Gaceta Facultad de Medicina UNAM
25 mayo 2004
Facultad de Medicina UNAM

Seminario Permanente de Salud en el Trabajo

Género, salud y trabajo

Durante la sesión número 50 del Seminario Permanente de Salud en el Trabajo la licenciada María Reyes Córdova, directora general de Equidad y Género de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), abordó el tema “Género, salud y trabajo”, con objeto de establecer cuál es la situación de las mujeres en el trabajo y su condición en el terreno de la salud.

“En Equidad y Género de la STPS tenemos como meta encontrar y lograr una equidad genérica entre hombres y mujeres. Esta equidad, en la medida en que se logre, se convierte en una meta saludable, necesaria para la sociedad y para la persona”, destacó la funcionaria.

En el auditorio “Fernando Ocaranza” de la Facultad de Medicina, Reyes Córdova indicó que desde el hogar hombres y mujeres han sido educados y formados en condiciones desiguales, que se han convertido en desigualdades sociales muy profundas, lo cual ha mermado la salud social.

Se refirió a la participación de la mujer en el ámbito laboral y dijo que antes de la Revolución Industrial el trabajo era algo compartido entre hombres y mujeres, porque era parte de la familia. “No había una gran división del trabajo puesto que lo que se hacía era el de comunidad, ya fuera artesanal o de la tierra, donde toda la familia participaba, y en este sentido marido, mujer, padres, hijos contribuían juntos en tareas comunes”, afirmó.

En la época postindustrial permaneció el modelo de crecimiento del mercado interno, el predominio del trabajo de tiempo completo, hay una masculinización del mercado laboral, pero los movimientos migratorios a nivel internacional, que en México se dieron en la primera mitad del siglo pasado con el Programa Bracero de los Estados Unidos, y una economía de mercado, han orillado a las mujeres a incorporarse a la dinámica laboral, “... hoy nos encontramos con una feminización en ascenso, una mayor participación de las mujeres en este sector de la economía mercantil”, señaló.

Indicó que las mujeres se insertan en la economía de mercado en condiciones de desigualdad porque no contaban con preparación para laborar y empiezan a participar en negocios informales, en pequeños comercios, en servicios, etcétera. Esto llevó a un ajuste socioeconómico y familiar, con el deterioro de las condiciones de trabajo y el aumento de la vulnerabilidad y la pobreza de los hogares porque el salario no alcanza. “La mujer se inserta al mundo del mercado laboral para completar el ingreso familiar”, aclaró.

Reyes Córdova sostuvo que el incorporarse a este mercado ha provocado discriminación en su acceso y permanencia en el trabajo. Señaló que las mujeres de mayor edad están más expuestas a perder el empleo y las funciones procreativas son uno de los obstáculos para que se integren al mercado laboral.

En cuanto a la situación de trabajo entre hombres y mujeres, la especialista en equidad y género destacó que en la actualidad los hombres tienen mayores probabilidades de ocupar puestos clave, mejor remunerados; en el caso de las mujeres, las estadísticas demuestran que desempeñan puestos periféricos, “... en las empresas maquiladoras, por ejemplo, 80 por ciento del personal son mujeres y representan 36.4 por ciento de la fuerza laboral, por lo que aún existe una segregación ocupacional muy fuerte”, aseguró.

Reconoció que también existe discriminación laboral de la mujer por embarazo. “Hemos encontrado empresas, sobre todo aquellas donde no hay sindicatos, en donde a las mujeres les llevan el control de su fertilidad, tienen que demostrar que están en periodo de menstruación, que están usando anticonceptivos, como requisito y condicionante para permanecer en el empleo, y esto es contrario a la dignidad de la mujer, a su derecho a formar un hogar y al ejercicio de su propia sexualidad”, expresó.

Informó que la STPS realizó en 2002 campañas en radio en donde se informaba al público que en el gobierno federal quedaba estrictamente prohibida la exigencia de la prueba de embarazo como requisito para contratación en el empleo.

La licenciada Reyes Córdova identificó dos formas de violencia hacia la mujer: por funciones procreativas y el hostigamiento o acoso sexual, e indicó que éste es una práctica discriminatoria que va tanto en contra de la dignidad de la mujer como en contra de la del hombre; se trata de toda conducta sexual indeseada por quien la recibe reiterada y que provoque efectos perjudiciales en las condiciones materiales de empleo, desempeño y cumplimiento laboral. “La STPS desarrolla con algunas empresas códigos de éticas al interior de las corporaciones, pero el objetivo no es generar una política de coacción sino de prevención hacia el hostigamiento sexual.”

Puntualizó que todo empleador tiene responsabilidad de prevenir el acoso y tomar las acciones inmediatas apropiadas y correctivas, así como de mantener un ambiente laboral libre de hostigamiento en relación con solicitantes, aspirantes a empleo, trabajadores de la corporación, personas que puedan tener una conexión de negocios con la misma corporación, invitados suplidores de servicios, etcétera.

Las consecuencias para el trabajador que sufre los dos tipos de violencia son frustración, adicciones, alteraciones de sueño y físicas, deterioro de la vida social, pobreza, inseguridad, apatía, depresión, impotencia, ansiedad...etcétera. Para la empresa las consecuencias son favorecer una cultura de discriminación, alteraciones de las relaciones interpersonales, baja productividad, deterioro del clima laboral, aumento de accidentes, ausentismo y disminución de la calidad del trabajo, entre otras.

Finalmente señaló que en la STPS se trabaja conjuntamente con las empresas para promover una nueva cultura laboral en donde se tenga un ambiente de trabajo libre de violencia y discriminación y se promueva la equidad. La Secretaría ha planificado programas de desarrollo humano y de relaciones laborales. Además, se organizan talleres sobre hostigamiento sexual en las empresas para autoprotección; se informó que en el caso de las maquiladoras en Ciudad Juárez se implementó un programa de autoprotección para las obreras, el cual consiste en una inducción integral a la autoestima, autoprotección, asertividad y el desarrollo humano al interior de la empresa.

Al concluir la participación de la licenciada Reyes Córdova, la doctora Lilia Macedo de la Concha, jefa del Departamento de Salud Pública, entregó un reconocimiento al doctor Rodolfo Nava, coordinador del Seminario, y a su equipo de trabajo, integrado por la licenciada Blanca Estela Valdés y Lourdes Morales García por haber coordinado 50 sesiones ininterrumpidas y contribuir a la formación de recursos humanos en el área de la salud ocupacional. La titular de Salud Pública destacó la trayectoria del doctor Nava, de quien dijo: “se ha distinguido por defender la salud de los trabajadores”.