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PRESENTACIÓN DE LIBRO ABP, una aportación a
la enseñanza-aprendizaje
Aprendizaje basado en problemas (ABP) en la enseñanza de la medicina y ciencias de la salud, de los doctores Adrián Martínez González, Héctor Gutiérrez Ávila, Enrique Piña Garza y colaboradores, es un manual de apoyo, pero, sobre todo, es una detallada y verdadera guía para profesores y estudiantes interesados en conocer y aplicar esta metodología educativa, que tiene como objetivo primordial poner en el centro del aprendizaje al estudiante.
Para presentar este ejemplar, el pasado 17 de septiembre se reunieron en esta dependencia universitaria invitados especiales, expertos en el tema, tales como los doctores Isauro Gutiérrez Vázquez, profesor de propedéutica, fisiopatología y medicina general, en el Hospital “Dr. Manuel Gea González”; Carlos Sola Ayape, profesor e investigador del Departamento de Humanidades del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, campo ciudad de México, y Alberto Lifshitz Guinzberg, director general de Coordinación de Institutos Nacionales de Salud de la Secretaría de Salud, en un acto que fue moderado por Juan José Mazón Ramírez, secretario de Educación Médica de esta Facultad. Los invitados, quienes hablaron de diferentes componentes de la obra, agradecieron a los autores por ofrecer una alternativa para lograr un mejor aprendizaje en los estudiantes del área de las ciencias de la salud; además, reconocieron su valiosa aportación a este tema, pues reúne los aspectos fundamentales del aprendizaje basado en problemas. En palabras del doctor Mazón Ramírez, coautor, el aprendizaje basado en problemas difiere de otras metodologías educativas más tradicionales, toda vez que en éstas, los estudiantes reciben una gran parte de conocimiento objetivo antes de enfrentarse a los problemas, mientras que en el ABP primero se plantea un problema a los alumnos y luego deben desarrollar sus conocimientos para solucionarlo. Al ofrecer una visión general, el doctor Gutiérrez Vázquez enfatizó que la obra destaca el valor del ABP como una importante aportación de la educación médica a la educación general, considerándola como una estrategia educativa auxiliada de poderosas técnicas de aprendizaje que favorecen el desarrollo de habilidades cognoscitivas de alto nivel y competencias médicas que permiten el trabajo en equipo, la comunicación efectiva y, sobre todo, fomentan en el estudiante la responsabilidad ética. Sus autores, docentes e investigadores sobresalientes de esta Facultad, en la primera parte del libro establecen las bases para comprender la metodología del aprendizaje basado en problemas; destacan los profundos cambios curriculares que se han generado en numerosas escuelas de medicina, encaminados al uso de metodologías de aprendizaje innovadoras, y resaltan que el ABP es una de las tres revoluciones de la educación médica del siglo XX; con ello, establecen un punto fundamental que se ha de considerar en la nueva dimensión de la educación médica: Capacitar para el aprendizaje autodirigido a lo largo de la vida. El contenido se enfoca en el aprendizaje por colaboración, entendido como la integración de alumnos en equipos de trabajo con el propósito de lograr una meta académica. Otro aspecto fundamental que se toca es el papel del tutor como pieza clave para el buen funcionamiento de los equipos de estudiantes mediante su acción como un facilitador del aprendizaje en lugar de ser un simple trasmisor de información, y sobre todo que en su habilidad recae la responsabilidad de fortalecer o debilitar la metodología del ABP. Además, contiene una sección dedicada a la evaluación de los resultados del aprendizaje; en este sentido los autores hacen hincapié en que las evaluaciones deben tener coherencia con los objetivos del plan de estudios y describen de una manera sencilla las características de los diferentes métodos de evaluación, destacando las ventajas y desventajas de cada uno de ellos, concluyó. Antes de describir detalladamente el texto, el doctor Sola Ayape señaló que de la lectura del libro se desprende una gran lección: El ABP bebe de las fuentes de una verdadera filosofía educativa y, como demuestran sus autores, en el diseño de esta metodología no hay improvisación alguna. Lo que aguarda al lector en el primer capítulo —dijo— es la sentida necesidad de una formación integral, para lo cual es pertinente el tránsito de un modelo tradicional de enseñanza a otro centrado en el estudiante, capaz de desarrollar habilidades, aptitudes, y valores. En el segundo apartado, sus autores parten del hecho del avance de los conocimientos médicos para señalar que representan un gran reto, que no es otro que capacitar para el aprendizaje autodirigido para la vida. Este apartado se ocupa del modelo educativo y de los retos en materia de capacitación del profesor. ABP también sirve para el pos-grado, lo cual se da a conocer en el capítulo tres, donde además se muestran seis enfoques disciplinarios para la solución de problemas médicos, mientras que en el cuarto apartado se señala la importancia de la especialización en ABP y las distintas formas de participación de los docentes, desde consultores o asesores hasta consejeros o guías e, incluso, expertos en la elaboración de los casos para ABP y, por supuesto, de los tutores; se hace eco de las funciones de éstos, también de su perfil y lo importante que es capacitarlos permanentemente, así como de evaluar su función. El último capítulo ofrece una visión de la necesidad de crear una cultura diferente en materia de evaluación; sus autores hablan de las funciones de la misma; establecen una tipología certera sobre lo que es la evaluación y hacen una serie de observaciones acerca de las características que debe tener la evolución en ABP, desde la congruencia entre la evolución y los métodos de enseñanza, hasta la evaluación inclusiva, continua, formativa y “sumativa”, así como de la confiabilidad y validez de los instrumentos de evaluación. En esta metodología las evaluaciones son fundamentales. Para concluir hizo unas reflexiones en torno a tres ejes en ABP: La guía de los tutores, la capacitación del profesor y la aprobación de un curso con técnica en aprendizaje basado en problemas. Adicionalmente, el experto recomendó: “Pensar desde el aprendizaje de nuestros alumnos; reflexionar sobre nuestra propia práctica docente e incorporar técnicas didácticas; me queda claro y los autores insisten en el libro, con mucho acierto, que el profesor es el principal agente de cambio; implantar ABP debe ser una apuesta institucional, así que es necesario capacitar a profesores y alumnos, y que el profesor esté muy convencido de aplicarlo.” Se trata de un libro bien escrito, de fácil comprensión, en el que se aprecia enseguida el talento de sus autores que, en conjunto, son diez, más cinco colaboradores que hicieron la revisión y la validación, dijo en su oportunidad el doctor Lifshitz Guinzberg, quien además destacó que en él se promueve el aprendizaje autodirigido y, sobre todo, que el conocimiento se construye en el alumno. Al hacer uso de la palabra, el doctor Adrián Martínez, autor de la obra, resaltó que el ABP es una metodología que ha demostrado su utilidad, así que si este libro llega a contribuir a que los estudiantes y médicos, mediante el ABP, aprendan a desarrollar las habilidades del razonamiento clínico y, por tanto, a solucionar los problemas de salud de sus pacientes a nivel individual o colectivo, y los profesores profesionalicen su docencia, “estaremos satisfechos”. Para concluir, subrayó que la obra no hubiera sido posible sin la colaboración de todos los autores, doctores: Juan José Mazón Ramírez, Florina Gatica Lara, Enrique Graue Wiechers, Norma Martínez Viniegra, Leobardo Ruiz Pérez, Samuel Santoyo Haro, y José Antonio Rojas Ramírez, así como de los editores, Jorge Avendaño y Rafael Sáinz. |
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