Gaceta Facultad de Medicina UNAM
10 mayo 2005
Facultad de Medicina UNAM

ACTIVIDADES CULTURALES: BAJO EL MURAL

Música del mundo en el Foro Eppens: Petra y Édgar Oceransky

  • El primero, un grupo que fusiona instrumentos y música árabe con jazz
  • El segundo, un cantautor universitario con renombre

Durante la segunda quincena de abril el Foro Eppens se engalanó con la presencia de Petra y Édgar Oceransky. El primero, un grupo que fusiona instrumentos y música árabe con jazz, encabezado por Fausto Palma, y el segundo, un cantautor universitario que después de trece años de trabajo comienza a recoger frutos a nivel nacional e internacional.

 

Fausto Palma

“Petra” es un proyecto que mezcla diferentes estilos musicales, con los cuales ha estado en contacto su creador y compositor Fausto Palma, música clásica occidental hindú y árabe tradicional con jazz.

Cabe señalar que Fausto es un joven mexicano inquieto que radicó por seis años en la India, donde grabó su primer disco, y también ha estado en Europa; al regresar a México concibió a Petra como un proyecto con un nuevo estilo musical, ambicioso y complejo, que rítmicamente se basa en las maneras de medir el tiempo como lo hacen en la India y en Arabia simultáneamente, por medio de la repetición de compases, sin perder la fluidez. Por otra parte, las melodías se tocan en unísono, con escalas de ocho tonos y afinación microtonal. Como en la música clásica occidental, se usan el contrapunto y el concepto de orquestación, por lo que el jazz desempeña un papel importante, por los instrumentos que utiliza, la textura y los espacios para la improvisación.

En entrevista para la Gaceta, Fausto Palma, también el laudista del grupo (instrumento tradicional árabe que originalmente se llamaba oud, y que con el tiempo cambió a laúd), comentó que su objetivo no era mezclar la música hindú con el jazz, pero que después de analizar el proyecto, consideró que éste se enriquece musicalmente.

— ¿Cómo surgió la idea de Petra?
“Estuve viviendo cuatro años en Holanda, donde participé con un grupo que se puede decir que fue el antecesor de Petra; después viví en la India, y cuando regresé a México me quedó el gusanito y comencé a escribir letras y a componer música donde combiné el contrabajo, la batería y las percusiones árabes, el saxofón, el clarinete, el trombón y la trompeta, las congas y bailarinas. Me imaginé todo eso sin tener a los músicos y a las bailarinas, cuando tuve las composiciones hablé con los músicos y desde hace ocho meses conformamos Petra.”

— De entrada, ¿cómo les pareció el proyecto a los músicos?
“Creo que un poco complicado, porque no pudieron leer las partituras a primera vista ni tocar un sola pieza al primer intento, lo que les causó un reto porque detrás de esto hay todo un concepto filosófico que viene de Arabia y de la India, que no es nada más tocar por tocar. No cualquiera puede leer e interpretar esa música y ahora estamos en esa lucha. En nuestras reuniones escuchamos música y hablamos sobre la filosofía, para que la vivan. Entonces, los ensayos contienen un poco de esto.”

 

Las bailarinas de Petra

— ¿Cuánto tiempo pasó para que se sintieran juntos?
“Creo que ocho meses; es poco tiempo, todavía hay errores y falta comunicación entre nosotros, doy unos tres años para consolidar el proyecto como debe ser, y considero que la banda tiene posibilidades de mucho más, por lo que ya está a punto de salir nuestro primer disco.”

— Respecto al día de hoy, ¿qué te pareció el público y cómo fue que llegaron a este Foro?
“Mi novia, Aleli Pérez —bailarina y gerente del grupo—, ya había participado en el Foro y ella fue la que nos conectó. La idea me gustó porque el público de la UNAM es diverso y esta música es accesible; hay que darle oportunidad a la gente de que la conozca. Me gustó que al público le llamara la atención, chiflara y aplaudiera; me gustó mucho eso y quisiera regresar.”

Si quieres saber más de Petra ponte en contacto con ellos o escribe a los siguientes correos electrónicos: faustopalma@yahoo.fr, alhazen@yahoo.com.mx, o la página faustopalma@cero-records.com

Édgar Oceransky
Este cantautor se introdujo a la nueva trova al fusionar en sus canciones lirismo y sensibilidad social, por lo que afirma: “Mis canciones no soportan el encierro, no entienden de peros, de esperas o de luegos, y nacen un buen día sin pedir permiso.”

Edgar nació en la ciudad de México en el año de 1975. Como estudiante de la Facultad de Psicología comenzó a combinar la música con los estudios, y en 1993 empezó su carrera al lado de la también cantautora Cecilia Pellicer, en “El Sapo Cancionero”.

 

Como compositor dice haber comenzado cuando surgió en él la necesidad de decir cosas que le pasaban y que no podía expresar a través de interpretaciones de otros compositores, por tal motivo asevera no tener ningún género y que ser un cantautor le da la libertad de componer y cantar lo que quiera.

Ganó el primer lugar en el Concurso Nacional de Canto Nuevo y Rock Urbano (1998) con la canción El otro México, y el tercer lugar en el concurso 60 años de acción nacional (1999), con Otro día más.

En el año 2000 participó en el soundtrack de la película mexicana Corazones rotos, con la canción Enemigo interno, de Pedro Gilabert. En 2001 presentó su primer disco, Estoy aquí (editado por Sony Music) en el Hard Rock Live de la ciudad de México, del cual se escucharon dos sencillos: Estoy aquí y Un pedacito de Edén, en las estaciones de radio mexicanas.

En 2002 grabó un Concierto total, con el canal de videos Ritmo Son Latino, el cual fue difundido en toda América Latina, Estados Unidos y España. En ese mismo año participó en un disco colectivo llamado El que la hace la canta (Sony Music), al lado de grupos como Elefante, y al año siguiente grabó otro disco colectivo llamado Reflejos acústicos (Kirti Music).

A finales de 2003 lanzó su segundo material, De carne y hueso, que presentó en el Foro “Felipe Villanueva” y “La Casa Jaime Sabines”. De este disco se escuchó el primer sencillo, Volver a perdernos, en algunas estaciones del interior de la República Mexicana.

En febrero de 2004 participó en el disco del cantautor boricua Mikey Rivera, dentro de la serie de Cuerdas para cuerdos, con las canciones Volver a perdernos (de E. Oceransky) y Amor de mayo (de M. Rivera).

Después del concierto en la Facultad de Medicina, Édgar comentó sentirse muy bien porque siempre regresar a la UNAM es muy satisfactorio. “Me honra que me inviten a tocar y me hagan un lugar en sus oídos, que mis compañeros y los alumnos vengan a mis conciertos.”

 

Sorprendido afirmó que no pensaba tener tantos seguidores en la Universidad y mucho menos que se supieran sus canciones, lo cual le emociono sobremanera y lo llevó a afirmar que vendrá todas las veces que lo inviten.

Tras 13 años de trabajar asevera que en los últimos años es cuando ha recogido frutos, “por eso me la tomo con calma, todavía falta mucho, y lo que me interesa es cantar”, motivo por el cual comentó que se prepara, estudia música y toma clases de ópera.

“Cualquier carrera a la que uno se dedique necesitas formarte e informarte y tener muchas horas de práctica. Tener muchas horas para pensar por qué uno hace lo que hace, en la vocación, cuáles son los fines que uno persigue y cómo disfrutar el trayecto, ya que muchas veces son horas de desvelo, de trabajo fuera, dedicación a cien por ciento aunque parezca que todo lo hacemos por gusto, pero hay que dedicar tiempo”, concluyó durante breve entrevista.

Cabe mencionar que sus canciones lo han llevado a dar conciertos por todo México, aunque al difundirse su música en el resto de Latinoamérica ya ha empezado a emprender el vuelo por Canarias y Puerto Rico.

A pesar de tener sólo dos discos ha participado en por lo menos 10 más, entre los que se encuentran Morir de pie, de Miguel Ángel Méndez, La ciudad, de César González “Chico”, Sin máscaras, de El Juglar, Corazones rotos (soundtrack). El que la hace la canta y Reflejos acústicos (discos colectivos), y en las compilaciones Lo mejor del 2002 (junto a Elefante, La oreja de Van Gogh y Sin Bandera, entre otros, editado por Sony Music) y Grandes cantautores latinos (junto a Joaquín Sabina, Pablo Milanés y Miguel Ríos, editado por Universal México).