Gaceta Facultad de Medicina UNAM
25 mayo 2005
Facultad de Medicina UNAM

CONFERENCIA MAGISTRAL DEL 1ER. CONGRESO ACADÉMICO DE LA FM

Futuros de las ciencias biológicas y de la salud

  • Conferencia del doctor Manuel Martínez Fernández
El doctor Manuel Martínez

“La educación superior de hoy en todo el mundo tiene por paradigma a la universidad y es un hecho histórico que la sociedad siempre ha cambiado más rápido y profundamente que las universidades. Esto es paradójico, pues a la vez sucede que la educación superior es un poderoso factor de cambio social, por lo que el avance en matrícula y cobertura es hoy el menos difícil de los desafíos; depende del avance económico. Los adelantos en calidad, costos unitarios, redistribución de la matrícula y estructura y gobierno de las instituciones son los retos más urgentes”, aseveró el doctor Manuel Martínez Fernández durante su conferencia magistral titulada “Futuros de las ciencias biológicas y de la salud (Elementos principales para el análisis de las carreras)”, que se llevó a cabo el pasado 21 de abril dentro del programa del Primer Congreso Académico “Dr. Roberto Kretschmer Schmid” de la Facultad de Medicina.

El miembro del Centro de Estudios e Investigaciones Estratégicos “Estudios de Futuros” afirmó que la educación superior es una empresa determinada por múltiples relaciones, no sólo una institución cultural, ni tampoco una estrecha relación con el Estado, sino que la conduce a ser exclusivamente una institución política.

Durante mucho tiempo la educación superior fue entendida como una organización que tenía a su cargo la reproducción de la fuerza de trabajo para enfatizar sus funciones sociales e ideológicas. Sin embargo, durante las últimas dos décadas se ha hecho un explícito reconocimiento al carácter económico que tiene la educación superior, por su particular relación con la producción de cierto tipo de conocimientos vinculados con la industria y el desarrollo.

Consideró que por ser la tecnología el vínculo entre oferta educativa superior y el empleo sea el paradigma que, sustentado en un proceso de planeación integral, tienda un puente que asocie y permita lograr el equilibrio “no sólo en números sino también en calidad” de la oferta profesional y la demanda laboral que requiere un México competitivo. Recordó que la tecnología es un proceso social, y que si la generación, la apropiación y el uso de conocimientos son los elementos fundamentales del progreso, éste debe darse de acuerdo con el modelo de desarrollo sustentable.

Por lo anterior, aseveró que el futuro no puede conocerse con certidumbre, pero puede ser explorado al identificar las principales alternativas factibles y los factores de que depende.

“Un estudio prospectivo despierta el interés por anticipar y aprender sobre el futuro, por comprender mejor las implicaciones de los desarrollos que están en marcha, por alertar sobre las consecuencias de acciones, planes, decisiones y políticas, y por mejorar la visión de un futuro deseable hacia el cual se deben dirigir las actividades.”

El doctor Martínez Fernández afirmó que los futuros de cualquier área de estudio están influenciados en diferente medida por tendencias a niveles mundial, regional, nacional y local, así como por aspectos económicos, políticos, sociales, culturales y tecnológicos, por lo que los futuros del mundo pueden enmarcarse en tres grandes escenarios:

  • El mundo con una fuerte tendencia hacia la globalización que elimina fronteras y permite abordar problemas que nos atañen a todos.
  • El mundo organizado por bloques que elimina fronteras pero no todas; esto es, algunos países no estarán dentro de ningún bloque y las escasas medidas globales se tomarán por acuerdo de los bloques.
  • El mundo de hegemonías, en el cual no hay ningún tipo de verificación internacional, los bloques aún son incipientes y la hegemonía continúa estando entre las grandes potencias, cambiantes en su composición.

En el caso de México, consideró que los elementos portadores de futuro son: la repercusión de la organización económica mundial sobre los modelos de desarrollo adoptados en el país; los niveles de bienestar y grados de desigualdad de la población; el conocimiento y las nuevas tecnologías, y la forma de gobierno. Y según el posible desarrollo de cada uno de estos elementos, se pueden tener cuatro escenarios futuros de largo plazo para nuestro país:

México, escenario tendencial. Es aquel en el que influyen algunos indicadores macroeconómicos, pero como se ha deteriorado el poder adquisitivo de la población y en general ésta tiene poco acceso a actividades culturales y recreativas, el desarrollo científico y tecnológico es incipiente, la desigualdad en la distribución del ingreso ha ido en aumento, el ascenso en la economía informal ha evitado brotes de violencia incontrolables, y el deterioro ambiental ha aumentado.

México en el mundo en bloques. Como miembro de los países latinoamericanos presenta un dinámico desarrollo económico, se ha recuperado el poder adquisitivo, existe un pujante sector terciario, la población está totalmente alfabetizada y con educación básica completa, existe alternancia en el poder, y en algunas zonas se han reducido los problemas ecológicos.

México en el mundo globalizado. Es un país que dentro de la globalización ha encontrado oportunidades de desarrollo sustentable con polos de desarrollo nacional y autosuficiencia alimentaría gracias a los avances científicos, por lo que el sector industrial se encuentra a la vanguardia en la mayoría de sus ramas, la educación durante toda la vida se ha convertido en factor estratégico de desarrollo y hay abundancia de actividades culturales.

México en la hegemonía de las grandes potencias. Bajo la hegemonía de Estados Unidos, 80 por ciento de la población se concentra en unas cuantas ciudades con grandes cinturones de pobreza, se tienen condiciones de ineficiencia e ineficacia económica, la dependencia de tecnologías extranjeras ha aumentado, incrementa la depauperización de grandes sectores de la población, se consolida una forma de gobierno autoritario, aumenta la delincuencia y los brotes de violencia, y se refuerzan los cuerpos de seguridad.

Si se considera lo anterior, el también coordinador de Planeación Energética del Centro de Investigación en Energía de la UNAM aseveró que algunos elementos portadores del futuro de la educación superior mexicana son el uso de instrumentos de evaluación cuantitativa; la estructura de este nivel de educación; la internacionalización de las instituciones de educación superior; la organización flexible de las instituciones, los retos planteados por la innovación tecnológica y la transformación de los perfiles del conocimiento; la relación de la investigación con el proceso de enseñanza-aprendizaje; el valor que el modelo de desarrollo nacional dé a la tecnología, y las estrategias y el mecanismo de vinculación de la educación superior con la sociedad.

Al centrar el tema en el área de ciencias biológicas y de la salud, dijo que en la actualidad, para realizar un análisis cuantitativo de la tendencia de estas carreras en la UNAM, se deben considerar dos vertientes: utilizar la técnica retrospectiva de ciclo de vida sobre los egresados anuales de cada carrera y considerar que existe un tope máximo de egresados dado por la cifra promedio máxima de los últimos diez años. En el primer caso, afirmó que el desarrollo de la variable en estudio se comporta como una “población en un ciclo de vida natural”, mientras que en el segundo se impone un límite artificial.

Como ejemplo se presentó un estudio realizado a la carrera de biología, donde en uno previo se habían considerado los valores anuales de los egresados de 1970 a 1992, ahora se incorporaron además los de 1993 a 2003. Dichos valores fueron graficados y ajustados por una ecuación que describe una distribución normal. “De la extrapolación de estos datos es posible predecir su tendencia futura al considerar que los efectos del medio externo permanecen igual que en el pasado. Los nuevos resultados varían con respecto a los previamente publicados en 10 por ciento para el valor máximo y 15 por ciento para la amplitud de la etapa de estabilidad. Es decir, se podría tener un máximo de egresados de un mil 100 por año y la carrera entraría en fase de decrecimiento para 2040. El segundo caso implicaría que el número máximo de egresados por año en la carrera de biología se mantuviera alrededor de 650. El primero sería un escenario tendencial acorde con las políticas generales de desarrollo educativo en el país: se aumenta la matrícula, se amplía la infraestructura y se contrata más personal. El segundo escenario tendencial implica la actual política de cero crecimientos reales para algunas instituciones públicas.

Afirmó que en el caso del área de las ciencias biológicas y de la salud los elementos portadores de futuro pueden ser: el conocimiento completo del genoma humano; las disyuntivas que enfrentan la investigación científica y la práctica profesional frente a su responsabilidad social y ética; las implicaciones de la generación automática de conocimientos basada en la inteligencia artificial y la ingeniería genética; las formas de interacción de estas ciencias y otras para dar origen a conocimientos híbridos; la salud integral de un individuo está determinada en gran medida por la interacción recíproca de la biología y el comportamiento de un individuo en el contexto de un ambiente social y físico; la profundización y ampliación de las conexiones entre las ciencias biológicas y la física, las matemáticas, la computación y la telemática, así como los centros de salud, médicos y pacientes conectados a una red de información; el creciente poder de los pacientes en el sector salud; la ampliación de servicios de salud vía electrónica; el uso intensivo de los sistemas expertos para disminuir costos en los servicios de salud; la bioingeniería de alimentos que ayuda a promover la salud y la longevidad; el adiestramiento médico por medio de realidad virtual; la dificultad del personal docente para adaptarse con la rapidez necesaria a los cambios; las drogas inteligentes “una combinación de nutrientes, vitaminas y químicos sintéticos” desempeñarán un papel importante en el bienestar de los individuos; el aumento en el tiempo de vida promedio, con mayor envejecimiento porcentual de la población; los costos mayores para el cuidado de la salud a largo plazo; la mayor participación de las mujeres en el sector y el incremento en la preocupación del funcionamiento organizacional de los resultados de los servicios médicos, aunado a una evaluación del comportamiento financiero.

Para finalizar enfatizó que estos estudios tienen el propósito de provocar, en todos aquellos interesados o involucrados en el tema, reflexiones acerca del porqué, hacia dónde y cómo debe transitar la educación superior, así como sobre qué debemos y qué podemos hacer con relación a nuevas áreas de formación profesional y carreras estratégicas, con la modificación o el cierre de carreras obsoletas, con la apertura de nuevos programas, con la necesidad de nuevos modelos pedagógicos y de tecnología educativa, con la superación del personal académico y con la infraestructura de apoyo.