Se entregan 400 títulos y dos medallas “Gabino Barreda”
Los días 4 y 7 de junio pasados se entregaron un total de 400 títulos y cédulas profesionales a los alumnos de la carrera de médico cirujano de diferentes generaciones, y dos medallas y diplomas “Gabino Barreda”. En esta ocasión recibieron medalla y diploma “Gabino Barreda” la médica cirujana de la generación 1997-2002: María Teresa Burguete Cabañas, y la licenciada en investigación biomédica básica 1999-2002: Miriam Bazán Peregrino. Cabe señalar que dicha medalla es el máximo reconocimiento que otorga la UNAM a los alumnos más destacados durante su trayectoria escolar. De 9 mil 768 alumnos egresados de la Facultad de Medicina, en los últimos 10 años sólo 40 han sido merecedores de este reconocimiento. En representación de la licenciada Bazán, el doctor Juan Fernando Bazán Urrutia, su padre, recibió la condecoración porque ella se encuentra realizando estudios en la Universidad de Oxford, Inglaterra.
Hemos de mencionar que por la cantidad de titulados tuvieron que realizarse dos ceremonias, una el 4 y otra el 7 de junio, donde respectivamente se entregaron 200 títulos y medalla y diploma “Gabino Barreda”. Durante las ceremonias realizadas en el auditorio “Raoul Fournier”, el doctor José Narro Robles, director de esta Facultad, aseveró que a partir de hoy los jóvenes titulados inician una nueva etapa en el desarrollo de su profesión con todas las de la ley. “Es una ceremonia en la que hay que estar contentos porque se cumple un anhelo que se propusieron al llegar a la Facultad, que veían lejano e inimaginable, pero hoy, en medio de esas emociones, felicidad y gusto, la FM puede decir a la sociedad, a su familia y a ustedes mismos: Misión cumplida.” Afirmó que el compromiso que la Facultad estableció fue en dos vías: facultad-alumnos y alumnos-facultad, y que hoy inician un nuevo compromiso, pues algunos ya han comenzado estudios de posgrado, vienen incluso del extranjero, otros pidieron permiso en los hospitales para poder asistir, dejaron unas horas a sus niños y adultos. Sin embargo, la Facultad espera que desarrollen una vida profesional exitosa que les permita vivir con dignidad y servir a la sociedad. Al felicitar a sus ya colegas, les dijo que son médicos de los cuales la sociedad se puede sentir segura y confiada de lo que son, saben y representan, y que deben seguir su preparación permanente para poder servir de la mejor manera, con el mejor diagnóstico y con el mejor tratamiento a sus pacientes. “Lo que viene para ustedes seguramente no será nada fácil, nada de lo que han hecho hasta el día de hoy ha resultado simple y sencillo, han tenido que poner esfuerzo, trabajo y dedicación; han tenido que sacrificar horas de sueño, diversión, pasarla bien y estar más cómodos para alcanzar esto. Tengo que decir que la lucha sigue y no se acaba, que esa búsqueda es permanente y que esa actitud realmente es una manera de ser. Son ustedes médicos y tienen un compromiso con el conocimiento, el quehacer y el ser de la profesión, los invito a que sean dignos representantes de esta Facultad. “Cuando uno defiende a las instituciones de nuestro país, lo hace pensando en instituciones como la Universidad, los hospitales en donde ustedes se formaron, los institutos nacionales, la Secretaría de Salud, el Instituto Mexicano del Seguro Social, el Instituto de Seguridad Social y de Servicios para los Trabajadores del Estado, un centro rural, una unidad de medicina familiar, en todos estos lugares donde ustedes obtuvieron el conocimiento, en donde pudieron ayudar, servir, y al mismo tiempo formarse con la participación de los pacientes; lo hemos podido hacer porque este país ha constituido instituciones como éstas, que tenemos que seguir defendiendo permanentemente, y su tarea es engrandecer a la Facultad de Medicina, a la Universidad y a nuestra profesión.” Agradeció a los jóvenes y a sus padres por confiar en la Facultad. Una institución heredera de 425 años en la formación de profesionales médicos al servicio del país, y agregó: “El esfuerzo, los desvelos, el quitarle tiempo a la familia, a la diversión, son cosas que hoy tienen una recompensa justa porque son ustedes médicos cirujanos egresados de la UNAM. Hoy forman parte de esta hermosa profesión y pasan ustedes a formar parte de los recursos humanos en quienes la sociedad mexicana tiene que confiar, lleven en alto el nombre de nuestra profesión, háganse acreedores todos los días con su trabajo, su esfuerzo, al reconocimiento que puede recibir un médico y el reconocimiento de sus pacientes. Para todos ustedes, de verdad, el mejor de los deseos, muchos éxitos, y hagan lo que sus familias hicieron con ustedes: seguir construyendo una gran familia, seguir transmitiendo valores fundamentales para ustedes y los suyos.” Señaló que la Facultad de Medicina y la UNAM son grandes en tamaño, pero sobre todo en calidad y en la trascendencia que tienen en nuestro país, por lo que la FM se puede sentir satisfecha de lo que ha realizado a lo largo de su historia. “Somos una Facultad que es grande, recibimos cada año a cerca de mil estudiantes en el pregrado y un número muy importante en el posgrado, de tal forma que si contamos todos los niveles tenemos casi 14 mil alumnos. Somos una Universidad grande y una Facultad grande también por nuestros maestros que en todos los niveles imparten su cátedra, amplían su conocimiento y contribuyen con el resto de la Universidad a llevar beneficios a la sociedad mexicana. Somos grandes por el número de unidades médicas, por el número de entidades federativas en el país donde están nuestro programas y nuestros alumnos haciendo su internado, su servicio social o cursos de especialización. Somos pues una Facultad grande, pero también con una enorme grandeza, con una grandeza producto del trabajo de siglos, producto de esa historia maravillosa y conocimiento acumulado, pero también por lo que hoy representa la FM para México a través de sus profesores y sus amigos, lo que se hace hoy en día a favor de los mexicanos en investigación o en la práctica médica y asistencial”, concluyó.
El doctor Isidro Ávila Martínez, secretario de Servicios Escolares, manifestó que el concluir la carrera después de vivir orgullos, esfuerzos, penurias y éxitos es un acto de heroísmo y trabajo de equipo. “En estos equipos de familia, alumnos, maestros y sociedad, no olvidemos como parte fundamental a los enfermos, aquellos que son nuestra razón de ser médicos, aquellos que alentaron nuestra vocación, pero sobre todo que nos enseñaron. Paradójicamente también tendré que decir adiós a algunos de ustedes, pero tomen en cuenta que en esta etapa de su existencia se encontraron con gente que será decisiva en su vida. Tengan la habilidad y la sabiduría para conservarlas, frecuentemente, tarde o temprano, lamentamos el no haberlo hecho. Cualquiera que sea el caso no olviden a la Universidad, a esta Facultad que siempre estará atenta a recibirlos nuevamente como alumnos, maestros, funcionarios y, ¿por qué no?, como padres de futuros médicos. Autoridades y trabajadores se sienten orgullosos el día de hoy de haberlos tenido en su seno“. Afirmó que trabajen no para ser ricos, sino mejores, para ser buenos médicos y no sólo médicos buenos, y para sentirse orgullosos de pertenecer no sólo una Universidad grande sino a una gran Universidad”, concluyó. Por su parte, la doctora María Teresa Burguete Cabañas, medalla “Gabino Barreda”, en representación de los graduados y galardonados, felicitó a todos los reunidos al considerar que, como parte de la gran comunidad universitaria, de alguna manera han contribuido a la formación de este selecto grupo de graduados. “En distintos tiempos y bajo diversas circunstancias hemos vivido situaciones semejantes, que van desde los momentos difíciles al iniciar la carrera hasta la primera ocasión en la que se nos murió un paciente, pero afortunadamente existen las leyes de la compensación: tanto sufres, tanto gozas. Esto nos ha llevado a vivir momentos de intensa felicidad, darnos cuenta de que con este conocimiento teórico que acumulamos al pasar el tiempo multiplicado por las horas de esfuerzo, mezclado con humanismo y puesto en práctica de la manera adecuada podemos ayudar a recuperar ese preciado tesoro que es la salud de nuestros semejantes. El periodo de preparación ha sido intenso, pero a cambio tenemos instantes de inmensa alegría, como el presente.” Aseveró que actos como éste siempre son motivo de orgullo y satisfacción, pero también generadores de compromiso, nada menos que con la patria, la cual ha puesto su confianza y sus recursos en su formación, la educación no fue gratuita, la pagó el pueblo de México y es tiempo de retribuirla a partir de hoy y para siempre. “Recordemos que ya somos médicos y que tenemos todas las herramientas necesarias para salir adelante; nuestra formación es de excelencia, nuestro humanismo está completo, nuestra Universidad cumplió. En adelante hay un cúmulo de conocimientos que cambian día a día y es nuestra responsabilidad seguirlos adquiriendo.” Con su poca experiencia se atrevió a dar cinco consejos a sus compañeros:
Al expresar la importancia que tiene para ella recibir la medalla “Gabino Barreda”, dijo ser el cumplimiento de un sueño, pues significa aceptar el compromiso de continuar con las ideas de un médico mexicano de excelencia, filósofo, científico, humanista, pero ante todo, enamorado de nuestra patria y sus símbolos, que reconoció y aceptó en todo momento la responsabilidad de ser mexicano, en las buenas y en las malas, ante amigos y enemigos, entre patriotas y traidores, como son los hombres que trascienden y al pasar las generaciones dejan su nombre grabado en la historia. “Gabino Barreda, donde te encuentres puedes estar tranquilo, en México sigue habiendo idealistas, enamorados eternos de los valores y defensores permanentes de este bello país, de su gente, su historia, sus tradiciones, sus instituciones, sus leyes y sus símbolos. Gabino Barreda, aceptamos tu estafeta, honramos tu memoria y seguimos tu ejemplo.” Agradeció a la Facultad de Medicina y a todas aquellas personas que contribuyeron en su aprendizaje y entendimiento, y a valorar la verdadera importancia de su profesión. Finalmente, dijo: “Lleven siempre en el corazón la frase que nos une como universitarios y que deberá ser siempre el lema de nuestra vida: ‘Por mi raza hablará el espíritu’.” En ambas ceremonias, además de familiares, amigos de los titulados, autoridades y profesores, también se encontraron presentes los doctores Joaquín López Bárcena, secretario general; Juan José Mazón Ramírez, secretario de Educación Médica; Sara Morales López, secretaria de Enseñanza Clínica, Internado y Servicio Social; María Eugenia Ponce de León, secretaria técnica del H. Consejo Técnico; Enrique Graue, titular de la División de Estudios de Pos-grado e Investigación, Gloria Bertha Robledo, coordinadora de Educación Médica Continua; Gregorio Pérez Palacios, coordinador de Investigación; Rosalinda Guevara Guzmán, coordinadora de Ciencias Básicas, y Arturo Ruiz, coordinador de Servicios a la Comunidad, así como la licenciada Guadalupe León, secretaria administrativa. Al finalizar las ceremonias, se agradeció a la Escuela Nacional de Música por su participación con números musicales; a la Secretaría de Administración Escolar por presentar la retrospectiva de títulos profesionales, y a la Dirección General de Patronato Universitario por el préstamo de las medallas universitarias expuestas en el pasillo del auditorio “Raoul Fournier”. |