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BAJO EL MURAL El taller de teatro y danza del vientre
Una puesta en escena donde un hombre-gallina, una esposa, una doctora y el propio autor de una farsa se entretejen para obtener risas y pensamientos. Así, el taller de teatro de la Facultad de Medicina hace su debut ante su público en preparación para el Festival Universitario. Una vez más, Rolando Monreal lleva a cabo una propuesta fresca con autores retomados, o una Rekonfusión al siglo siguiente, lo cual logra un condimento ideal entre actores noveles y textos con peso específico. “Es una obra fársica, de un montaje que tuve hace como 12 años y con la cual tuve muy buenas experiencias, que develó placa en el Foro Sor Juana Inés de la Cruz con 50 representaciones, de ahí hice una readaptación y lo monté en el taller de la FM”, señaló Rolando. Mucho es el trabajo ahora para estos recientes actores y para el director Monreal. Es la adaptación de una obra original de Emilio Urióstegui, así como basado en un texto de Fernando José Au, chileno, llamado La gallina. “Aquí le incorporamos textos de Mario Benedetti y de la alumna Sujaila Ruiz, quien ayudo con textos y con utilería”. Asimismo, agregó Monreal que esta readaptación es un collage con complementos que le hacen creer que le hacen mucho bien a la obra. “Esto es el taller de teatro de Medicina, son alumnos de aquí, y ya tenemos una función en Economía para el 11 de mayo; espero llevarlos a Contaduría y a otros lados más, y es con la que vamos a ir al Festival Universitario en agosto.” Los actores son: Paolo, gallina; Lineth, esposa; Bianca,
doctora Lamertier, y Marco Garfias, el autor. En espera de que se incorporen
más actores al taller, Monreal hizo una invitación abierta
Bajo el Mural, al final de la puesta en escena. — ¿Cómo decir, cómo explicar, cómo mostrar aquellos ojos que aterran, que hacen desear llorar, que hacen mi alma gritar, que hacen desear nunca haberlos visto, que hacen que la sangre hiele, que el escalofrío penetre, sin aire, sin respirar, sin hablar, sin pensar, donde su pupila dilatada invite al silencio abismal; ojos, sólo ojos, vida y muerte, pequeñas agujas que traspasan la piel adormecida por el letargo creado por la inmensidad ... ¿cómo, cómo?... el fin justifica los medios, aunque a veces los medios no justifiquen el fin... — ¿Cómo entender mi mente, cómo entender mi ser; es como un rompecabezas con piezas por doquier, es como una máquina cuyos engranes son irregulares... a veces en óptimas condiciones y otras tantas perdida en la locura de sus mares, jajajá... — Ha estado usted casada con una gallina durante todo este tiempo, y está usted completamente loca, cinco huevos al día, hay gallinas en Australia que han llegado a poner 25 huevos en un solo día, pero dudo que su marido sea una de ellas...
Danza del vientre De pronto la quietud se hizo movimiento, la danza que Shakti Asaf revoloteó de manera itinerante desde Hungría, España, Francia y Turquía, donde la gitanería es energía profunda y mística, nos llegó hasta aquí, Bajo el Mural, donde la hipnosis musical y visual se adueñaron de la Facultad de Medicina. “La danza del vientre tribal que ya no es el belly dance que se conocía como estilo cabaret, sino que es algo que busca la introspección y comunicar manejo de energía. Es más profundo, más nativo, como tratar de recuperar las raíces indígenas; más místico, pero de todos los tiempos, de todos los pueblos, y dentro de los gitanos, porque la influencia primaria es gitana...”, apuntó Shakti, mexicana de sangre libanesa. La fusión de la danza, sigue diciendo, convierte la árabe junto a la hindú y la flamenca, en libertad de expresión dancística, como una nueva forma de rebeldía. “Es un estilo conocido desde 1960, más o menos, por Yamila Salimpur, quien salió de Egipto y llevó a Estados Unidos ese estilo. Pero digamos que ésa sí es mi interpretación del estilo porque lo que se ofrece es la posibilidad de que haces lo que quieras bajo esas reglas que ella puso, que eran de los indios de Estados Unidos, culturas nativas indígenas”, agregó. A Shakti le gustaría seguir por la UNAM, donde considera está el mejor público, el que más respeta y quiere conocer, pues está integrado en mente, cuerpo y alma. Su casa está aquí, porque estudió biología y piensa que no hay público como éste. “Pero el problema es que no hay tanta difusión como nos gustaría en el país, como para que fueran pagados los artistas, como para que uno pudiera ofrecer mucho más y mejores cosas.” Se inició en la danza con su madre desde los tres años, y después aprendió la técnica con Georgina Vistazo, una bailarina argentina, y también, durante dos años, el curso de danza gitana oriental, con Lila Sele, directora del grupo de gitanos, en su estudio El Mosarabia, en la colonia Condesa. Shakti tiene una academia en su casa, por el metro Copilco, donde da sus clases, por lo cual posee un correo electrónico: gipsy_feu@yahoo.fr. También es maestra en la Alianza Francesa desde hace ocho años, profesora de chi kung de la tradición famen chua, una tradición china de manejo de energía. “Eso dándole un enfoque curativo a la danza. Trabajo chakras y meridianos al estilo de la medicina tradicional china. Mi maestro Mariano Rivera es puertorriqueño y tiene el más alto grado en esta tradición famen chua, que es milenaria, donde estudié un diplomado que es el manejo de energía y aplicamos esto a la danza... es como tai chi, hay mucha disciplina, kung fu, hay arte marcial del alma.” |
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