Gaceta Facultad de Medicina UNAM
25 junio 2004
Facultad de Medicina UNAM

Especialistas dan un panorama general sobre el sarampión

  • En 2001 se presentaron, a nivel mundial, de 30 a 40 millones de casos con sarampión y se reportaron 45 mil muertes, según datos de la OMS

El sarampión afecta principalmente a niños, se le considera la séptima causa de muerte infantil; de 40 millones de niños infectados aproximadamente un millón muere. Las epidemias se presentan cada dos a cuatro años en países desarrollados, y la población susceptible a la infección alcanza hasta 40%. Los mayormente afectados se encuentran entre los cuatro y los siete años de edad, afirmó la doctora Rosa Elena Sarmiento Silva, investigadora del Laboratorio de Virología del Departamento de Microbiología y Parasitología de la Facultad de Medicina, al dar un panorama general del virus en el marco del simposio “¿Sarampión, por qué reincide?”, que se llevó a cabo el pasado 9 de junio en el auditorio “Dr. Fernando Ocaranza” de esta dependencia.

Doctora Beatriz Gómez-García

Al participar junto con la doctora Emma Libertad Verástegui Avilés, investigadora del Laboratorio de Inmunología del Instituto Nacional de Cancerología, Sarmiento Silva indicó que el virus que lo causa pertenece a la familia Paramyxoviridae, y dentro de esta familia se encuentran tres géneros: Paramyxovirus, en donde se localizan el virus de Parainfluenzavirus y el de la parotiditis; el género de Pneumovirus, donde se ubica el virus sincicial respiratorio (RSV), y el género Morbillivirus, donde se halla el virus del sarampión.

La especialista afirmó que el sarampión es una enfermedad viral muy contagiosa. Inicia con fiebre, malestar general, catarro, conjuntivitis, tos seca, y pueden aparecer en la boca puntos blancos y pequeños (manchas de Koplik). Por lo general al tercer día brotan en la cara ronchas pequeñas de color rojo (exantema), que posteriormente se extienden al tronco y a las extremidades, mientras empiezan a desaparecer de la cara.

Afirmó que el mecanismo de trasmisión del virus comienza al inhalar pequeñas gotas de secreciones expulsadas por una persona enferma al hablar, toser o estornudar, es decir, se propaga en forma aérea, se puede trasmitir desde tres días antes de iniciar con la fiebre y hasta cuatro días después de aparecer el exantema. El virus entra en el organismo a través de la orofaringe y se replica localmente en el epitelio respiratorio. Como consecuencia, se replica en la mucosa respiratoria, el tracto urogenital o el gastrointestinal, o el sistema nervioso central.

La investigadora del Departamento de Microbiología y Parasitología aclaró que las complicaciones que provoca son: inmunosupresión, encefalitis y panencefalitis esclerosa subaguda, esta última se presenta en un rango de seis a 20 casos por millón. “En general el curso de la infección es benigno, pero pueden ocurrir algunas complicaciones como infecciones de oído, neumonía, diarreas, ceguera o un cuadro de sarampión hemorrágico, que causa sangrados generalizados e inflamación del cerebro, esto es encefalitis”, afirmó.

Existe evidencia de que la panencefalitis esclerosa aguda ocurre inmediatamente después de la infección aguda, aún no se sabe cómo es que el virus llega al cerebro, sin embargo se sugiere que la infección de células endoteliales está relacionada con la llegada a este órgano, así como la infección de células inflamatorias circulantes que pudieran estar favoreciendo que el virus infecte al cerebro. Una característica fundamental de este padecimiento es que se presentan títulos altos de anticuerpos antisarampión en el fluido cerebrospinal.

Datos de la última epidemia de sarampión en México indican que de 1989 a 1990 hubo más de 86 mil casos y más de seis mil defunciones.

La doctora Sarmiento Silva mostró con datos de la SSa que el brote de sarampión que ocurrió recientemente en México registró en el Distrito Federal 43 casos, le siguió el Estado de México con 15, en Hidalgo se detectaron tres, en Coahuila dos y en Campeche sólo uno, es decir, 64 casos en total con cero defunciones.

Explicó que para hacer diagnóstico de esta enfermedad es necesario realizar todas las pruebas de laboratorio, como la detección de anticuerpos por ensayo inmunoenzimático, “lo importante es que la toma de muestras se debe hacer durante los primeros 35 días después de la aparición del exantema, así como en muestras de orina y de suero faríngeo”, indicó.

Concluyó al señalar que la forma de prevenir el contagio del virus es mediante la vacuna específica antisarampión, y el esquema de vacunación va a cambiar según la edad. Actualmente se sugiere que los niños de entre seis a once meses tengan una dosis de sarampión o la doble viral, que es la de sarampión-rubéola, y después del año de edad, que sería el esquema clásico, se le debe aplicar la triple viral, que es contra el sarampión, la rubéola y la parotiditis. De los siete a los 39 años, a quienes no cuenten con antecedentes de vacunación se les debe administrar la doble viral. También se sugiere que se aplique la vacuna a los profesionales de la salud, a la gente que trabaja en el sector turismo, en escuelas, y a personas que estén en zonas de mucho riesgo.

Por su parte, la doctora Verástegui Avilés habló de aspectos clínicos de la enfermedad y la importancia de la vacunación como medida de prevención del sarampión.

Señaló que una de las cosas a las que las personas se van a enfrentar en los siguientes decenios es al resurgimiento de nuevas enfermedades que han estado disminuidas en un momento dado o prácticamente extintas, después de que la gente ha recibido vacunaciones.

Al hacer un recuento histórico, la doctora Verástegui señaló que las primeras referencias sobre el sarampión se presentaron en el siglo VII; después Rhazes describió al virus como una enfermedad en el siglo X, y para 1846 Peter Panum describió cuál era el periodo de incubación y la etapa de inmunidad de por vida. Enders y Peebles aislaron el virus en 1954, y en 1963 se aprobó en Estados Unidos la primera vacuna de la cepa Edmonton, pero antes de que existiera dicha vacuna 90 por ciento de los niños se infectaban de sarampión.

Informó que de acuerdo con la OMS, en 2001 se presentaron de 30 a 40 millones casos con sarampión a nivel mundial, y se reportaron 45 mil muertes.

Señaló que es una infección sistémica y afecta principalmente la parte superior de las vías respiratorias, “el primer sitio donde se almacena el virus es en los ganglios linfáticos, existe una primera viremia en donde las células van a infectar a los macrófagos que están en el sistema reticuloendotelial”.

Después de la infección primaria, en cinco a siete días se manifiesta una segunda viremia donde el virus se disemina en el organismo, es posible que este periodo sea el momento en que se infecte el sistema nervioso central. El síndrome prodrómico dura de tres a cuatro días y se presenta fotofobia.

Señaló que el primer aislado viral se hizo en 1953 y la primera vacuna contra el sarampión (la cepa Edmonston B) estuvo disponible en 1963, pero aclaró que en 1967 esta vacuna se retiró del mercado porque producía molestias como erupción cutánea (rash) y fiebre, y como no inducía a una buena inmunidad pensaron que hubiera un tipo de sarampión atípico por virus silvestre. “En 1968 surgió la cepa Edmonston-Enders, que son virus vivos atenuados, y tiene menores efectos colaterales en comparación con las demás cepas que se habían utilizado para la fabricación de la vacuna.”

La única vacuna que está disponible en los Estados Unidos y en los países desarrollados es la Edmonston-Enders (la triple: sarampión-rubéola-paperas); se prepara en fibroblastos de pollo, contiene albúmina humana, sorbitol, neomicina y gelatina, “esto es debido a que puede haber reacciones alérgicas, que es una de las complicaciones de la vacuna, ya sea a los huevos de pollo, a la albúmina humana o a la neomicina”.

Aseguró que esta vacuna es muy efectiva si se aplica idealmente, produce una infección subclínica y no es contagiosa. Noventa y cinco por ciento de los niños que se vacunan después de los 12 meses de edad alcanzan títulos adecuados de anticuerpos, y cuando se vacunan a los 15 meses el título de anticuerpos alcanza hasta 98 por ciento.

“La OMS recomienda que todos los individuos deben tener evidencia por escrito de que han recibido cuando menos dos dosis de sarampión”, afirmó.

Verástegui explicó que todos los niños deben recibir la vacuna de sarampión, rubéola y parotiditis por medio de dos dosis: la primera entre los 12 y los 15 meses de edad y la segunda entre los 4 y los 6 años. En algunos casos deben recibir la vacuna adultos mayores de 18 años nacidos después de 1965, excepto si cuentan con una constancia de haber recibido inmunización completa y que hayan tenido antecedentes de sarampión.

Quienes no deben recibir la vacuna son mujeres embarazadas, pacientes con antecedentes de reacciones alérgicas serias a gelatina, neomicina o a la vacuna misma, individuos con sida o alguna enfermedad que produzca inmunosupresión, personas que reciben drogas inmunosupresoras o tratamiento para cáncer, e individuos con trombocitopenía

Finalmente la investigadora del Instituto Nacional de Cancerología aclaró que deben revacunarse contra el sarampión aquellos que fueron vacunados antes del primer año de vida, quienes han recibido una sola dosis, los que se vacunaron antes de 1968, quienes recibieron vacunas con virus muertos (se deben aplicar dos dosis), o aquellos a quienes se les aplicó la vacuna con virus muertos seguida de una dosis de vacuna con virus vivos.

El simposio “¿Sarampión, por qué reincide?” fue organizado conjuntamente por la doctora Beatriz Gómez, investigadora del Laboratorio de Virología del Departamento de Microbiología y Parasitología de la FM y el doctor Arturo Ruiz Ruisánchez, coordinador de Servicios a la Comunidad de la misma.