Gaceta Facultad de Medicina UNAM
25 de marzo 2004
Facultad de Medicina UNAM

NUESTROS TRABAJADORES
La señora Susana Cano Cabrera, una empleada que ha aprovechado los beneficios universitarios

  • Ingresó al Cele y concluyo el curso del idioma inglés

“Mi mayor satisfacción es haber tenido la oportunidad de estudiar un idioma en la Universidad y haberlo concluido”, aseveró Susana Cano Cabrera, secretaria del Departamento de Embriología, con 20 años de trabajo universitario.
Originaria de la ciudad de México, la señora Cano Cabrera ingresó en 1984 al Departamento de Salud Pública —antes de Medicina Social, Preventiva y Salud Pública—, donde permaneció 10 años en el área administrativa y después con el doctor Roberto Cabrera Contreras.

Señora Susana Cano

“Me gustó porque se manejaban enfermedades, virus y mucha información interesante; posteriormente me casé y tuve un hijo... —pensativa continúa—, cuando uno tiene hijos es a veces difícil continuar como se debería en el trabajo y decidí cambiarme de departamento... también para aprender otras cosas, pues mi intención era no estar en un solo lado, así llegué a Embriología, que se me ha hecho muy interesante por lo que se maneja, el tipo de material, se trabaja con ratas y pollos a los que se les inyectan sustancias... y aquí llevo 10 años.”

Actualmente, la señora Cano Cabrera se desarrolla en el área de investigación como secretaria de los doctores Enrique Pedernera y Carmen Méndez; cabe mencionar que maneja y trata con proveedores, cotiza equipo y material de laboratorio, además de llevar el archivo de cuatro investigadores más, su currículo y sus informes anuales.

Respecto a su trabajo comentó que la UNAM es su segunda casa porque aquí ha aprendido muchas cosas, además de darle la oportunidad de estudiar inglés en el Centro de Lenguas Extranjeras (Cele) y computación. “Mi intención es continuar tomando otros cursos, porque con la computación hay que estar al día, no para nada más aplicarla en el trabajo, sino en la casa, con los hijos, para beneficio propio y sentirme bien. Esos 20 años que he trabajado han sido de mi agrado y estoy contenta, me faltan ocho años más y espero durarlos y retirarme contenta.”

Ingresó al Departamento de Embrio-logía cuando todavía era titular la doctora María Elena Castillo, a quien calificó de ser una persona fuera de serie, buena y cariñosa, a lo que agregó: “Ella trataba a todos igual, no había diferencia por ser trabajador o investigador, el trato era muy cariñoso siempre, una persona muy inteligente y abierta a todo; tengo muy buenos recuerdo de ella.”

Sobre sus primeros días en la Facultad de Medicina recordó que una vez que bajó a desayunar, a su regreso se descompuso el elevador y tuvo que subir las escaleras hasta el sexto piso del edificio “B”, sin saber que en el quinto se encontraban las aulas de anatomía con cadáveres. “Desde que llegue allí me impresionó por el olor tan raro que había, vi las aulas y se me ocurrió asomarme, en ese momento vi los cadáveres envueltos en sábanas y cobijas, lo que me impresionó y me dio miedo. Había dos o tres en cada mesa y algunos, trabajados por los alumnos, enseñaban nervio o hueso, parecían dormidos en los anaqueles; lo pasé con miedo, pero bueno ése era mi camino.”

¿Usted sabía que allí había cadáveres?
“No, era nueva y no se me ocurrió visitar los pisos, tuve que hacerlo porque no había elevador y me agarró de sorpresa.”

Sobre sus satisfacciones laborales comentó que la mayor ha sido terminar de estudiar el idioma inglés, porque cada nivel tiene su dificultad. Sobre su decisión de por qué este idioma, comentó que porque ella había estudiado la carrera de secretaria bilingüe, pero cuando entró en la Facultad de Medicina lo hizo como secretaria en español; de ello han pasado 17 años, en los que no lo practicaba ni lo escuchaba. “Algunos compañeros me informaron que como trabajador podías estudiar un idioma, me dio permiso mi jefe y me inscribí. Para mí era una meta terminar, ahora el gusto que me queda es que por lo menos puedo entender a otras personas, no totalmente, porque hay que practicarlo y no sólo aprenderlo, pero me ayuda bastante porque en mi trabajo se manejan artículos, cartas e incluso páginas de internet en inglés. La escritura se me facilita porque ya tengo la idea, al leer artículos sobre investigaciones me entero de los avances que hay. Entonces ahí es donde lo aplico.”

¿Cuánto tiempo tiene que lo terminó?
“Hace dos o tres meses, y ahora me gustaría un curso de computación, porque es el siguiente paso que quisiera dar y porque nunca se termina de aprender. Tenía la oportunidad de otro idioma, como francés, italiano o alemán, pero ya tenía conocimientos del inglés, lo que me ayudo bastante. Muchas cosas las había olvidado y otras las aprendí; agradezco a la UNAM que me haya dado esas facilidades porque a veces, por tiempo o por economía, no se puede hacer.”
Comentó que con respecto a la investigación le produce curiosidad lo que realizan los doctores, pero se conforma con ver lo que hacen y lo que sucede, ya que si les pregunta sabe que se necesitan más conocimientos para entender lo que le contestan, algo que a ella le resulta difícil.

Fuera del trabajo dice dedicarse al hogar: “Soy ama de casa, cincuenta por ciento trabajo y cincuenta por ciento soy ama de casa; tengo un hijo adolescente en la preparatoria. Por las tardes atiendo mi casa y visito a mis padres. Los fines de semana, si se puede, salgo a lugares cercanos, por lo menos para convivir con la familia. Mi vida es el trabajo y mi hogar.”

Durante su tiempo libre nos dijo que se ha impuesto el hábito de leer para conocer otras cosas fuera del trabajo. Respecto a sus compañeros consideró ser afortunada porque durante estos 20 años se ha desarrollado en buenos ambientes de trabajo.

Para el futuro dijo que a ella y a su esposo les faltan casi los mismos años para jubilarse y en ocasiones han pensado que, llegado el momento, juntarán sus pensiones para abrir un negocio, no sabe de qué porque hasta entonces lo decidirán.