Gaceta Facultad de Medicina UNAM
25 mayo 2005
Facultad de Medicina UNAM

Rinden merecido homenaje a Donato Alarcón Segovia,
destacado médico y científico mexicano

  • Instituyen con su nombre el premio universitario de investigación clínica
  • El aula A-202 llevará el nombre “Doctor Donato Alarcón Segovia”

Con la presencia de autoridades y destacados universitarios, reconocidos médicos y directivos del sector salud, el rector de la UNAM, doctor Juan Ramón de la Fuente, encabezó la ceremonia que rindió homenaje a la vida y obra de un destacado médico y científico mexicano: el doctor Donato Alarcón Segovia.

Autoridades universitarias durante el homenaje

Acompañado por el ingeniero Javier Jiménez Espriú, presidente de la Junta de Gobierno de la UNAM; el presidente del Patronato de la UNAM, ingeniero Bernardo Quintana; la doctora Juliana González, integrante de la Junta de Gobierno de la UNAM, la maestra Martha Lamas, y el doctor Guillermo Ruiz Reyes, el doctor José Narro Robles, director de la Facultad de Medicina, calificó al doctor Alarcón Segovia como uno de los más grandes médicos que ha tenido el país y rememoró los espacios en los que se formó y desarrolló a lo largo de su vida; de esta forma, detalló su presencia en la FM, la Clínica Mayo y el (entonces) Instituto Nacional de la Nutrición.

Explicó que si bien el amor por la medicina lo adquirió en la familia por conducto de su padre y su tío, Alarcón Segovia fue un ser humano con una vocación para la profesión que ejerció en cada aula y laboratorio de la Facultad y de la Clínica Mayo, donde realizó el posgrado que le “permitió desarrollar habilidades clínicas, capacidades metodológicas y científicas y especialmente la actitud de compromiso con sus pacientes”; allí aprendió de sus maestros, pero sobre todo lo hizo junto a sus pacientes, y realizó sus primeras investigaciones que lo marcarían para siempre.

La ciencia a la que desde entonces se entregó, afirmó Narro Robles, le permitió regresar a México y reintegrarse al entonces Instituto Nacional de la Nutrición, que “le facilitó el desarrollo de su trabajo de manera integral” y donde atendió enfermos y formó numerosas generaciones de especialistas en reumatología tanto nacionales como extranjeros.

En tan merecido homenaje para un médico que publicó más de un millar de trabajos académicos, el director de la Facultad lo calificó como “el investigador clínico más prolífico de nuestro México, el mejor, y también el más citado”, situación que atribuyó a su dedicación, inteligencia y preparación” ya que, “para Donato, cada encuentro con un paciente era una oportunidad para servir, enseñar y aprender”.

Afirmó que la desaparición de un hombre culto y completo representa una perdida irreparable para la FM, para la Universidad Nacional y para las comunidades médica y científica, e informó que con “el propósito de honrar su memoria, de mantener vigente su ejemplo y estimular a quienes sigan el camino exitoso del doctor Alarcón Segovia, el rector estableció que el premio universitario de investigación clínica llevara su nombre”.

Asimismo, citó algunas de las palabras con las que grandes médicos le rindieron homenaje a Alarcón Segovia: Adolfo Martínez Palomo dijo que fue “el más talentoso de los investigadores clínicos que tuvo México en la segunda mitad del siglo pasado y ha dejado un enorme vacío en la ciencia médica mexicana”; Roberto Kretschmer escribió, poco antes de morir, que el rigor, liderazgo y fantasía creativa fueron los atributos superlativos que lo distinguieron durante toda su carrera profesional. “La difícil e infrecuente combinación del médico cotidiano y clínicamente activo y del investigador científico de primer orden encuentran en él su máxima expresión, que debe ser modelo para generaciones futuras”; de igual forma, recordó lo escrito por Juan Ramón de la Fuente, quien dijo que Donato Alarcón “conjugaba una serie de características difíciles de encontrar reunidas en una sola persona”, ya que lo distinguió una gran exigencia en sí mismo y en los demás que no le permitía estar conforme con lo que había logrado, además era intolerante con la mediocridad y absolutamente intransigente con la mentira, la incomprensión, la falsedad y el análisis superfluo. “Destacaba por su buen manejo del lenguaje, expresaba sus ideas con claridad y no dudaba en manifestar su respeto a quienes sabían sostener con inteligencia sus propios argumentos y mantener sus convicciones. Donato encontró en su obra, sus amigos y familia, la tranquilidad que le permitió afrontar su enfermedad con la dignidad y categoría que siempre lo caracterizaron.”

Con profunda emoción y admiración al homenajeado, Narro Robles externó su convicción de que con su desaparición física perdieron la medicina mexicana, la Universidad Nacional, la cultura y el Colegio Nacional, pero sobre todo sus pacientes, amigos, alumnos y familiares.

Por su parte, Martha Lamas recordó “su integridad, humanismo, inteligencia, don de gente, rigor y espíritu científico”, y lo calificó como el mejor investigador clínico mexicano del siglo XX. Habló de la parte del luchador social que quería una sociedad más justa que alentara el desarrollo de las capacidades humanas, sobre todo de las mujeres, por eso logró ser un investigador excepcional y un médico asombroso.

En su participación, Guillermo Ruiz Reyes leyó el escrito que su hijo, Alejandro Ruiz Argüelles, dedicó a la memoria de Donato Alarcón, donde lo describe en los diversos ámbitos de su vida, expresó su impresión sobre el médico, el científico, el maestro, el administrador y el amigo.

La doctora Juliana González Valenzuela declaró que el galeno fue un ejemplo del científico mexicano que contó con las posibilidades innatas que, aunadas a la más firme y apasionada dedicación, hicieron posible el logro de importantes y originales contribuciones en la investigación médica, reconocidas por la comunidad médica internacional y por sus connacionales, quienes consideran que ha contribuido al progreso de la medicina con aportaciones de valor universal.

La ceremonia se llevó a cabo en el Auditorio “Raoul Fournier Villada” de la Facultad de Medicina, donde se reunieron miembros integrantes de la Junta de Gobierno y del Patronato de la UNAM, directores de facultades, escuelas, institutos y centros de la misma, académicos de esta casa de estudios, integrantes del Consejo Técnico y de la comunidad académica de la FM, así como directores de hospitales e institutos nacionales de salud, miembros del Colegio Nacional, de las Academias Nacional de Medicina y Mexicana de Cirugía, y del Colegio Mexicano de Reumatología.

El aula A-202 de la FM lleva el nombre del doctor Donato Alarcón Segovia

Luego del merecido homenaje y frente a familia, colegas, distinguidos universitarios, amigos y alumnos, el rector Juan Ramón de la Fuente y la viuda del doctor Alarcón, María de Lourdes Velasco, develaron la placa del aula A-202, en la que se instaura que a partir del 2 de mayo de 2005 dicho espacio llevará el nombre del distinguido galeno. La placa reconoce su trayectoria académica y sus aportaciones universitarias.

Lo anterior, luego de que en la sesión ordinaria del Consejo Técnico de la FM donde se rindió un pequeño homenaje a la memoria del doctor Alarcón, se decidió “que había una forma de prolongar y perpetuar su memoria, su trabajo y su ejemplo para profesores y para estudiantes”, motivo por el cual se designó un aula de esta Facultad con el nombre del homenajeado.