Los nuevos métodos de producción y la tecnología están provocando aumento de tiempo en las jornadas de trabajo y múltiples padecimientos de salud, principalmente los musculoesqueléticos, aseveró el doctor Luis Manuel Pérez Pantoja durante el Seminario Permanente de Salud en el Trabajo del mes de octubre, donde se expuso el tema “Salud y trabajo en la maquila de la confección”.

El especialista durante el desarrollo del seminario

Durante un estudio realizado a mil trabajadoras, el maestro en salud ocupacional por el Instituto de Medicina del Trabajo del Ministerio de Salud de Cuba afirmó que los problemas de cuello, hombros y dorso se derivan de la carga que tienen las estructuras del cuello para mantener la posición de la cabeza en función de la demanda visual del trabajo y de tener una estabilización de esta región, por lo que las principales patologías detectadas son trastornos musculoesqueléticos. Asimismo, comentó que estos padecimientos no son exclusivos de la maquila, sino que también se dan en empresas de empaque de mariscos y de tipo electrónico.

Explicó que con la llegada de las teorías de Taylor sobre los procesos de producción, ahora el trabajo se organiza por equipo y fases cortas especializadas, por lo que en el caso de la maquila la producción se realiza en grupos de 17 trabajadoras que, a su vez, se subdividen en volteadoras, pegadoras y cerradoras de manga e inspección. El trabajo se realiza por metas de producción de acuerdo con la prenda que se confecciona; por ejemplo, para una camiseta deportiva la meta es de 500 docenas, o sea, 6 mil piezas por turno de trabajo.

Afirmó que este último elemento es muy importante, ya que si una trabajadora, por su habilidad, logra la meta, al siguiente mes a todas las trabajadoras se les aumenta la meta a 510. Dicha presión de trabajo a que son sometidas es motivo para que después de los 30 años de edad sean expulsadas de forma natural.

Sobre las jornadas de trabajo, comentó que es un decir que sean de ocho horas, pues más bien se trabaja hasta cumplir la meta, ya que de no ser así, se les reduce el salario, a lo que agregó: “En la actualidad estas empresas han implementado jornadas de 12 horas acumuladas con turnos de cuatro por cuatro y en ocasiones hacen horas extras.

“Una empleada termina de trabajar sus cuatro días de 12 horas y al quinto día se les llama para hacer horas extras, o a las que salen a las seis de la tarde se les pide que doblen turno, lo que significa trabajar las 24 horas del día.”

Afirmó que esta forma de trabajo nos está regresando a los tiempos del inicio de la Revolución Industrial, donde las jornadas eran de más de 12 horas, lo que está dado por las políticas de insensibilización e intensidad del trabajo.

Dichas empresas se caracterizan por ubicarse en las fronteras, donde el clima es extremo, los locales pequeños y se maneja mucho personal. La empresa más pequeña cuenta con 300 empleadas y las más grandes hasta con mil 500, por lo que los problemas de trabajo son de todo tipo. Van desde la iluminación que causa problemas visuales, el exceso de ruido que ocasiona trastornos auditivos, y contaminantes ambientales que giran entre polvos y sustancias químicas, entre otros.

A nivel ergonómico, comentó que estas empresas utilizan maquinaria y herramientas de importación sin ninguna adecuación, por lo que también son motivo de problemas de salud. Asimismo carecen de sistema de seguridad y protección civil. Otro problema que presentan es la evasión del pago del Seguro Social.

Enfermedades producidas por el trabajo maquilero
Los problemas oftálmicos provocados por este tipo de trabajo son ocasionados por la inadecuada intensidad luminosa. El contraste entre la tela y la costura, que por lo regular son blancas, provoca una mayor fijación de la vista.

Entre otras sintomatologías oftalmológicas se encontró irritación de la conjuntiva y dolor ocular.

Los problemas auditivos son provocados por niveles de ruido por encima de la normatividad. Otros problemas de salud están relacionados con los campos electromagnéticos ocasionados por el motor de la máquina que se encuentra debajo del asiento de la trabajadora, un elemento nuevo que se está investigando a nivel mundial para ver qué efectos produce en las personas que están expuestas a estos campos.

Dijo que el factor de riesgo químico está presente con mayor frecuencia en la tela, que por ser de algodón en su fase industrial está sometida a sustancias que normalmente no se eliminan en su totalidad, por lo que las trabajadoras no sólo están expuestas al polvo del algodón, sino a todas las sustancias químicas de las que está impregnado el mismo, riesgo que aumenta por falta de ventilación en los locales de trabajo y provoca alergias y problemas respiratorios, como rinorreas y congestión nasal.

Aseveró que por ser un trabajo sedentario en primer lugar se encuentran las alteraciones musculoesqueléticas, como diversas tendinitis de brazo, hombro, trapecio y cuello; desgarre que origina invalidez y trastornos lumbares. Problemas sistémicos de fatiga y estrés. Estrés originado por tres elementos fundamentales: 1) cumplir con la meta de trabajo, 2) conservar el empleo y 3) hostigamiento a todos niveles, lo que también provoca astenia, cansancio, falta o aumento de apetito y problemas de sueño.

Con relación al tono de voz, mencionó que se encontraron trabajadoras con variabilidad del tono, pero que a la fecha ya se han reportado casos de afonía.

Dentro de la sintomatología del sistema nervioso comentó que se encontró una elevada tendencia a la depresión y, sorprendentemente, al suicidio.

En resumen, mencionó que 75 por ciento de las trabajadoras identificó al trabajo como el origen de sus problemas de salud.