Gaceta
Facultad de Medicina UNAM
10 demarzo de 1999


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La Facultad de Medicina entregó, por primera vez, el Diploma Universitario a especialistas en Pediatría Médica

 



El doctor Alejandro Cravioto, director de la Facultad de la Facultad de Medicina, entregó el Diploma Universitario, por primera vez y através del nuevo programa de diplomación oportuna, a especialistas en Pediatría Médica, generación 1996-1999.

La ceremonia se llevó a cabo el pasado 25 de febrero en el auditorio del Hospital Infantil de México "Doctor Federico Gómez", dentro del marco de clausura de residencias y cursos de especialización en pediatría médica y subespecialidades pediátricas, donde los doctores Norberto Treviño García Manzo, director médico y de investigación de la Coordinación de Investigación de los Institutos Nacionales de Salud, en representación del secretario de Salud, doctor Juan Ramón de la Fuente, y Romeo S. Rodríguez Suárez, director general del Hospital Infantil de México, entregaron los respectivos diplomas.

Durante la ceremonia, el doctor Ricardo Muñoz Arispe, padrino de la generación, expresó a los nuevos pediatras que por méritos propios y por ayuda del destino ingresaron al Hospital Infantil de México, que pueden sentirse afortunados, porque muchos quieren entrar en este hospital y muy pocos lo logran.

Más adelante mencionó: "Ustedes, los residentes de pediatría, recorrieron todo el hospital, lidiaron con todos sus maestros, aprendieron ciencia, a manejar pacientes, leyeron libros y revistas de medicina, pero primero aprendieron de la persona más importante de un hospital: el paciente."

"En el proceso de atender a los niños enfermos, con esas miradas de ojos tristes y tierna sonrisa de agradecimiento, ellos les enseñaron el tesoro más valioso que tiene un pediatra: ser más humanos, más comprensivos, a dar sin esperar retribuciones . Los niños enfermos y pobres de este hospital les enseñaron a ser pediatras." Respecto a la muerte, el doctor Muñoz Arispe comentó a los jóvenes que desgraciadamente a veces se falla y los pacientes se van de entre las manos, y enfatizó con un refrán: Quise alcanzar los confines de la vida y me encontré a la muerte.

Asimismo, les dijo que no sólo la salud y la vida son su responsabilidad, sino también la muerte y que, como jóvenes, se atrevieron a retar a la vida y ganaron hoy que culminan; igualmente les dejó saber: "Nunca retes a la vida, porque la vida es más fuerte que tú, y hasta el éxito la vida te lo cobra." Así, les recordó que todo lo que experimentaron: sacrificios, desvelos, ausencias en fiestas y reuniones sociales, y el tiempo que pasaron lejos de sus seres queridos, fue lo que el destino les cobró y hoy les regresa con creces.

Para concluir, el doctor Muñoz Arispe confesó a los nuevos pediatras que siempre tendrán las puertas abiertas de su alma máter para regresar; las mismas puertas que los vieron entrar aquel primer día de adiestramiento, cuando les temblaron las rodillas. "Hoy saldrán por esas puertas, pero esta vez les temblara el alma y no se atrevan a volver atrás, porque rodarán lágrimas y, aún con esa tristeza, saldrán de esta institución con la imagen del Ixtlilton, dios azteca de los niños, la alegría de salir y la tristeza del adiós en la garganta, en ese momento orgullosamente dirán: soy pediatra egresado del Hospital Infantil de México "Federico Gómez".

Por otra parte, el doctor Salvador Villalpando Carrión, en representación de los médicos residentes que concluyeron, dijo a sus compañeros que la aventura del espíritu impide al hombre permanecer quieto, y el verdadero hombre se retira de los que ama sin decir adios-frase del doctor Ramos Galván hace 28 años, al dejar el Hospital Infantil-. "Hoy llegamos a nuestra vida de pediatras, empezamos con la afanosa batalla de madurar y alcanzar el desarrollo hasta la adultez; el punto crítico ya lo alcanzamos y, como pueden testificar, vamos deambulando firmes, alternando pies, pinza fina, control de funciones voluntarias, somos independientes como orgullosos prescolares y nos separamos de nuestra alma máter, de esta gran nave, como diría el doctor Federico Gómez, de esta gran máquina que trabaja en armonía con una vitalidad tal que permite que lo humano se vuelva trascendente, aquí donde uno aprende que Velázquez Johns no es un libro, Ramos Galván una tabla ni Federico Gómez un hospital, todos ellos son humanos, personas que dando lo mejor de sí en su vida diaria convirtieron su esfuerzo cotidiano en una herencia trascendente, que hoy nos devuelve una sonrisa en la boca, y en el pecho, la enorme satisfacción de haber cumplido y saber que nunca dejaremos de ser pediatras.

Con referencia a la pediatría, comentó que hay muchas definiciones y todas ellas manejan los conceptos de niñez, trascendencia, bienestar de la comunidad, futuro, grandeza o buen desarrollo; sin embargo, todos estos términos resultan fríos y para él no es más que una forma de ser y vivir, una experiencia continua de aprendizaje multidireccional, pero sobre todo un profundo amor, preocupación y respeto por los niños.

"En verdad hoy somos verdaderas personas, pero más que a nadie quiero agradecer de la manera más contundente y explícita a ti niño mexicano, a ti pequeño niño que conocí en el Infantil y a la mala te conquisté, a ti que me obligaste a ser más sensible a tu dolor y a tu alegría, a ti que me enseñanste a valorar y a resguardar tu salud y agradecer la mía propia, a ti, que bajo el nombre de Guadalupe Aparicio, Israel López, Alejandra Morín o Roberto Izta, o como quiera que te llames, llevas en tu nombre el orgullo de mi país, el valor de mi pueblo y su grandeza, a ti indefenso y valioso niño, toda mi gratitud por tu paciencia y tolerancia, a ti querido niño, pequeño mío, mi fidelidad, mi trabajo y mi respeto."

Asimismo, durante esta ceremonia, se entregó al doctor Julio Andrés Salazar Farías la distinción de mejor residente y se le dio un centenario donado por el doctor José Camarena Bolaños, figura distinguida de la pediatría nacional e internacional, exresidente de pediatría y cirugía pediátrica y benefactor de este hopital. También se entregó diploma y medalla conmemorativa del Hospital Infantil de México al doctor Sergio Adrián Trujillo Ponce, como mejor residente en Cirugía Pediátrica y quien además ocupó el primer lugar del Consejo de Cirugía Pediátrica en el presente año.