Gaceta Facultad de Medicina UNAM
25 mayo 2005
Facultad de Medicina UNAM

CONCURSO RADIOLÓGICO DE ABRIL

Imágenes de un paciente en situación posquirúrgica
después de un accidente automovilístico

  • El diagnóstico acertado: neumoencéfalo

Al concluir la sesión anatomoclínica del mes de abril se entregaron los premios del concurso radiológico y el caso fue explicado por el especialista Alejandro Frías Guillot: un hombre de 60 años que sufrió un accidente automovilístico con diagnóstico a su ingreso de hematoma subdural parietal derecho que ameritó craneotomía.

 

Una alumna al momento de recibir su premio

La actividad se efectuó el pasado día 29 con un total de 58 alumnos participantes, de los cuales 21 acertaron el diagnóstico y los afortunados ganadores fueron Alejandra Amescua Archundía, quien se hizo acreedora a un estetoscopio; Jorge Armando Rosales Romero a un baumanómetro con estetoscopio, y Valeria Barrón de la Cruz a un estuche de diagnóstico.

Antes de la premiación, efectuada en el auditorio “Dr. Raoul Fournier Villada”, el doctor Frías, especialista en tomografía digital y axial computarizada en México y miembro del Hospital de Traumatología “Magdalena de las Salinas”, afirmó que el diagnóstico acertado fue neumoencéfalo.

El doctor Frías explicó que cuando el paciente ingresó a rayos X estaba asintomático, no tenía focalización neurológica y únicamente refería una cefalea intensa, a lo que agregó que una vez efectuada una cirugía calificada de exitosa se revisó nuevamente al paciente.

Afirmó que posteriormente a las craneotomías con frecuencia se presenta una situación donde mediante una imagen frontal se detecta una cavidad que muestra líquido libre y, en ocasiones, aire.

“Entonces, el diagnóstico que hacemos neurológicamente es de neumoencéfalo posquirúrgico. En este caso, por seguridad, los pacientes se transportan al departamento de rayos X y se hacen los controles posteriores a la cirugía. También este tipo de estudio se puede realizar aunque el paciente se encuentre en su cama con equipos portátiles.

“¿Cuál es la importancia de este control? Si trazamos una línea de la posición anterior, donde se ve la intuición del cerebro hasta la región occipital, el sistema ventricular está desplazado, lo que indica un efecto de masa. Sin embargo, la presencia de una masa endocraneal de este tamaño en un paciente con poca sintomatología clínica no puede, en ocasiones, a simple vista, indicarnos necesariamente la gravedad del enfermo, se modula el equipo y obtenemos una segunda imagen con ventana para hueso, donde podemos ver una banda que corresponde a la dura madre.

“Si vemos una imagen con relación a otra de dos compartimentos, el tamaño de la burbuja de aire no es tan grande y ese fenómeno en radiología se llama ‘efecto de volumen parcial’. Posteriormente, se toma una imagen de la totalidad de los estudios dentro del cráneo, porque es importante que en los controles posquirúrgicos se revise lo que se llama ‘hematomas residuales’. En este caso es pequeño y sirve de control porque en ocasiones vuelve a sangrar el hematoma. Algunas veces vemos hematomas residuales posquirúrgicos bastante grandes que dan indicación de una nueva intervención.

“El impacto visual de esta imagen puede llevar al paciente a cierto malestar, sin embargo la solución es relativamente sencilla: se coloca una sonda endocraneal. Durante el trayecto del estudio se puede cambiar un poco la situación de la sonda de drenaje, lo que permite inyectar suero fisiológico estéril a través de la misma que vaya sacando lentamente la burbuja de aire.”

Para concluir el especialista recomendó que se debe tener en mente que después de una cirugía de cráneo la presencia de neumoencéfalo se ve en mayor y menor grado, por lo que se debe cuidar, desde el punto de vista radiológico, que la suma de imágenes no dé la falsa imagen de una gran masa o sea un efecto de volumen parcial, por lo que al tomarse todos los cortes se debe hacer el juego de medición para densidades, con el fin de obtener una idea más objetiva del estado real del paciente.