Concluye la generación 2000-2003 de la especialidad en psiquiatría
Al concluir la generación 2000-2003 de la especialidad en psiquiatría destacaron nueve alumnos que obtuvieron excelentes resultados por su trabajo durante los cuatro años, por tesis y por calificación en el examen final. Los mejores alumnos de la generación son: Raúl Iván Escamilla Orozco, Raquel González Burns y Walfred Rueda Medina; estudiantes con tesis sobresalientes: Alejandro Molina López, Víctor Fernando López Suero y Liz Sosa Mora. Finalmente, las mejores calificaciones en el examen final las obtuvieron: Mayra Martínez Mallén, Genaro Reyna Olivera y Antonio Cordero Romero. Cabe mencionar que ésta es la segunda generación de la especialidad con cuatro años de duración.
Durante la ceremonia, realizada en el auditorio “Ramón de la Fuente” del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental, el doctor José Narro, titular de la Facultad de Medicina, felicitó a los jóvenes especialistas; reconoció que hace cuatro años se propusieron concluir esta meta y hoy lo han conseguido. Mencionó que de los cursos que imparte la FM a nivel de posgrado, éste es uno de los más acreditados, a lo que agregó: “Y lo es porque se tiene rigor académico, porque se cuenta con una planta de profesores que, encabezada por el maestro De la Fuente, se dedica y se aplica al proceso de enseñanza-aprendizaje, y porque se comprometen con los alumnos. Éste es uno de los cursos que se puede mostrar con datos, de manera objetiva, como uno de los cursos que son motivo de orgullo y satisfacción para la Facultad.” Comentó que en este momento, en el que parece que flaquean los valores en la sociedad mexicana, el contar con universitarios que concluyen una parte de su formación resulta satisfactorio porque aparte del conocimiento y la información han recibido valores fundamentales que los distinguen como profesionistas. Incitó a los nuevos especialistas a que en su práctica tengan siempre presente todo el cúmulo de conocimiento científico al que estuvieron expuestos durante estos cuatro años y de manera importante a que lo combinen con valores, compromiso y convicción de servir a los pacientes. Felicitó a todos los profesores por su arduo trabajo y dedicación, en especial al doctor Alejandro Díaz, de quien le consta pone su mejor empeño en servir, apoyar y entregarse con mucho compromiso a sus estudiantes, como lo hace con sus pacientes y compañeros de trabajo. Al maestro Ramón de la Fuente le agradeció y reconoció por ser uno de los mejores profesores, uno de los mejores médicos y uno de los mejores hombres ilustres de esta Facultad. Durante la ceremonia, efectuada el pasado 28 de febrero, el doctor De la Fuente, profesor emérito de esta institución, externó a la generación haberse destacado por su calidad y ser uno de los mejores grupos en los últimos años, ya que así los calificaron los profesores. “Nuestro curso no es fácil, empezó por ser de dos años hace medio siglo y en el trascurso de este tiempo ha pasado a cuatro años; ¿para qué?, para ponernos a la altura de la formación de psiquiatras en los principales centros europeos y norteamericanos. Creo que cuatro años son muchos en la vida de un joven, pero son necesarios en nuestro campo para adquirir esa madurez, capacidad de reflexión, imaginación y mucho de autocrítica que se necesita para el buen ejercicio de la profesión.” Comentó que cada año aumenta el número de jóvenes que elige la especialidad, y que este año el Instituto Nacional de Psiquiatría sólo tiene lugar para 14; los que piden el ingreso son 40, y de ellos más de la mitad reúnen las mejores calificaciones, la personalidad, el interés y la integridad personal, a lo que agregó: “Me llena de alegría, porque quienes se orientaban hacia nuestro campo inicialmente eran 8 o 10 al año, ahora hay que poner un límite porque nuestra capacidad no da para más.” Aseveró que se ha puesto especial énfasis en que los aspirantes a psiquiatras sean personas con dimensión humana, porque de otro modo les resulta pesado. Hace un par de años se acercó un grupo de neurólogos que querían un curso intensivo con la intención de ampliar su radio de trabajo, y se les dijo que su proposición no era sensata, porque hay que aprender a escuchar y desarrollar ese tercer oído que permite penetrar en la mente humana. “Nuestro campo se ha vuelto complejo. Cuando Freud estudió el cerebro, lo que tenía en sus manos era una pasta gelatinosa y prácticamente no sabía nada; ahora sabemos mucho del cerebro; de hecho cada semana aprendemos algo nuevo, lo último que aprendí fue hace una semana: un mexicano encontró células madre en el hipotálamo. Ya se había demostrado que en la corteza no hay producción de células madre y todo el crecimiento y desarrollo de la mente es asunto de una sinapsis, pero el descubrimiento de este mexicano ha revolucionado un conocimiento establecido, pues sin lugar a dudas hay partes del cerebro que en el curso de la vida continúan produciendo nuevas neuronas, así que aquello que les decía en 1948 a los alumnos de neuroanatomía sobre que nacíamos con un cerebro terminado ha sido cambiado a partir de los conocimientos actuales. El cerebro lo determina la experiencia, la educación, la cultura, y así como este punto, ha cambiado la psiquiatría.” Indicó que con los avances tecnológicos esta ciencia corre el peligro de deshumanización, por lo que la calificó de ser la más humana de las ramas médicas y afirmó que, si se pierde esta dimensión, la psiquiatría se puede volver estéril, por lo que quienes quieren ser verdaderos psiquiatras tienen que cultivar esta dimensión humana, sin la cual el hombre es incomprensible. Finalmente les deseó éxito en su trabajo profesional; asimismo, les pidió no desprenderse del todo de la Universidad, porque deben retribuirla por lo que les ha dado, y con un muy buen humor prometió a quienes tienen problemas ayudarlos, y a los que ya no tienen remedio, consolarlos. Estuvieron presentes también los doctores María Elena Medina Mora, miembro de la Junta de Gobierno de la UNAM y profesora del Departamento de Psiquiatría; Enrique Graue, jefe de la División de Estudios de Posgrado e Investigación (DEPI); Gerardo Heinze, director del Instituto Nacional de Psiquiatría; Mario Cárdenas Trigos, profesor del Departamento de Psiquiatría; Antonio Caso, secretario académico de la DEPI, y Claudia Fouilloux, coordinadora de los cursos de posgrado del Departamento de Psiquiatría.
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