Gaceta Facultad de Medicina UNAM
10 octubre 2006
Facultad de Medicina UNAM

Alumno de la FM realiza rotación en el extranjero con
J. Willis Hurst, maestro de la cardiología mundial

  • La Universidad de Emory y el Hospital Grady Memorial fueron su sede durante dos meses

Juan Manuel Ortega Legaspi, alumno de quinto año de esta Facultad de Medicina, es un estudiante ejemplar, ya que su tenacidad, entusiasmo y amor a su carrera lo llevaron a realizar una rotación en el extranjero durante su internado en el Servicio de Medicina Interna en el Hospital Grady Memorial y en el Servicio de Cardiología del Hospital Universitario de Emory, ambas instituciones del estado de Atlanta en Estados Unidos.

Juan Manuel Ortega Legaspi habló de su experiencia

En Emory tomó clases diariamente con el maestro de la cardiología mundial, J. Willis Hurst, de quien indudablemente aprendió mucho, no sólo de cardiología, sino también de humanismo, docencia y, sobre todo, humildad.

Durante su estancia, además de llevar muy en alto el nombre de la Facultad de Medicina, de la UNAM y de México, realizó muy bien su labor, tanto que el mismo doctor Hurst envió una carta de felicitación al doctor José Narro Robles, director de esta institución, quien agradeció las facilidades otorgadas al estudiante para su estancia en aquellos lugares. “La carta es una felicitación que habla del buen desempeño y es una recomendación”, apuntó.

Por ello, el doctor Narro reconoció su trabajo y lo invitó a reunirse con él para intercambiar impresiones. En entrevista para la Gaceta, Ortega Legaspi relató que durante los dos meses de estancia estuvo un mes es el Servicio de Medicina Interna en el Hospital Grady Memorial, y otro en el Servicio de Cardiología en el Hospital Universitario de Emory.

“Tuve la oportunidad de tomar clases de electrocardiografía todos los días con el doctor Hurst, una de las grandes autoridades en la cardiología mundial. A pesar de su edad es una gran persona. Aprendí su profesionalismo, ya que diario llega a las seis y media de la mañana y le gusta estar con los residentes de medicina interna para dar clase.”

Además fue participe de las diversas actividades con los residentes de Medicina Interna dentro del Servicio de Cardiología.

Narró el buen sabor de boca que le dejó ser parte de la vida diaria profesional de este destacado médico, ya que se preocupó por él y le proporcionó el material que debía estudiar para las clases, lo que le permitió participar en las actividades del hospital como estudiante y estar en las clases como residente. Además tuvo el buen detalle de regalarle un atlas de cardiología de su autoría en una edición en español.

Juan Manuel llegó al Servicio de Cardiología gracias a la recomendación del doctor Carlos del Río Chiriboga, quien fue su primer contacto en Atlanta. “Él es médico mexicano, jefe del Servicio de Medicina Interna del hospital Grady, y pertenece al Servicio de Infectología de la Universidad de Emory. Durante su carrera ha impulsado a muchos mexicanos; de hecho, quien se desempeñó hasta hace unos meses como jefe de residentes de Medicina Interna de Emory en el Hospital Grady fue el doctor Erik Folch Viadero, ex alumno de esta Facultad.”

El doctor John Willis Hurst

Es uno de los más prestigiados educadores de Estados Unidos y del mundo. Catedrático, cardiólogo clínico eminente y autor prolífico. Como emérito de la Universidad de Emory, es considerado un profesor en activo con gran herencia, y algunos colegas y compañeros lo describen como el maestro más grande de la cardiología en el mundo de los últimos 30 años.

Hoy día, enseña electrocar-diografía en el Hospital Grady Memorial y cardiología en el Hospital de la Universidad de Emory.

Es autor, entre muchos libros, de: Medicina para la práctica clínica, Medicina interna. Tratado para la práctica médica, El corazón, y El corazón, arterias y venas.

Durante la estancia, el destacado alumno recibió excelentes comentarios, ya que el tutor se mostró contento con su desempeño en el hospital, porque había recibido muy buenas referencias de los demás miembros del mismo.

Debido al buen desarrollo en ese servicio, el doctor Del Río recomendó al joven alumno con el doctor Hurst para rotar un mes más en cardiología en el Hospital Universitario de Emory.

Al recordar el envío de la carta, Ortega Legaspi rememoró su significado: “Esa carta para mí significa algo que nunca en mi vida me hubiera esperado, me siento muy orgulloso, muy agradecido con el doctor Hurst y con las personas que intervinieron en ello, comenzando por mi familia, que me apoyó, con la FM, que me dio permiso de ir durante el internado, y con el doctor Carlos del Río, que fue una excelente persona. Para mí es algo increíble, me siento muy contento de poder recibir una carta y una felicitación de un personaje tan destacado. Más que la carta, lo más importante es el hecho de haber tenido la oportunidad de estar con él, de ser alumno de un profesor tan notable en el mundo médico actual. Recibirla ha sido un gran estimulo para seguir adelante.”

Afirmó que además del reconocimiento a su desempeño, es primordial dejar un buen precedente para que pronto alguien más pueda aprender.

Al catedrático emérito de la Universidad de Emory, doctor John Willis Hurst, lo recordó como un extraordinario docente “... una persona a la que los alumnos pueden preguntar dudas; es muy accesible, es un profesor en toda la extensión de la palabra, como muchos de los profesores que tenemos en la Facultad, y muy buena persona.”

En el futuro, Juan Manuel, de 24 años, hará su servicio social y luego la residencia en medicina interna, incluso cuando su camino en la investigación ha rendido frutos… Hoy día, realiza su internado en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición, donde está muy contento, y además es integrante del Laboratorio de Neurofisiología del Dolor del doctor Francisco Pellicer Graham, de la División de Neurociencias del Instituto Nacional de Psiquiatría “Ramón de la Fuente”, y ha publicado tres artículos en revistas importantes gracias a la gentileza y el reconocimiento del trabajo del líder del grupo, a quien califica como “un gran maestro que me ha permitido desenvolverme en el ámbito de la investigación”.

Asimismo, explicó que le agradaría conjuntar el trabajo de la investigación y la clínica, y en cuanto a la primera, le gustaría el campo de las neurociencias, aunque no olvida la cardiología.

De esta experiencia aprendió que “... los grandes maestros están allí, que aquellos que son autores de libros son personas a las que se pueden acercar los alumnos; así como el doctor Hurst, están todos los grandes maestros mexicanos con los que todos tenemos oportunidad, y hay que tomarlos como ejemplo... Recordar que alguien más pudo hacer las cosas y llegar tan alto es un aliciente para seguir adelante, encontrar la manera de contribuir un poco más y no decir ‘no se puede’, porque sí se puede y son de carne y hueso. No es nada inalcanzable. Debemos tomar como ejemplo a estos grandes médicos y grandes personas para tratar de llegar un poquito más allá”, sentenció.

La Escuela de Medicina de la
Universidad de Emory

La Universidad de Emory, en Atlanta, es conocida como una de las mejores instituciones para las artes y las ciencias. Ha sido premiada por su nivel de enseñanza, y la escuela de medicina esta situada entre las 10 mejores de Estados Unidos.

Hospital Grady Memorial

Abrió sus puertas oficialmente en 1892. Desde entonces ha crecido con gran rapidez. Tiene un sistema de salud que se ha preocupado por el cuidado médico hacia la población. Es internacionalmente reconocido en la enseñanza. Tiene el único centro de trauma del nivel I en la región y sirve como abastecedor de ambulancias para toda la ciudad de Atlanta.

Como modelo para sus compañeros, recomendó: “Pónganle ganas a lo que hacen, sin duda se puede y están en un gran lugar, ya que la FM es uno de los mejores sitios para estudiar. Tenemos que sentirnos orgullosos de ser miembros de esta Universidad y de esta escuela de medicina, y debemos aprovecharla porque es un gran bufet donde se puede comer lo que sea, tenemos un gran banquete que disfrutar, pero nadie nos da el plato en la boca, hay que estudiar con ganas y aprovechar las oportunidades que nos ofrece la institución. Las opciones son muchas, podemos ir a otros lugares, estar con los mejores profesores, hacer investigación y publicar artículos. Todo vale la pena y hay que hacerlo... La Facultad es un lugar maravilloso, he sido muy feliz, y creo que lo que la enriquece es su gente, he hecho grandes amigos y me encanta la pluralidad: todo tipo de credos y de gente. Es maravilloso, nunca te aburres y es una gran experiencia.”

Al preguntarle qué significado tiene para él la medicina, respondió que es lo que le agrada: “No podría hacer otra cosa, y escogí estudiar medicina porque siempre me ha gustado mucho la búsqueda del conocimiento por medio de la ciencia, sé que lo más complejo es estudiar el cuerpo humano, ya que al estudiarlo se analiza la obra más grandiosa de la Naturaleza. Además es una excelente oportunidad de brindar a las personas un servicio importante, que es el cuidado de la salud para aliviar el dolor. La búsqueda del conocimiento es infinita, y si a eso le sumas el servicio e interactuar con las personas, es magnífico.”

En su vida familiar Juan Manuel ha tenido la influencia de su padre, José Juan Ortega, médico internista y cardiólogo, a quien calificó como la persona más admirable en el mundo: “Es un gran ejemplo, lo respeto muchísimo y le estoy muy agradecido, al igual que a toda mi familia.”

Como todo joven alumno, en sus ratos libres le gusta convivir y divertirse con su novia, Mayté Cantoral, y sus amigos, también es un apasionado del aeromodelismo, le gusta tocar el piano y leer. Finalmente dio las gracias a su familia y al doctor José Narro por recibirlo y felicitarlo.