EL POSGRADO DE LA FACULTAD DE MEDICINA Javier Zúñiga, jefe de residentes de Medicina Interna
“La verdad, es un privilegio ser un jefe de residentes. Primero, porque es un reconocimiento que, cuando menos a nivel personal, yo no busqué, entré a la residencia para dar mi máximo esfuerzo desde el punto de vista personal y todo lo que involucra, lo humano, ser buen estudiante, tener buen trato con los compañeros y el enfermo”, afirmó el doctor Javier Zúñiga Varga, jefe de residentes de Medicina Interna del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición (INCMyN) “Salvador Zubirán”. En entrevista con este medio, el egresado de la Facultad de Estudios Superiores (FES)-Iztacala aseveró que es una fortuna ser jefe de residentes en una institución como Nutrición, ya que es poco lo que hay que decir a los residentes, pues algo que los caracteriza es que son personas autodidactas y comprometidas con cosas tan sencillas como el llegar temprano o no tener que repetirles lo que han de hacer. “Obviamente hay obligaciones de todo tipo y quien está al tanto de que cada pieza engrane soy yo; por momentos tomo la batuta, trato de dar el ritmo y, como en todos lados, puede haber un residente que se salga de lo establecido, pero sólo hay que hablar con él. En ocasiones se necesita castigarlos, pero es algo simbólico porque a este nivel ya sabemos lo que hacemos y la flexibilidad la da el jefe de residentes.” Desde el punto de vista profesional dijo que ha sido su mayor experiencia, pues es como cerrar la residencia con broche de oro, y agregó: ”No puedo poner por encima de la jefatura mi primer año de residente, cuando estaba en las trincheras, hacía guardias, me desvelaba estudiando y hacía el máximo esfuerzo. Creo que es como ponerle la fachada a la construcción que tiene buenos cimientos, darle al molde algo estético, no puedo decir que es la mejor experiencia, pero sí que es un buen cierre.” Cabe mencionar que el INCMyN “Salvador Zubirán” es un hospital donde la especialidad más fuerte es la medicina interna; junto a ella se desarrollan otras especialidades troncales y subespecialidades, las primeras son cirugía general, anestesiología y patología, y las subespecialidades son gastroenterología y nefrología, que cuentan también con su jefe. Al preguntarle sobre sus responsabilidades comentó que la principal es encargarse de los residentes de su generación y de 20 residentes más de los años anteriores. “Soy alumno de cuarto año y responsable de que el sistema de adiestramiento vaya conforme a lo establecido desde el punto de vista académico: estar pendiente de las sesiones, y de asistencias: las rotaciones en los diferentes servicios y subespecialidades. Como es un hospital donde la atención recae en los residentes hay un contacto directo con las subespecialidades o especialidades; por ejemplo, cuando hay un evento o caso interesante nos ponemos en contacto, tomamos la iniciativa, informamos a los demás jefes de residentes y ellos comentan al resto de los residentes, o cuando ellos tienen algo importante, me lo comentan y yo lo comunicó a los residentes de medicina interna.” Afirmó que las especialidades y subespecialidades que se cursan en este Instituto pertenecen al Programa Único de Especializaciones Médicas que coordina la División de Estudios de Posgrado e Investigación de la Facultad de Medicina. Existen otros estudiantes con los que conviven, pero éstos son sólo intercambios académicos, como el caso de los alumnos de la Escuela Médico Militar, del Tecnológico de Monterrey o de la Universidad La Salle, de Alemania o Inglaterra, y quienes de cierta manera están a su cargo, porque él decide en qué parte del hospital rotan. — ¿Cómo se obtiene
el cargo? Al preguntarle por qué decidió estudiar medicina, dijo que aunque no cuenta con familiares médicos, desde pequeño le interesaron la naturaleza, la biología y los animales, a lo que agregó: “Mis padres son profesores de educación física y a mi madre le interesaban algunas ramas de la medicina; contaba con libros que yo consultaba e incluso tengo tareas en donde sacaba información de estos libros. Creo que no era una inclinación consciente, y fue hasta la preparatoria donde me comenzaron a gustar las ciencias biológicas. Estudié en una escuela incorporada a la UNAM, y cuando tuve que elegir carrera estaba entre medicina e ingeniería biomédica. Hice dos exámenes, uno a la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) para ingeniería electrónica y en la UNAM para medicina. Salí en la lista de la UNAM y en la UAM no, afortunadamente, porque si hubiera salido en las dos, no sé qué hubiera hecho... Le tenía miedo al mito de la medicina, por el compromiso tan importante que se tiene y el valor de determinar si quería ser médico o no. Por fortuna durante mi época de estudiante mis maestros y mis padres desarrollaron en mí la costumbre de hacer las cosas bien, aunque no siempre fui el primer lugar, pero me iba bien en la escuela; lo difícil estaba en que era la edad donde la juventud te abruma y piensas en las diversiones, y sabía que estudiando medicina tenía que apartarme de muchas cosas, pero asumí la responsabilidad. “En la ENEP Iztacala aprendí sobre todo a ser autodidacta, porque el plan de estudios es diferente, la mayor parte del aprendizaje recae en el alumno, los temas los dan los estudiantes y algunos no son ni siquiera dirigidos por algún maestro. Viendo en retrospectiva no había del todo buenos maestros y aprendes muchas veces a no creerles y a acudir a los libros. Me fue bien en la Universidad, y en el internado tuve la oportunidad de rotar tres meses en el Baylor College of Medicine, en Houston, Texas, EUA, allí vi mucho de medicina interna y ésa fue la razón por la cual elegí esta especialidad.” — ¿Por qué Nutrición? En cuanto a la investigación, dijo que él todavía no se acerca de lleno a esta área, aunque ha participado en la publicación de algunos protocolos. “No es algo que tenga mucho peso en mí, pero estoy al tanto de lo que sucede y en un futuro pienso hacerlo, pienso cursar la maestría en ciencias médicas donde el sustento es la investigación”. Pero antes dijo tener otras opciones al concluir la residencia, ejercer a nivel institucional o privado, desde el punto de vista asistencial, y como parte del ser del médico, cumplir con las expectativas de la enseñanza, la asistencia y la investigación, a lo que agregó: “Todo te lo da el Instituto, y una de las características de sus egresados es que desarrollan las tres especialidades y cursan una subespecialidad. En mi caso he decidido quedarme y estudiar nefrología.” Al preguntarle qué va a hacer al concluir su cargo, afirmó quedarse con la sensación de buscar más y más, seguir preparándose y aprendiendo de las demás personas y ser mejor cada día. “Aunque haya pasado por esto no puedo quedarme tranquilo y pensar que completé mis expectativas como profesionista, quedan cosas por delante: una maestría o una segunda especialidad, ser maestros de alguna institución, como la UNAM, o en el mismo Instituto... son expectativas todavía por cumplir.” Finalmente envió un mensaje no sólo a los médicos sino a todos los universitarios y les pidió se comprometan con sus carreras, con la UNAM, con el país y la gente, porque los buenos estudiantes tienen que poner en alto su nombre, el de la Universidad y el de México, ya que todo esto se refleja en el sistema y el núcleo donde nos desenvolvemos. |