Gaceta Facultad de Medicina UNAM
10 mayo 2004
Facultad de Medicina UNAM

PRESENTACIÓN DE LIBRO

El Ceiich presenta el libro:
Ciencia y humanismo en la medicina

  • Último libro que coordinara el doctor Hugo Aréchiga en este centro
De izquierda a derecha, los doctores Carlos Viesca, José Narro, Daniel Cazés, Luis Benítez y Javier Flores

El pasado 20 de abril el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (Ceeich) presentó Ciencia y humanismo en la medicina, el último libro que coordinara el doctor Hugo Aréchiga Urtuzuástegui para este centro de investigación, y el cual fue el resultado de un simposio —que también organizara— sobre el tema, efectuado en septiembre de 2002.

Durante la presentación, que también fue un homenaje a su memoria, el doctor Luis Benítez-Bribiesca, especialista en patología, dijo que la obra surge a partir de una plática de comida entre él y el doctor Aréchiga: “Ese día se concretó la idea y comenzamos a invitar a algunas personas; así se realizó el simposio cuya finalidad fue discutir el contenido del libro.”

El miembro del Sistema Nacional de Investigadores y editor en jefe de la Gaceta Médica de México se refirió a la concepción de esta obra como un acierto del doctor Aréchiga, porque presenta los temas básicos de ciencia y humanismo en México, donde el primer capítulo y la introducción, escritos por él, reflexionan profundamente sobre esto y muestran la calidad impresionante de Hugo para sintetizar y lanzar un mensaje profundo.

Sobre el resto de los capítulos dijo que están atinadamente escogidos y conforman un todo interesante, a su forma de ver fundamental, sobre este tema crítico, porque se está viviendo una época de distanciamiento que parece que debe solucionarse, y han de buscarse rutas para tratar de unir esas dos corrientes del conocimiento humano.

Inevitablemente, el también miembro de la Academia Nacional de Medicina afirmó no poder hablar del libro sin hablar de su coordinador, con quien trabajó más de cinco años en la División de Estudios de Posgrado e Investigación (DEPI) de la Facultad de Medicina, y por encargo de él mismo tomó la responsabilidad de la Gaceta Médica de México, durante el tiempo en el que fue presidente de la Academia Nacional de Medicina, por lo que afirmó que el doctor Aréchiga fue un extraordinario investigador y académico, y como persona era un hombre bueno que destilaba afecto, tenía la virtud de ser conciliador, invitaba a los demás a trabajar y organizaba maravillosamente las cosas que se le encargaban. Finalmente, concluyó que el libro es muestra de la personalidad de él, como científico y humanista, concluyó.

El doctor Carlos Viesca, jefe del Departamento de Historia y Filosofía de la Medicina, se refirió al libro como un documento significativo por algunas circunstancias: fue el último en el que participó con Hugo Aréchiga, a quien le ligaba una profunda amistad de muchos años, por lo que la presentación de esta obra es emocionalmente importante en razón de esa gran amistad.

Ciencia y humanismo en México es un tema de actualidad y lo ha sido a lo largo de la historia con diferentes matices; destacó que hablar de ciencia es hablar en abstracto, no es nada, hablar de ciencia en la configuración de la medicina tiende a ser algo muy importante en el momento actual, en el que el paradigma de las ciencias médicas se está viendo modificado, sobre todo a partir de la perspectiva de lo que se está dando en llamar medicina genómica, la cual platea cambios fundamentales no sólo en la conceptualización de esta disciplina y en la estructuración de las ciencias básicas en las que se apoya, sino en la práctica misma de la medicina.

El también profesor de historia y filosofía de la medicina, de antropología médica y responsable del posgrado en bioética, dijo que la ciencia obliga a un gusto, a un elemento lúdico central, y el humanismo también; la unión de estas dos culturas aloja elementos sustanciales, sobre todo cuando se enfocan a la medicina, y agregó: “Antes se criticaba a los médicos por no ser científicos, ahora se les critica por ser demasiado científicos; sin embargo, pienso que todavía nos falta, pero no podemos darnos el gusto de ser nada más científicos, necesitamos rescatar al ser humano como centro del interés de la medicina, particularmente del médico; si se pierde el sentido del ser humano se pierde el sentido de la medicina, si nos quedamos en el sentido del conocer, también se pierde el sentido de la medicina, por lo que esto nos lleva a pensar qué se necesita, como médico, como enfermo, como observador de la práctica médica y como científico; para poder hablar de medicina, tenemos que hablar de propósitos, acciones, resultados, y del significado humano de estos resultados. Pensando en esto, este pequeño libro se convierte en un gran libro, sobre todo en términos de lo que todos podemos escribir a partir de lo que ya está, porque los libros no se valoran a partir de su tamaño sino de lo que provocan posteriormente. En este terreno es donde más va a incidir este libro.”

Por su parte, el doctor José Narro, titular de la FM, aseveró que el libro que hoy se presenta, como sucede con otros, sirve como motivo para hacer una serie de consideraciones; una de ellas es justo la de festejo, porque cada vez que aparece un libro tiene que ser motivo de regocijo.

“La lectura de un libro despierta interés y curiosidad, y al avanzar nos despierta sentimientos y sensaciones muy variados; cada vez que hay un nuevo y provechoso libro hay una ganancia, una mejoría de la visión, y éste es, a mi juicio, el caso de Ciencia y humanismo en la medicina, libro que refleja un tema fundamental, un tema de ayer, de hoy y del futuro.

“Sin duda, al mismo tiempo que celebramos este libro, en este caso en particular nos trae tristeza, recuerdo y dolor, porque Hugo debería estar hoy, y como era él: con la sonrisa a flor de labio; con su educación y amabilidad por todos reconocida; con su conversación amena, agradable, inteligente e informada; con el brillo de sus ojos y la calidez de sus palabras; con su bondad y amistad; queda este libro como testimonio de Hugo, de su obra, de su calidad y productividad; queda este libro como testimonio de la convocatoria que tenía, de su claridad de pensamiento, de su compromiso con la ciencia, el humanismo y la medicina; queda como un ejemplo de su entrega a la Universidad, a la creación; su interés por enseñar y su generosidad por compartir. Con nosotros vivirá el recuerdo de Hugo y su ejemplo. A nosotros nos acompaña su obra, su trayectoria, y este libro es un caso más...”

Sobre el contenido dijo que después de una extraordinaria Introducción, a cargo de Hugo Aréchiga, la obra conjunta cinco trabajos inteligentes, completos y provocadores. El de Aréchiga sobre El papel de las ciencias y las humanidades en el conocimiento es sin duda ejemplo de saber y de ilustración. El de Luis Benítez, inteligente y bello, quien concluye diciendo: “El humanismo, como corriente filosófica, es el espíritu de la especie y la ciencia, el cuerpo de nuestra realidad.” Sobre el artículo del doctor Roberto Krestchmer afirmó que su aportación plantea preguntas desde el título: ¿Hacia un nuevo humanismo?, cuestiona, y con su sabiduría y perseverancia revisa y reitera, “¿qué es el humanismo?, ¿sirve o sirvió de algo?, ¿revelará el genoma humano alguna vez dónde se encuentran, de existir, genes apolémicos, dionisiacos y místicos del ser humano?” Fernando Martínez Cortés reflexiona desde el pasado sobre su tema El humanismo médico y la medicina tecnológica del siglo XXI. Por último, el viaje que se recorre de la mano, la letra y el pensamiento de Carlos Viesca, para revisar la forma de alcanzar Un humanismo médico para el siglo XXI, es ilustrador, profundo y fácilmente comprensible.

En su afán de estadista, dijo que para dar cuenta de la erudición que pasean las páginas de este obra conviene destacar que su índice onomástico incluye 248 autores y una bibliografía adecuada, oportuna y nutrida de más de 140 referencias. “Se trata de un estupendo libro de un coordinador excepcional al que siempre recordaremos, y de un elenco de autores extraordinario, que generan un contenido más que ilustrador”, finalizó.

Durante la presentación que se realizara en el auditorio del Ceiich de la Torre II de Humanidades, el doctor Javier Flores, investigador y profesor de posgrado, dijo que aunque él no participó directamente en el contenido del libro sí lo hizo en la realización del mismo. Afirmó que la obra que hoy se presentó es una muestra de la incansable actividad académica desarrollada por Hugo Aréchiga, así como ocurre en las neurociencias, y varios de sus trabajos están aún por publicarse. La temática de este libro dentro del espacio universitario consiste en una clara muestra de las preocupaciones al final de su vida, la comprensión entre ciencia y humanismo.

El maestro en ciencias, con especialidad en fisiología y biofísica, mencionó que Hugo reunió a un conjunto de destacados médicos y científicos para desarrollar esta obra que, aunque pequeña por el número de páginas, alcanza en varias de sus partes una gran profundidad y es prueba fehaciente de que entre científicos y humanistas puede haber estrecho vínculo en beneficio de la sociedad, por lo que es una obra mayúscula.

El que alguna vez fue ayudante de profesor en el grupo del doctor Hugo Aréchiga comentó que de siempre él lo recuerda preocupado por la relación ciencia y tecnología, ciencia y sociedad. Asimismo, dijo que también lo oyó hablar de científicas mujeres, lo que quiere decir que estaba al tanto del feminismo, en cuanto a las relaciones entre el género y la ciencia. Señaló que antes de su viaje a Turquía habló con él sobre la necesidad del perfeccionamiento de los recursos humanos, y dentro de este tema el requerimiento de incrementar las necesidades para la mujer y la salud como una de las condiciones para elevar el avance científico y social de México.

En este tenor de dar a conocer otros aspectos del doctor Aréchiga, afirmó que él dirigió la elaboración de estudios representativos de la comunidad científica mexicana, entre ellos señaló el planteamiento de los investigadores mexicanos sobre los efectos en la salud de los organismos genéticamente modificados, lo que ocurrió hace muchos años, cuando en México nadie hablaba del tema. Dijo que también, durante su dirección, fundó el primer estudio que fija la posición de la comunidad mexicana en el empleo de células de origen embrionario en investigación, estudio en donde se toma una postura en pro de la clonación terapéutica, y que fuera publicado por el Consejo Consultivo de Ciencias de la República Mexicana. Concluyó al mencionar que éstos son algunos ejemplos de los cuales puede hablar sobre las preocupaciones que tenía el doctor Aréchiga en la relación ciencia y sociedad.