El Programa de Maestrías y Doctorados en Ciencias Médicas,
Odontológicas y de la Salud reconoce a sus mejores alumnos

• Seis egresados reciben la medalla Alfonso Caso 2002 y 2003
• Reconocimiento especial para la doctora Esther M. Casanueva, tutora del programa de la salud mental pública

El doctor Luis Felipe Abreu Hernández, coordinador del Programa de Maestrías y Doctorados en Ciencias Médicas, Odontológicas y de la Salud, en compañía de la doctora María Elena Medina Mora, integrante de la Junta de Gobierno de la UNAM y tutora del Programa, entregó reconocimientos a 16 alumnos graduados en tiempo durante el año 2006 y al mismo número de profesores que los impulsaron en su proceso formativo.

Durante la ceremonia efectuada el pasado primero de marzo en el auditorio “Ramón de la Fuente”, del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de esta Facultad de Medicina, además de dar la bienvenida a la generación 2007, se otorgó la medalla Alfonso Caso correspondiente a los años 2002 y 2003 a seis profesionales, y un reconocimiento especial a la doctora Esther Casanueva, tutora del programa en el campo de la salud mental pública y experta en nutrición humana.

En esta oportunidad el doctor Abreu Hernández reconoció a la nueva generación ser un grupo con los mejores candidatos, pues lograron su entrada gracias al concurso de selección; asimismo, les aseguró que a partir de hoy, que forman parte de esta Facultad con más de 400 años de existencia y de una Universidad calificada entre las 100 mejores del mundo, tendrán los mismos niveles de exigencia que pueden hallarse en las principales universidades del planeta.

Para introducirlos en la educación que les espera, afirmó que el campo de la salud se confronta siempre con la frontera de lo muy complejo, toda vez que en el proceso de la enfermedad influye la continuada evolución de virus, microrganismos y parásitos, pero también las susceptibilidades biológicas y genómicas, la exposición a riesgos ambientales e incluso las conductas de peligro, todo ello se refleja en la multicausalidad y la existencia de respuestas no lineales que con frecuencia nos sorprenden.

A decir del experto, a diferencia de quienes realizan una investigación de laboratorio, quienes operan en el mundo real del hospital o la comunidad tienen que lograr resultados en condiciones específicas y contextuales, y han de confrontarse con todas aquellas variables que modulan al fenómeno; en este sentido, a los alumnos de la nueva generación de una vez les dijo que están obligados a producir conocimientos válidos, para lo cual se requiere de investigación original, tarea en la participan profesores, alumnos y egresados, porque “es nuestro objetivo central, y continuar con ello, es nuestro compromiso”.

Igualmente, explicó que se requieren algunas adecuaciones para formar investigadores con la capacidad de realizar aportaciones al sector salud, y es necesario transitar de una investigación individualista a organizar una enfocada a problemas relevantes, concentrando talento y realizando esfuerzos multidisciplinarios en torno de retos específicos, traducidos en megaproyectos.

Posteriormente habló de los retos que habrá de enfrentar el Programa a su cargo, pues será necesario primero pasar de los problemas clínicos hacia las ciencias básicas o desde éstas a aquéllos, lo que implica reconocer que la investigación biomédica tradicional, desvinculada de la problemática de salud, no ha logrado consolidar aportaciones relevantes. Segundo, debe reconocerse que el proceso formativo de un investigador culmina con el doctorado y dura cuatro años; la maestría es una fase de absorción que prepara para diseñar investigaciones. Lo que se pretende ahora es redefinir los objetivos de estas dos fases y, para tal motivo, hay que enfocarse a conducir al mayor número posible de alumnos hacia el doctorado.

Antes de concluir, expresó que también están impulsando maestrías con orientación profesional para favorecer a los expertos en activo del sector salud y llevar la formación a sus centros de trabajo, con preparación para una práctica profesional sustentada en el conocimiento a fin de que sean capaces de verificar sus resultados con rigor metodológico.

Galardón especial

En otro momento de la ceremonia, la doctora Medina Mora, en representación del subcomité académico del campo de las ciencias de la salud, dio a conocer que por unanimidad de colegas y alumnos, por su dedicación docente, se decidió entregar un reconocimiento especial a la doctora Esther Margarita Casanueva y López, de quien resaltó sus cualidades académicas y profesionales.

Es investigadora nacional nivel dos, y de los institutos nacionales de salud; tiene en su haber muchos méritos en el campo, entre ellos 125 artículos publicados, 64 de divulgación y 34 libros y capítulos de libros. Ha recibido diversos premios, desde la mejor tesis del año en nutrición en 1996, hasta el premio Néstle, entre otros más.

Pero sin duda, lo que la doctora Mora resaltó fue su capacidad docente, pues contar con ella entre los tutores del Programa es una garantía; ha trabajado con estudiantes de licenciatura, maestría, especialidad y doctorado, y ha graduado 59 alumnos.

Esther Casanueva ha sido capaz de traducir el conocimiento científico en herramientas que pueden ser utilizadas por el profesional de la salud, el educador y el público en general. Un ejemplo de ello es el “Plato del bien comer”, en el que participó desde su conceptualización, diseño, evaluación y oficialización; de hecho, es la representación gráfica obligatoria para la orientación alimentaria, como lo señala la norma oficial mexicana 043 de la Secretaría de Salud.

También participó en la organización del programa Progresa, hoy conocido como Oportunidades. Es líder de la investigación en nutrición de la mujer y niños pequeños; sus investigaciones en materia de suplementación con hierro a la mujer embarazada constituyen una evidencia importante para el cambio de las políticas de este tipo a nivel mundial, un tema prioritario que actualmente se está discutiendo en la Organización Mundial de la Salud.

Después de recibir ese merecido galardón de manos de la doctora Medina Mora, la experta, además, felicitó a la nueva generación por escoger un área de estudio con gran potencial de crecimiento y, a la vez, comprometida con la solución de los problemas más importantes de nuestro país: la salud de los mexicanos.

Manifestó también su satisfacción por el premio y expresó su deseo porque el Programa incluya formalmente a la nutriología, pues “nuestra misión enriquece el desarrollo de este excelente programa de estudios”.

Luego de presenciar la entrega de reconocimientos a los alumnos graduados en tiempo, y de haber recibido la medalla Alfonso Caso, la doctora Fortul Vander Goes, actualmente jefa del Departamento de Biología Celular y Tisular de esta Facultad, expresó, a nombre de sus colegas, su orgullo de compartir el galardón y su labor diaria con sus seres queridos y amigos, además de dar gracias a la Universidad Nacional por la oportunidad “de ser lo que soy”, dijo.

En esta ceremonia, organizada por el Programa de Maestrías y Doctorados en Ciencias Médicas, Odontológicas y de la Salud, recibieron asimismo reconocimiento los 16 tutores que graduaron en tiempo a sus alumnos en dichas áreas, así como los profesores encargados de realizar los cursos propedéuticos a los estudiantes de nuevo ingreso.