Gaceta Facultad de Medicina UNAM
25 junio 2005
Facultad de Medicina UNAM

ENTREGA DE TÍTULOS Y MEDALLA “GABINO BARREDA” 2005

Al recibir título y cédula profesional 515 alumnos
son acreditados como médicos

  • Además se entregan dos medallas “Gabino Barreda”, una para el mejor promedio de la carrera de médico cirujano y otra para la licenciatura en ciencias biomédicas básicas
 
“Recibir un título representa la conclusión formal de una etapa trascendente en la vida de un ser humano, cuya duración comprende varios de los primeros lustros de su existencia; este acto constituye un final y un punto de partida.”
Dr. Humberto Gasca González, cronista de la Facultad de Medicina

La doctora María Luisa Coronado

El 7 y el 9 de junio pasados la Facultad de Medicina realizó las ceremonias de entrega de títulos y cédulas profesionales donde 515 jóvenes fueron acreditados como médicos cirujanos al recibir la documentación oficial. Asimismo, se entregaron dos medallas “Gabino Barreda”, una para el mejor promedio de la carrera de médico cirujano y otra para la licenciatura en ciencias biomédicas básicas.

Cabe mencionar que en esta ocasión dichas medallas y diploma correspondiente lo obtuvieron la doctora Diana Gómez Martín y la licenciada Delia María de la Paz Cardín Martinelli.

Durante ambas ceremonias, el doctor Isidro Ávila Martínez, secretario de Servicios Escolares, dijo a los jóvenes que recibieron el documento que los acredita como orgullosos médicos de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México. Aseveró que esta ceremonia quedará en la mente, los corazones y las almas de todos los presentes.

“Sabemos la importancia y trascendencia que tiene para todos ustedes, sus familiares y para la misma Universidad, que una vez más cumple con su cometido de formar profesionales útiles a la sociedad, misma que con sus contribuciones colabora para que esto sea posible.”

Aconsejó a los jóvenes que cuiden y cultiven sus amistades, pues estas alianzas servirán de soporte y apoyo mutuo en el futuro, y agregó: “Esfuércense por ser no sólo médicos buenos sino buenos médicos; manténganse actualizados y que sus preocupaciones se traduzcan en un compromiso con su profesión y sus pacientes, pero sobre todo proyecten y ejerzan un humanismo a toda prueba.

“Salgan a trabajar por este México que mucho los necesita y siéntanse orgullosos de haber estado en el lugar que, sin duda, es la mejor escuela de medicina de este país”, concluyó.

Durante la primera ceremonia, la doctora Diana Gómez Martín, acreedora a la medalla “Gabino Barreda” por parte de la carrera de médico cirujano, dirigió unas palabras a los recién titulados y recordó que hace aproximadamente un año ella también recibió su título profesional.

“Un documento cuya trascendencia va más allá de lo legal, que representa la culminación de un camino lleno de experiencias que nos han transformado hasta llegar a lo que somos ahora, unos profesionales orgullosos de nuestros orígenes y comprometidos con las —cada vez más— demandas de nuestra sociedad en materia de salud. Podemos sentirnos orgullosos de ser egresados de la Facultad de Medicina, de la Universidad Nacional Autónoma de México, ya que además de ser consideradas recintos de alto rendimiento académico, son cuna de grandes humanistas, de médicos capaces de aplicar todos los conocimientos que hemos adquirido durante nuestros años de pregrado y que indefectiblemente nos sensibilizan hasta identificamos con el sufrimiento de nuestros pacientes.

“Es importante percatamos de que estamos iniciando un camino que nosotros construiremos paso a paso y que parece extenderse hasta el infinito. Podremos transitarlo con la seguridad de la solidez de sus cimientos, ya que fueron construidos con años de esfuerzo en conjunto con nuestros excelentes profesores, amigos y pacientes, lo que nos garantiza que estamos preparados para zanjar los obstáculos que se nos presenten a lo largo del mismo… No los engañaré diciendo que ahora todo será más fácil, pues el reto apenas comienza. Lo que si puedo decirles con mi corta experiencia es que estamos preparados para continuar aprendiendo. Muchas personas opinan que la competencia en la práctica médica cada vez es mayor, y estoy de acuerdo con ellos, sin embargo considero que la mayor competencia es para nosotros mismos, para ser cada día mejores profesionales de la salud, y mejores personas.”

Al hablar sobre su galardón, la medalla “Gabino Barreda”, rememoró al doctor Barreda y recordó que una educación en que se cultiven el entendimiento y los sentidos, sin el empeño de mantener por fuerza tal o cual opinión, tal o cual dogma político o religioso, una educación emprendida sobre tales bases, y con el solo deseo de hallar la verdad, no puede menos de ser el más seguro preliminar de la paz y el orden social.

“Me siento muy orgullosa de poder recibir la medalla que lleva el nombre de este gran pensador y médico mexicano, quisiera recibirla a nombre de todos los que me ayudaron a conseguir la excelencia académica. Quiero agradecer a mis profesores, que me enseñaron a mantenerme deseosa de aprender algo nuevo cada día, a aplicar el conocimiento médico y a transmitirlo. A mis compañeros, quienes me ayudaron a superarme cada día como estudiante, profesionista y persona. A mis pacientes, quienes me permitieron entrar en sus vidas en el momento de mayor fragilidad, durante su enfermedad, y que me enseñaron más de lo que podría haber aprendido en un libro o artículo de revisión. A mis hermanos, quienes siempre me han brindado su apoyo y aliento cuando me ha faltado. A mi padre que aunque ya no está presente, sé que está al pendiente de mí y me dio la lección más valiosa de la vida, al enseñarme que se debe luchar arduamente por nuestros ideales. Finalmente, a mi madre, quien ha guiado cada uno de mis pasos y me motiva a levantarme después de cada caída, quien me enseñó que lo más importante no es una calificación, sino la satisfacción de lograr todo aquello que me proponga y de dar mi mejor esfuerzo en todo lo que realice.

“En suma, estoy convencida de que, como universitarios contribuiremos al fortalecimiento de nuestro país, de que es imprescindible la formación de médicos dotados de un gran sentido social, que nuestra alma mater seguirá aportando jóvenes dispuestos a prepararse ante la adversidad que significa el subdesarrollo, que lograremos hacer de México un país mejor, en el que se pueda vivir sin el temor de fallecer por falta de atención médica oportuna; en fin, un México mejor. ¡Viva nuestra universidad!”

También durante la primera ceremonia, el titular de la dependencia Universitaria, el doctor José Narro, cedió la palabra a la doctora María Luisa Coronado Moreno, quien de manera espontánea pidió dirigir unas palabras a sus compañeros para decirles que su reunión del día de hoy es un motivo común: “Nuestra recepción. Por fin ha llegado la hora tan esperada, la gran mayoría de los aquí presentes no nos conocemos, sin embargo nos vemos como hermanos siguiendo los preceptos de Esculapio.”

Asimismo, para complementar su exposición invitó a los presentes a hacer una pequeña reflexión sobre lo que vivieron y realizaron a lo largo de estos años en los que cursaron la carrera.

Para finalizar, comentó que se permitió escribir estas palabras para que nunca se olviden del alma mater, para agradecer a los profesores y padres de familia el apoyo siempre incondicional, y recordó a sus compañeros que es aquí y ahora cuando realmente comienza su carrera. Les deseó mucho éxito y seguir fuertes en la lucha por la salud y una mejor calidad de vida para los pacientes.

Durante la segunda ceremonia, tomó la palabra, por parte de los jóvenes médicos, el doctor Jorge Moreno Palacios, quien agradeció y reconoció —principalmente— a los maestros y autoridades de la Facultad.

“Hoy estamos aquí para recordar tiempos ya idos, tiempos de juventud, camaradería, sueños y esperanzas, de aquel primer día que pisamos esta Facultad con la inseguridad propia del momento, y del día de hoy donde hemos compartido seis años en que compartimos nuestras vidas y juntos hemos participado en un momento de renovación de la misma.

“Todos entendemos lo que han valido para nosotros nuestros ideales, las luchas que hemos emprendido y las metas que nos proponemos alcanzar; ese temor propio del inicio es ahora un capítulo de nuestra historia que vemos con júbilo por haber alcanzado el objetivo: graduarnos como médicos cirujanos.”

Después de agradecer a todas y cada una de las personas que contribuyeron a su formación, consideró que lo más importante se lo deben a los pacientes que, con su sencillez y humildad, les permitieron aprender de sus enfermedades, a lo que agregó: “Estoy seguro de que cada uno lleva en su memoria muchas sonrisas que han sido y serán la mejor paga que nos puedan dar.

“Estamos conscientes de la necesidad que tiene nuestro país de gente preparada para poder dar atención médica a la población, así como del compromiso que hemos adquirido de dejar muy en alto el nombre de nuestra querida Universidad. Somos la prolongación del sentir universitario, donde el servicio y la calidad de la atención deben ser acordes con la ética médica, nuestros principios y valores”, finalizó.

En ceremonias realizadas en el auditorio “Raoul Fournier Villada”, al tomar la palabra el doctor José Narro Robles dio una bienvenida cordial a todos los padres de familia asistentes, y a los egresados afirmó haber cumplido su misión.

Enfatizó estar seguro de que para cada uno los jóvenes hoy culmina algo que empezaron hace años, por lo que el momento lo llevarán por toda su vida, y los invitó a reflexionar sobre las palabras de los doctores Diana Gómez, María Luisa Coronado y Jorge Moreno: voltear la mirada atrás, pues después de todo no fue tan difícil, y les recordó que apenas detrás de esta ceremonia hay 18 años de estudios, por lo que en el futuro les deseó mucho éxito, pero siempre con la mira de que el éxito no llega sólo, reclama trabajo, constancia, entrega, tenacidad y esfuerzo todos los días.

“Estoy seguro de que muchas veces sus profesores les dijimos que la medicina no era una profesión para hacer dinero, era una profesión para vivir con dignidad, y ante todo para cumplir una vocación de servicio a favor de los pacientes, de nuestros enfermos, a los que nos debemos y con los que tenemos el compromiso fundamental. Los invito a que revisen cada uno de ustedes el maravilloso y complicado camino a lo largo de todos estos años de estudio. Revisen ese camino, vean lo que pasó y tomen en cuenta que lo que los tiene aquí son valores fundamentales que les permitieron alcanzar el triunfo, fue el apoyo de sus familiares, el trabajo, el tesón, la entrega, el estudio de cada uno de ustedes, la participación de los profesores, la solidaridad de sus compañeros, el apoyo que les brindaron sus pacientes, la gestión de las instituciones; no fueron el dinero ni los bienes materiales los que les permitieron estar aquí, y que en el desarrollo profesional de ustedes han de ser esos valores fundamentales, el trabajo, la honestidad, la dedicación, el estudio, la solidaridad, la lealtad y la entrega, los que les van a sacar adelante, y ojalá que como buenos universitarios que son, enarbolen todo el tiempo esos principios.”

Sobre el futuro, les pidió continúen superándose y estudiando permanentemente y que el compromiso de servir que los trajo a la Facultad lo mantengan vivo y presente. Asimismo, les pidió apego a los valores de la profesión y los principios de ética —que aunque no siempre escritos— rigen el comportamiento de un profesional.

Finalizó al afirmar que la UNAM y esta Facultad se sienten profundamente orgullosas de cada uno de sus egresados, y que esperan que con su comportamiento y vida profesional la Universidad siga sintiendo el orgullo de cada uno de ellos.
En ambas ceremonias el doctor Narro estuvo acompañado de los doctores Gloria Bertha Vega Robledo, titular de Educación Médica Continua; Juan José Mazón, secretario de Educación Médica; Joaquín López Bárcena, secretario general; Isidro Ávila Martínez, secretario de Servicios Escolares; Sara Morales López, secretaria de Enseñanza Clínica, Internado y Servicio Social; Rosalinda Guevara, coordinadora de Ciencias Básicas; María Eugenia Ponce de León, secretaria técnica del H. Consejo Técnico, y la licenciada Guadalupe León, secretaria administrativa. Todos ellos funcionarios de la Facultad de Medicina. Asimismo, por el doctor Miguel Morales Mendoza, secretario general del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM, quien asistió sólo a la segunda ceremonia.

Medalla “Gabino Barreda” para la carrera de médico cirujano

Al finalizar la ceremonia, en entrevista para la Gaceta, Diana Gómez Martín afirmó que es un gran honor y un orgullo recibirla, porque significa algo muy importante para ella y sus padres, a quienes se las dedicó y por quienes la obtuvo el día de hoy.

“No fue algo que planee durante la carrera, es algo que se va dando y el único objetivo cuando inicié la carrera fue dar mi mejor esfuerzo; esto simplemente es un fruto de ello”, afirmó.

— ¿En qué momento te enteraste de que la tenías?
“Hace dos o tres meses me hablaron por teléfono a la casa para informarme que había sido acreedora a la medalla y me dio mucho gusto. El saber que puedo representar a mi Facultad en una especialidad o una maestría o posgrado es algo que de verdad me hace sentir orgullosa. Como dije en mi discurso, estudiar la carrera es sólo el inicio.

A sus compañeros recomendó disfrutar sus años de ciencias básicas, sus años de pregrado y que siempre estén conscientes de que su compromiso siempre es con un ser humano, que es el paciente; que siempre deben ser fieles a ese compromiso y tratar de ayudarlo en lo posible.

Cabe mencionar que actualmente Diana se encuentra realizando la especialidad de medicina interna en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición y en un futuro le gustaría hacer investigación clínica en el área de inmunología.

Medalla “Gabino Barreda” para la carrera de investigación biomédica básica

En nombre de Delia María de la Paz Cardín Martinelli, su madre, la ingeniera Gracia María Martinelli, recibió el galardón, porque ella se encuentra realizando un doctorado en neurociencias en The University College de Londres, Inglaterra.

En entrevista, la señora Martinelli comentó que se enteraron desde principios de año de que su hija se había hecho acreedora a dicho galardón cuando recibió otro reconocimiento por ser el mejor promedio del año escolar.

Sobre los estudios que realiza Delia comentó que su hija obtuvo una beca para ese doctorado y es la única latina en ese programa, por lo que le representa, como madre, familia y extranjeros que son, un gran orgullo.