Gaceta Facultad de Medicina UNAM
25 noviembre 2005
Facultad de Medicina UNAM

El dolor como tema central

  • Tres poetas

Lo que la poesía puede significar para los médicos es como la salud para los poetas, que al igual se diagnostica o se cura, debido a la relación entre los poetas y los galenos que ha sido por siempre muy estrecha porque su relación con el dolor es la misma.

En un auditorio donde los poetas aspiran a “... tener gente que no se dedica a lo que uno hace, nosotros también participamos de la medicina. Sea de broma o en serio, la relación con los médicos ha sido siempre muy estrecha, porque yo he sido, en mi caso, siempre el paciente. He estado pendiente de algunas cuestiones médicas sobre todo, lo que puede significar la poesía para nosotros, para ustedes, puede significar otras cuestiones”, señaló el poeta Jair Cortés

La construcción del odio, el encierro y la libertad son los temas que tres poetas expusieron el 27 de septiembre en el Auditorio “Dr. Fernando Ocaranza” de la Facultad de Medicina, donde por otra parte, los arquetipos de los 22 arcanos del tarot que trabaja actualmente la escritora Verónica Volkow que durante otra época sufrió del dolor y su transformación, ya que hubo muchos duelos en su vida y pudo abrir túneles o bóvedas de luz por medio de la poesía para generar esa luz, fueron brevemente expuestos.

Agradeció la invitación expresa del doctor José Narro Robles, director de la dependencia “... para compartir con ustedes nuestro trabajo como poetas, sobre un trabajo que es central para la profesión médica, el dolor. La medicina se desarrolla para intentar darle solución a algunos aspectos del sufrimiento humano y una parte importante de la poesía que se escribe es como una manera de expresar, elaborar, conocer, o hasta transformar el dolor de nuestra condición humana.”

Agregó que a Ezra Pound, uno de los más grandes poetas estadounidenses del siglo XX, siempre le preocupó la relación entre la medicina y la poesía. Consideró que ésta y las artes eran ciencia, lo mismo que la química; su objeto fue el hombre, tanto la especie como el individuo. “Las artes son las que nos dan un mayor porcentaje de datos sobre lo que es el hombre inmaterial, el hombre como criatura pensante y sensible, de la medicina aprendemos que un hombre prospera cuando se baña y toma el sol y el aire.”

De las artes aprendemos que los hombres son caprichosos y difieren uno de otro, que no todos desean las mismas cosas, y agregó el poeta que una ética basada en la idea de que los hombres son distintos de lo que son, es manifiestamente estúpida. La inmoralidad del arte malo radicaría en rendir informes falsos sobre la naturaleza interior humana, bien por descuido o cobardía lo que sería tan reprochable para los poetas como para los médicos.

Hay dos tipos de poetas, según Pound, los que ayudan a hacer diagnósticos, como es el caso de Francoise Byron, de Baudeliere, o de Salvador Díaz Mirón, y otros que ayudan a curar, a diseñar medicinas, o lo que podría ser un ideal de salud humana, pienso en Octavio Paz.

“Vamos a escuchar a tres poetas contemporáneos que hemos venido trabajando en la Fundación para las Letras Mexicanas: Jair Cortés, Pablo Mollinet y Verónica Volkow, esta última tutora de poesía de esta Fundación; que ha tenido el privilegio y la felicidad de trabajar con ellos como jóvenes poetas, de adivinarlos a veces y otras de observar el maravilloso potencial de su despliegue. Me da mucho gusto compartir con ustedes, esta experiencia”, puntualizó Verónica.

Jair Cortés, joven poeta de Tlaxcala, quien pertenece a la primera generación de becarios de esta Fundación, dijo: “Escribí un libro titulado Odios, como temática central, el odio. Pero con una experiencia personal no sólo emocional, también cognitiva, intelectual; la forma en que se van construyendo las ideas en torno al odio. Había un poeta que decía que en el amor se dudaba y en el odio jamás. Es decir, somos tajantes a la hora de odiar, y en la hora de amar quizás estemos vacilando. “En este ciego impulso: El loco está enfermo, nublado por un tiempo, en el momento que todo se ilumina deja su ceguera atrás e inicia el reconocimiento de su verdugo. Muere la neblina y lo difuso del paisaje, así el corazón, en ese ciego impulso también sabe detener el galope, cambiar la dirección de su disparo y entender el brillo de los cuerpos aun en lo más oscuro de la entraña.”

Pablo Mollinet, joven poeta considerado por la tutora como uno de los vanguardistas más serios en la poesía mexicana, lee estos versos: “En este breve espacio: ... vuelve conmigo, te busco de madrugada, al filo de una ciudad que no conozco; muros de lágrimas petrificadas toco hasta sentir tus rasgos, como un cielo que identifica la muerte, tu rostro emblema en un muro salitroso; tu rostro petrificado en un instante; el cielo es negro y tu hermano se ahoga en un sueño de verdes aguas... cierra los ojos, la oscuridad está en ti, no afuera,” y continuó su exposición.

En cuanto a Verónica Volkow, se mencionó que ya en 1978 la UNAM le editó poesía, y que entre otras publicaciones la colección Práctica mortal, oro del viento, de la Editorial Era, obtuvo el premio Nacional de Poesía Carlos Pellicer, en 2003. Posteriormente y gracias al apoyo del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM, pudo realizar un estudio de la obra gráfica de Francisco Toledo. Su último libro de narrativa fue publicado en 2004: La noche viuda, del Fondo de Cultura Económica, con el tema del trabajo virtual a través del duelo. Es doctora en letras, profesora universitaria y tutora de la Fundación para las Letras Mexicanas. Actualmente es becaria del Sistema Nacional de Creadores y recibió este año el premio José Revueltas del Ensayo Literario por la disertación de una tesis doctoral al retrato de Jorge Cuesta.

Brevemente, en su presentación poética dijo que los temas vinculados a experiencias del dolor no necesariamente son transformaciones de él. “Donde la unidad del alma y de lo leve, de lo que pasa suave y suelta el ancla, la despedida ingrávida y el abandono al vuelo, la cicatriz que avanza como ola, la cicatriz que avanza como ave en su desierto. Dame la humildad del alma, y el cuerpo ya sin fuerza, ser la poesía y su luz, tan sólo la poesía y la región más de aire inmarcesible” Dame la luz sin límite acechando adentro, que es sol también y el barro como estrella distante” Dame la humildad que suelte las cadenas, la verdad que desnuda el polvo, el hueso que me fragua” déjame andar sin equipaje, leve, abierta al horizonte”, finalizó.