grande que ha producido la humanidad.

Por todo lo anterior, Miguel manifestó que paralelamente estudia etnología en la Escuela Nacional de Antropología e Historia, justamente por este afán de tratar de encontrar el acercamiento con el hombre, a lo que agregó: “Estudiando antropología me pude percatar de que no son pocos los antropólogos que tratan temas médicos. Por otra parte, la importancia de esto es que hay pocos médicos que trabajan o utilizan la antropología para el quehacer médico, lo cual es desventajoso y creo que sería muy útil, no sólo desde un sentido meramente académico o de investigación, sino de manera directa en la ingerencia de comunidades que se traduce finalmente en mejores condiciones de salud.”

¿Cuándo te enteraste de que fuiste ganador?
“El proceso fue largo, el concurso abarcó casi un año. En mi caso este premio es de la convocatoria del año pasado y entregué el trabajo en noviembre. De ahí, pasa una serie de procesos de evaluación, desde que el trabajo cumpla los requisitos hasta evidentemente pasar a los colegios que evalúan por categoría y área. En esta ocasión la demanda fue de cerca de 60 mil trabajos a nivel nacional, por lo que se recorrieron las fechas de resultados, las cuales estaban pensadas para junio y se retrasaron para la tercera semana de julio.

“El Concurso tiene cinco categorías y yo participé en la ‘C’ por la edad. Se da por áreas y concursé en la de las ciencias de la salud. En esta categoría fuimos 12 premiados a nivel nacional, contando todas las áreas, y compartí el premio con un joven de la Universidad de Nayarit, José Alberto Cruz Cruz.”

¿Hasta cuándo te enteraste de que habías ganado y cómo fue?
“Participé sólo por el gusto de participar y no pensando en ganar..., en algún momento sólo pensé que si bien me iba ganaría una mención honorífica... Me enteré por casualidad, fui a la casa de un compañero, al cual le pedí permiso de usar su computadora para revisar mi correo, y me percato de que la Academia Mexicana de Ciencias me envió un correo para corroborar mi participación en las estancias anuales ‘ya que había sido ganador del concurso de ciencia y tecnología’. Esto fue muy sorpresivo porque no me enteré por el FCE. Ese mismo día los llamé con la sorpresa y no saber realmente qué había sucedido. Llamé y pregunté ¿qué?, ¿gané? Ahí es cuando me entero de que había ganado el primer lugar nacional en la categoría. Después se me corroboró con una llamada telefónica y por internet, tanto por la Academia Mexicana de Ciencias como por el FCE.”

Cabe mencionar que la ceremonia de premiación se llevó a cabo el pasado martes 21 de septiembre, en el patio central del edifico sede de la Secretaría de Educación Pública, y Miguel recibió su premio de manos del titular de esa dependencia, doctor Reyes Tamez Guerra, quien entregó 825 reconocimientos en cuatro categorías.

El Concurso se promueve actualmente entre los alumnos del Sistema Educativo Nacional de 12 a 25 años de edad, así como profesores de educación media superior en activo, y se ha extendido su participación a California y Texas, en Estados Unidos, y Cuba, Venezuela, Colombia y Panamá.

¿Qué pasó en la ceremonia?
“Fue algo extraordinario, desde la entrada al edificio de la SEP, que es maravilloso y curioso, porque a un lado está el Palacio de Medicina, y de alguna manera es un ambiente conocido, y por supuesto, la adrenalina...

“Llegamos a la entrada principal, donde nos recibieron. Ver chicos de todas las edades, de todo el país y de otras nacionalidades provoca una sensación especial... De pronto, entrar, dar tus datos y te indiquen tu lugar es maravilloso. La ceremonia fue en el patio principal de la SEP, en un marco esplendoroso, ver los murales de Diego Rivera es extraordinario, y en uno de los pasillos se encuentra el salón de maestros de relevancia nacional, que te invade de emoción. Estaban los medios de comunicación, las autoridades nacionales y extranjeras, y todo el sistema de educación del país presentes...

“Sé que no es comparable, pero para mí es como un Nobel en chiquito, al menos eso yo siento, y por supuesto, una experiencia inolvidable. Estar allí y compartir experiencias con la delegación cubana, Venezuela..., es algo maravilloso.”

¿Ahora qué sigue?
“De entrada puedo decir que el ganar este concurso me abrió puertas, por un lado en investigación, pues parte de la premiación es hacer una estancia en una institución y la haré en el Instituto Nacional de Pediatría, y hay la posibilidad de llevar a cabo un protocolo de investigación en el Laboratorio de Parasitología Médica, trabajando neuroinmunología con la doctora María Dolores Correa. Por supuesto, está la contraparte de cerrar filas en medicina, de seguir estudiando y preparándome. Me gusta definitivamente lo que tiene que ver con la literatura, el escribir, me encantaría seguir escribiendo artículos y publicarlos..., quizá con temas de divulgación de ciencia y medicina. Creo que hay muchos proyectos, trataré de realizarlos y de ser un buen médico a corto, mediano y largo plazos, y por supuesto hacer investigación.”

 

Reseña del libro

En las cinco partes de esta obra se examinan la anatomía, la fisiología y la bioquímica del sistema nervioso; los principios generales de la acción farmacológica; los efectos de los neurofármacos y psicofármacos; las sustancias llamadas alucinógenas, y el problema del abuso de drogas, incluida la dependencia. Al final se presenta un apéndice sobre las bases generales del tratamiento de intoxicaciones por neuro-psicofármacos.

Hemos de apuntar que para realizar estas estancias en investigación, la AMC cuenta con un directorio de todas las instituciones del país y los jóvenes eligen dónde realizar dicha estancia, la cual puede ser en su mismo estado o trasladarse a otro dentro de la República.

¿Qué haces en tu tiempo libre?
“Fundamentalmente me dedico a la escuela, aunque tengo que trabajar; trabajo, estudio y me doy mis escapadas al Instituto para hacer investigación. Por lo demás, mi vida es igual a la de cualquier joven; me gusta leer, ir al cine, divertirme, e incluso estoy involucrado en un proyecto de la FM que es el ‘Círculo Literario y lectura en voz alta’, en el cual todos los miércoles, en la explanada de la Facultad, invitamos a los compañeros a participar. Comenzamos a fines del periodo pasado, en este año iniciamos una nueva época a partir del miércoles 29 de septiembre, de 13 a 15 horas. Pretendemos hacer un acervo en la Facultad, con textos no necesariamente médicos, sino donde encuentren ese mundo maravilloso de la literatura: cuento, fábula, historia, como un lugar de esparcimiento. En esta nueva fase será un miércoles al mes, pero se busca que sea semanal.”

Antes de concluir, comentó que siempre es un orgullo decir que uno estudia en la Universidad Nacional, y por supuesto ser estudiante de la Facultad de Medicina, por lo que consideró que su premio es un reconocimiento a la FM en particular y a la UNAM. “La tradición esta aquí, todos los espacios para desarrollarnos son de la Universidad, por lo que me gustaría compartir este premio con las personas que me apoyaron y estuvieron involucradas, tanto académicos como compañeros de la misma Facultad, a quienes les agradezco.”

Finalmente, Miguel Otero invitó a sus compañeros —los estudiantes de medicina— a escribir y leer no solamente lo de la carrera, porque pareciera que el estudiante de medicina lee mucho, y quizá sí lo hace, pero sólo en la parte técnica. Pero lo que a él le interesa es ese otro mundo que se disfruta y participar en este tipo de convocatorias: “Para finales de este año sale la nueva convocatoria para el IX concurso, los invito a participar, pues es una experiencia inolvidable y por el mero gusto de escribir, ya que escribir es algo que deben hacer siempre los médicos, por lo que pienso no les costará trabajo empezar”, concluyó.

Historia del Concurso

Para conmemorar el 55º aniversario del FCE en 1989, su entonces director, Enrique González Pedrero, aprobó la realización del concurso nacional Para leer la Ciencia desde México con objeto de divulgar entre la juventud la lectura de libros científicos. Desde ese momento se contó con el inmediato apoyo de los coeditores: la Secretaría de Educación Pública y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología.

Cuando el ex presidente Miguel de la Madrid llegó a la Dirección del FCE, decidió institucionalizar el concurso con periodicidad bienal.

Con el paso de los años se han sumado a las instituciones convocantes la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), la AMC, la Universidad Nacional Autónoma de México, la Universidad Autónoma Metropolitana, la DGETI, el Conalep, la CGUT, el Instituto Politécnico Nacional, la DGETA y la DGECITM.

Gracias al apoyo de la ANUIES el concurso ha podido regionalizarse a partir del año pasado, cuando participaron siete universidades estatales. En esa ocasión se sumaron la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, la Universidad Autónoma de Yucatán, la Universidad Autónoma de Nayarit y la Universidad Autónoma del Estado de Morelos. Estas instituciones promueven el concurso, reciben trabajos, se capacita a los dictaminadores y se realizan las dos primeras etapas de dictaminación.

 

Premios

En las categorías A, B, C, D y E:

  • Primeros lugares: $6,500.00 (seis mil quinientos pesos
    00/100 M. N.) en efectivo, diploma y un lote de libros.
  • Segundos lugares: $4,500.00 (cuatro mil quinientos pesos 00/100 M. N.) en efectivo, diploma y un lote de libros.
  • Terceros lugares: $2,500.00 (dos mil quinientos pesos
    00/100 M. N.) en efectivo, diploma y un lote de libros.

Estímulos

Primeros lugares de las categorías A, B, y D: Estancia de cinco días en la ciudad de México (los menores de edad viajarán acompañados por un representante estatal de la institución), en donde se llevarán a cabo:

  • Visitas a diferentes centros de investigación científica.
  • Pláticas con autores de la colección La Ciencia para Todos.
  • Lectura en foro de trabajos ganadores del primer lugar.

Publicación de los trabajos de los primeros lugares de la categoría D: Se les entregará: diploma para el participante, lote de libros, diploma a las escuelas de los alumnos ganadores, y se otorga constancia a los maestros asesores de los ganadores.
Primeros lugares de la categoría C: La Academia Mexicana de Ciencias otorgará becas para el Verano de la Investigación Científica.
Primeros lugares de la categoría D: Diploma a las escuelas de los profesores ganadores y presentación de los trabajos durante la Semana Nacional de Ciencia y Tecnología organizada por el Conacyt en los estados respectivos.
Primeros lugares de la categoría E: Los prototipos o modelos merecedores del primer lugar se presentarán en una exposición en la ciudad de México. Los ganadores harán una visita de una semana con el grupo industrial afín a sus intereses.