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RECONOCIMIENTOS El doctor Fidel Ramón
fue nombrado presidente de la
Después de casi tres años sin presidente, el pasado mes de noviembre el Consejo de la Academia de Ciencias de América Latina (ACAL) nombró al doctor Fidel Ramón Romero, investigador de la Facultad de Medicina, como presidente de este órgano científico de talla internacional.
En entrevista para este medio, el doctor Ramón Romero dio algunos antecedentes sobre la Academia. Comentó que en 1982, un grupo de científicos, conscientes del estado actual de la investigación científica y tecnológica en América Latina y el Caribe, reconocieron la necesidad de fortalecer esa área como medio indispensable para contribuir al desarrollo autónomo y al bienestar de los pueblos de la región. Estaban convencidos de que mediante el establecimiento de instituciones académicas pueden promoverse y consolidarse los vínculos entre las personas, los organismos y las instituciones dedicadas a las ciencias. Por ello, deseosos de construir un instrumento de integración que facilitara el intercambio de ideas, conocimientos y experiencias, al tiempo que canalizara iniciativas y acciones específicas destinadas a mejorar la calidad y a incrementar las actividades de investigación científica y tecnológica, y aprovechando el Bicentenario del Nacimiento de Simón Bolívar (1983), con el apoyo de la Pontificia Academia de Ciencias con Sede en Roma, crearon la ACAL, una Academia que reúne científicos latinoamericanos de alto nivel y tiene su sede en Caracas, Venezuela, apoyada por la Fundación Simón Bolívar para la Academia de Ciencias de América Latina (FSB-ACAL). La función de la Academia es promover y contribuir al avance de la matemática, la física, la química, las ciencias de la Tierra y de la vida y sus aplicaciones, con el propósito de dar apoyo al desarrollo y a la integración de América Latina y el Caribe. Para el logro de su misión, la Academia promueve la cooperación entre las instituciones científicas, el intercambio de investigadores y de conocimientos científicos, las actividades científicas regionales, la realización de estudios de política científica, el interés por la ciencia y la educación científica para todos. Actualmente la Academia tiene 206 miembros de todos los países latinoamericanos (Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Cuba, Chile, Ecuador, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Perú, Uruguay y Venezuela) además de Alemania, Estados Unidos y Francia. Los académicos son investigadores reconocidos por sus contribuciones al conocimiento, propuestos y nombrados por votación entre ellos mismos. Al explicar cómo es que funciona la ACAL, dijo que anualmente organiza una reunión científica en un país distinto de la región, simultáneamente con la reunión anual de su Consejo. “Es costumbre que ambas actividades sean apoyadas conjuntamente por el organismo oficial local responsable de la ciencia y tecnología, academias nacionales, instituciones de investigación, universidades y la FSB-ACAL. Estas reuniones han tenido lugar en Asunción, Bogotá, Buenos Aires, Caracas, Lima, México, Montevideo, Río de Janeiro, Santiago, Sao Paulo y Viña del Mar.” La ACAL tiene actualmente dos programas de trabajo: el de la Sede de la Academia y el de Cooperación Regional. El primero comprende las actividades propias de la Cancillería y la Secretaría Ejecutiva de la Academia. El segundo cuenta entre sus actividades con la información científica y el estudio de la ciencia, que incluye un directorio de instituciones científicas de América Latina y el Caribe, las bases de datos sobre actividades científicas regionales, las investigaciones de la Unidad para el Estudio de la Ciencia, la publicación semestral impresa de ciencia en América Latina y su versión electrónica trimestral, el patrocinio de reuniones científicas, el patrocinio de grupos de investigación sobre temas específicos con la participación de investigadores de dos o más países, la cooperación con las redes científicas regionales y la organización de los foros ACAL. Cabe mencionar que es una institución patrocinada por: la FSB-ACAL; la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y su Oficina Regional de Ciencia y Tecnología para América Latina y el Caribe (ORCYT-UNESCO); el Consejo Internacional para la Ciencia (ICSU), y la Academia de Ciencias del Tercer Mundo (TWAS). El miembro de la ACAL desde 1985 explicó que en el transcurso de los casi 25 años de vida la ACAL ha tenido sólo cuatro presidentes (y él cinco). El último fue el doctor Hugo Aréchiga, jefe de Posgrado de la FM, quien murió cuando ocupaba ese puesto (2003). “Desde entonces no había tenido presidente, pero había seguido con sus actividades principales de comunicación entre científicos de la región.” Comentó que el nombramiento de presidente debe estar de acuerdo con los estatutos de la Academia, a lo que agregó: “Tiene que ser una persona elegida por los miembros del Consejo; los candidatos se discuten y se escogen los mejores sin importar cuántos sean. Entonces, se mandan las propuestas a todos los miembros para que voten, y se escoge el que recibe más votos. — ¿De cuánto
tiempo consta el nombramiento? — ¿Por qué duraron
tanto tiempo sin presidente? — ¿Cómo fue
que se enteró del nombramiento? — ¿Qué significa
para usted este nombramiento dentro de su carrera? “Particularmente en Latinoamérica sabemos muy poco lo que hacemos. Conocemos lo que se hace en Argentina, Chile, quizá en Brasil, pero no en Ecuador, Colombia o Nicaragua, y nos gustaría saber qué están haciendo y ponernos en contacto. La Academia es el mecanismo para hacerlo y alguien tiene que dedicar parte de su tiempo a ese trabajo, pero es una responsabilidad grande porque si no se hace bien, no funciona. Los presidentes anteriores lo han hecho muy bien y eso ha sido la base del éxito de la Academia.” Sobre que la sede esté en Caracas y él aquí, en México, comentó que actualmente es relativamente fácil con la tecnología, de tal manera que el correo electrónico le permite estar en contacto con los Consejeros y el Canciller de la Academia. Esto también se debe al respaldo del Instituto de Estudios Avanzados (IDEA) que ha facilitado las instalaciones, el edificio y la infraestructura, y sólo viaja para reuniones importantes. Respecto a los apoyos con los que cuentan, mencionó que durante la gestión del doctor Aréchiga no solamente se fortaleció la ACAL con ayuda de organismos internacionales, sino que también consiguió el respaldo del Conacyt, con el fundamento de que México no puede encerrarse y debe tener actividades en el extranjero. “Tenemos un convenio y financiamiento por parte del Conacyt, cuando él murió (Hugo Aréchiga) se suspendió esa parte y espero reactivarla.” Aclaró que el apoyo proporcionado es para realizar acciones dentro de la ciencia a nivel internacional.
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