Gaceta Facultad de Medicina UNAM
25 de marzo 2004
Facultad de Medicina UNAM

Dr. Julián Villareal
Director de la Escuela Nacional de Medicina, 1914

Dr. José Sanfilippo B.
Departamento de Historia y Filosofía de la Medicina

Entre los directores de la Escuela Nacional de Medicina que tuvieron una muy corta duración figura el eminente cirujano Julián Villarreal, quien ocupó el puesto solamente cinco meses, del 30 de enero al 21 de junio de 1914. En este breve lapso de tiempo restableció la disciplina del plantel, la cual estaba muy alterada por las normas impuestas por el doctor Aureliano Urrutia; asimismo, concluyó muchas de las reformas materiales del edificio que estaban en marcha, y en el plan de estudios incluyó dos materias: clase de agentes físicos y clínica de tumores.

El doctor Villarreal nació en la ciudad de Saltillo, Coahuila, el 20 de abril de 1869. Sus estudios primarios y preparatorios los cursó en Monterrey, Nuevo León, en el Colegio Civil del estado, donde destacó por sus buenas calificaciones y empeño en el estudio, que le valieron la obtención de varios premios y condecoraciones, así como la designación para encargarse del observatorio meteorológico del plantel y ocuparse de la plaza de preparador de física.

En el año de 1888, la familia se trasladó a la ciudad de México y el joven Julián se matriculó en la Escuela de Medicina. Cuando cursaba el tercer año de la carrera, el doctor Ramón Icaza lo nombró ayudante de anatomía topográfica.

Se recibió de médico cirujano el 31 de agosto de 1893, con la tesis Ensayo de topografía cráneo-cerebral (surco de Rolando y de Silvio) y trépano osteoplástico, para la cual hizo una cuidadosa investigación, además de elaborar finas sierras de alambre de acero, a fin de llevar a cabo los cortes que requería en veinte cráneos para comprobar sus teorías. Además de su título se le otorgó una medalla especial por haber cursado la carrera con las máximas calificaciones que se pueden obtener, el diez absoluto.

Al año siguiente ocupó la plaza de jefe de trabajos anatómicos en la misma Escuela, y en 1895 ganó el concurso de oposición de la cátedra de topografía anatómica.

La primera muestra importante en el campo de la cirugía la dio en ese año de 1894, cuando efectuó, en el Hospital Militar, la primera operación en México de una osteoplastia tibiotarsiana, utilizando anestesia local con cocaína, con excelentes resultados, que fueron presentados en el Segundo Congreso Médico Mexicano, en San Luis Potosí.

A finales de 1895 viajó a Europa para conocer lo que se hacía en los principales hospitales de Berlín, Londres, París y Viena. Observó los resultados que se obtenían en la cirugía abdominal con el empleo de la asepsia, ya que en México sólo se usaba la antisepsia.

A su regreso al país, en 1897, fue nombrado médico del Hospital Morelos y comenzó a utilizar una especie de autoclave para esterilizar el instrumental y el material de curación, con el desagrado de los médicos y autoridades de la institución, quienes no le permitían usar instrumental nuevo porque lo “echaba a perder al hervirlos a altas temperaturas”.

En 1899 presentó un caso de histerectomía abdominal efectuada con éxito y rápida recuperación, empleando la técnica de asepsia y antisepsia; con esto obtuvo su ingreso a la Academia Nacional de Medicina en mayo de ese mismo año. Cabe mencionar que fue presidente de esta corporación de 1910 a 1912. En este mismo terreno, en 1933, fue uno de los cinco miembros fundadores de la Academia Mexicana de Cirugía.

Llevó a cabo un gran número de intervenciones quirúrgicas de este tipo con gran éxito, por lo que se le ha considerado como el iniciador en México de la cirugía aséptica y de la cirugía ginecológica. También introdujo a nuestro país el radio, con lo que inició los tratamientos de radioterapia y de electrocoagulación de las cánceres uterinos. Otras de sus aportaciones a la medicina fueron sus trabajos sobre los injertos mucosos y los de grandes extensiones de piel. Utilizó también hilo de algodón como sutura, lo que fue muy criticado en su tiempo, y más tarde retomado durante las intervenciones quirúrgicas en la Segunda Guerra Mundial.

Fue director del Hospital de la Cruz Roja durante casi veinte años (de 1915 a 1933), consiguiendo que fuera reconocida como una institución quirúrgica de importancia, logró que sus instalaciones se ubicaran en el Hospital Concepción Béistegui.

El 20 de noviembre de 1934 falleció en la ciudad de México a la edad de 65 años. Su sepelio fue un gran acontecimiento, ya que todas las corporaciones e instituciones médicas le rindieron tributo, al grado de que se le ofrecieron honores militares.