Gaceta Facultad de Medicina UNAM
10 mayo 2005
Facultad de Medicina UNAM

CONFERENCIA MAGISTRAL DEL 1ER. CONGRESO ACADÉMICO DE LA FM

Problemas ingentes de México y el mundo. Perspectivas médicas

El doctor José Narro durante el desarrollo de su conferencia

En su conferencia magistral, dictada en el marco del Primer Congreso Académico de la Facultad de Medicina “Dr. Roberto Kretschmer Schmid”, el director de la FM y presidente de dicho encuentro, doctor José Narro Robles, describió algunos de los más grandes problemas que ponen en riesgo la estabilidad social y amenazan la vida y la dignidad humana.

Así, en su ponencia titulada “Problemas ingentes de México y el mundo. Perspectivas médicas”, señaló que pese a que la humanidad cuenta actualmente con los mayores niveles de salud, educación y desarrollo social, científico y tecnológico, además de acceso a satisfactores personales, así como a mejoras en el desarrollo democrático y económico que jamás había conocido la humanidad, buenas condiciones de información, comunicación y un vasto conocimiento en todas la áreas, existen grandes brechas, contrastes y contradicciones.

La sociedad está cada vez más polarizada: el que tiene, el que sabe y el que carece absolutamente de todo y los grandes problemas que enfrenta también están relacionados con el tamaño y crecimiento de la población, con el número de pobres y analfabetos, con la contaminación ambiental, el cambio climático y eventos meteorológicos extremos que amenazan el equilibrio biológico del planeta, problemas derivados de los cambios en el sistema de valores, de principios y de paradigmas, de manera que “el mundo está amenazado por nuestros hechos y por nuestra indiferencia”.

Respecto a estos asuntos hizo un recorrido a nivel mundial; de este modo, dijo que de los más 6 mil 400 millones de habitantes, 80 por ciento vive en países poco desarrollados, cada día nacen 365 mil infantes, de los cuales 90 por ciento ve la luz en las naciones menos desarrolladas. Cada año la población se incrementa en más de 81 millones, y de ésos, 80 corresponden a países pobres. Asimismo estimó que en 2013 nacerá el habitante 7 mil millones, en 2025 el 8 mil millones y en 2050 la población del mundo ascenderá a 9 mil 200 millones, lo que significa que entre 1950 y 2050 la población habrá aumentado 6 mil 700 millones de habitantes.

En contraste, la esperanza de vida en el mundo en promedio es de 67 años; sin embargo, existen enormes brechas si se observa que Zambia y Sierra Leona cuentan con 35 años de esperanza de vida, mientras que Japón e Islandia tienen 82 y 81, respectivamente. En este orden de ideas, explicó que diariamente mueren en el mundo 148 mil personas, 78 por ciento en los países menos desarrollados; pero el drama está en la mortalidad infantil, todos los días fallecen 20 mil niños menores de un año y de esas defunciones 99 por ciento se presentan en los países en vías de desarrollo.

Advirtió el doctor Narro Robles que otro de los contrastes más significativos es que mil millones de personas no tienen acceso a agua potable y dos mil 400 millones carecen de servicios de saneamiento básico; existen 850 millones de analfabetos y dos mil 800 millones de pobres en este mundo de gran riqueza y desarrollo económico, aunado a los 35 millones de personas que viven con VIH-sida, de los cuales 87 por ciento habitan en el continente africano; en Sudáfrica hay cinco millones de infectados y 38 por ciento de la población entre 15 y 49 años de edad está infectada en Botswana y Swasilandia.

El director de esta Facultad enfatizó que en lo que se relaciona con la degradación del ambiente, en la cual todos los seres humanos participamos, es causada por la industrialización y el crecimiento desmedido de la población, lo cual conlleva a graves consecuencias, algunas ya efectivas y otras potenciales; por ejemplo: el efecto invernadero es real, se sabe que el agujero en la capa de ozono no se ha resuelto y si no se pone remedio podría llevar 50 años restaurarlo; el casquete polar de la Antártida se está perdiendo y el nivel de los mares está aumentando, el régimen pluvial se ha transformado y dado origen a sequías, inundaciones y huracanes cada vez más feroces y frecuentes; también existe una degradación importante de los suelos, arrasamiento de bosques, de selvas y, en consecuencia, de la biodiversidad. La devastación es generada en buena medida por los desechos: nada más se generan dos mil millones de toneladas de residuos industriales sólidos, 350 millones de toneladas de detritos peligrosos y siete mil toneladas de productos nucleares.

Lo anterior ha contribuido al aumento de la temperatura media mundial de la superficie terrestre (0.6o C), a la disminución de la extensión y espesor del hielo marino ártico en 40 por ciento y al aumento del nivel del mar (de uno a dos milímetros por año). Estos cambios climáticos, entre otras cosas, incrementarán los riesgos para la salud humana, la productividad ecológica y la diversidad biológica, se aumentarán las precipitaciones intensas y se agravará la escasez del agua.

Otro problema mundial es la desigualdad y la exclusión, lo cual es propiciado por la concentración del poder político y económico en unas cuantas manos. De esta manera, señaló que la producción de alimentos básicos en el mundo es igual a 110 por ciento de las necesidades del planeta y, sin embargo, 800 millones sufren de desnutrición y más de 20 millones mueren por esa causa cada año. En contraste, las quince personas más ricas del mundo tienen una fortuna mayor al producto interno bruto (PIB) de todas las naciones del África Subsahariana (50 países y 711 millones de habitantes).

En cuanto a los problemas ingentes de México, Narro Robles explicó que de los 106 millones de habitantes, 25 por ciento es de población rural, mientras que la tasa de crecimiento es de 1.7 por ciento; se calcula que en 2025 habrá 134 millones de habitantes y en 2050 más de 150 millones. Adicionalmente, se vislumbra una profunda transformación en la estructura poblacional, no sólo cambios en la dinámica de crecimiento sino sobre todo en el peso de los distintos grupos de edad.

Hizo hincapié en que ha existido una disminución del peso de los grupos menores de 5 años y de 6 a 14; en 1970, el primero de ellos representaba 22 por ciento del total de la población y disminuyó en el año 2000 a 13 por ciento, mientras que el segundo grupo pasó de 25 a 20 por ciento en ese mismo periodo. En los últimos 30 años el número de habitantes de 15 a 24 años de edad aumentó de 9.2 millones en 1970 a 20 en 2000 y en esas tres décadas la población de 25 a 64 años pasó de 15 a 40 millones. Este cambio demográfico en nuestro país tendrá sin duda repercusiones económicas, sociales, culturales, políticas y sobre la salud y el empleo.

Por otro lado, hacia la última fase de la transición demográfica se observará un crecimiento reducido y el envejecimiento en la población, así como un aumento de los habitantes que laboran, a lo que se le llama “bono demográfico”, hecho temporal e irrepetible que se debe aprovechar y se calcula que durará entre 20 y 25 años; para ello se requiere dotar a la población joven de educación, salud, capacitación y oportunidades de trabajo. En lo que respecta al asunto de salud, enfatizó que es responsabilidad de la Facultad de Medicina de la UNAM impulsar un verdadero y auténtico servicio de salud integral, de cobertura nacional, financiado con recursos públicos.

En México, 9 por ciento del total de la población es analfabeta, 50 por ciento vive en condiciones de pobreza, dos de cada tres habitantes del medio rural son pobres y 20 millones viven en condiciones de pobreza extrema o alimentaria, de manera que el país se caracteriza por profundas, lacerantes e inadmisibles desigualdades.

Al cerrar su participación, el doctor Narro Robles, a manera de conclusión, expresó que los problemas mundiales se vislumbran sin soluciones favorables, se supone que lo mejor es la construcción de un nuevo humanismo y, en lo que respecta a México, la solución es volver a un nuevo modelo en el que se apueste por la educación, la ciencia, la salud y la lucha contra la pobreza, así como apertura de empleo productivo y estable, cuidado del ambiente y sobre todo democracia, gobernabilidad y estado de derecho, todo lo cual se puede hacer a través de la juventud.