Testimonios de jóvenes
de buen desempeño académico
Orgullosamente pumas, con el corazón tatuado de azul y oro:
Marlene, Gerardo, Brenda, Virginia, Fernando, Miguel Ángel
y Lurdes forman parte del grupo de 16 jóvenes con promedio
de 10 que ingresaron a esta Facultad de Medicina, y hoy comparten
el entusiasmo por concluir el primer año de la carrera de médico
cirujano, así como la preocupación por adquirir los
conocimientos que habrán de llevarlos a alcanzar su principal
meta: convertirse en médicos.
Fueron galardonados recientemente por la Universidad Nacional Autónoma
de México por su desempeño académico en el bachillerato
universitario —Escuela Nacional Preparatoria (ENP) y Colegio
de Ciencias y Humanidades (CCH)— durante el ciclo escolar 2004-2005.
Ingresaron a esta Facultad convencidos de querer portar la bata blanca
y honrar la profesión médica con su desempeño
ante los pacientes, pero, sobre todo, comprometidos con la máxima
casa de estudios que les ha dado la oportunidad de estudiar tanto
el nivel medio superior como esta licenciatura.
Aunque es pronto decirlo, reflejan un sueño que pueden alcanzar,
pues tienen desde muy temprana edad la vocación por la medicina.
Alegres, dedicados y muy firmes, dan testimonio del esfuerzo que deben
hacer cada día para lograr sus metas y, con ello, demuestran
por qué son alumnos de excelencia, estudiantes de 10.
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Marlene Salazar Mendoza
“Pertenecer a la UNAM es un privilegio,
porque tenemos los mejores profesores y las mejores oportunidades,
magníficas instalaciones, y todo es gratuito para quienes
deseen estudiar, lo cual me motiva a seguir adelante pues
tengo un compromiso con ella y con el país”,
dice Marlene, quien ya ha recibido diferentes reconocimientos
por su buen desempeño académico, que la han
ayudado además a crecer como persona; sobre el premio
que le otorgó esta casa de estudios por su estancia
en la ENP plantel 9, “Pedro de Alba”, expresa
que es un logro no sólo personal, sino de su familia
y sus amigos, y la estimula a ser mejor cada día.
Con honestidad y sencillez asegura que desde
pequeña aprendió el sentido de la responsabilidad
para sacar adelante sus estudios, pero también para
tomarse el tiempo necesario para realizar algún deporte,
salir con sus amistades y convivir con su familia. En este
primer año en la Facultad, luego de la presión
que tuvo que sortear los primeros meses, descubre que lo importante
es aprender la información significativa y no estresarse
queriendo aprender “todo” de los libros. Entusiasmada
por lograr ser una buena profesionista y adicional al tiempo
que dedica a sus asignaturas y al empeño que le pone
a las que se le dificultan, como bioquímica, asiste
regularmente al Hospital Magdalena de las Salinas, específicamente
al área de Urgencias, donde ha recibido el apoyo del
personal médico para iniciar su contacto con el paciente.
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Gerardo Montes Hernández
Muy serio y tímido para su edad, Gerardo
refiere que recibir un reconocimiento por el esfuerzo realizado
en el CCH plantel Oriente le causa gran satisfacción.
Considera que un buen estudiante tiene que ser muy dedicado
y tener claro que se adquiere una responsabilidad con el país.
Ingresó a la FM convencido de su vocación, y
ahora sabe también qué significan las noches
de desvelo por estudiar o preparar una clase, más ahora
que están en exámenes finales. Aunque su promedio
no es el mismo, piensa que en esta profesión no sólo
se trata de pasar las materias, sino de haber aprendido realmente
y aprovechar “lo que nos ofrece la mejor Facultad de
Medicina del país”.
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Brenda Rodríguez Bustos
Egresada del CCH plantel Sur, además
de expresar la satisfacción que siente por tal reconocimiento,
relata que el paso del bachillerato a la licenciatura ha sido
duro, primordialmente debido a su falta de organización,
además de que histología y embriología
son las asignaturas que más se le dificultan. Aunque
algo preocupada por los exámenes finales, señala
convencida que el sistema que maneja la dependencia es muy
bueno “porque nos obligan a prepararnos bien, no es
un carrera en la que puedas decir ‘ahí se va’,
por el contrario tenemos que estar conscientes de las responsabilidades
que tenemos”.
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Virginia Alejandra Martínez Hernández
Con sólo 17 años de edad, inteligente
y madura, con estudios en la ENP plantel 2, “Erasmo
Castellanos Quinto”, Virginia expresa emocionada la
alegría de haber recibido el reconocimiento de una
de las mejores universidades de México, pues la impulsa
a seguir adelante. Considera que para lograr buenas calificaciones
lo mejor es poner atención en lo que se está
fallando sin descuidar lo demás. Para ella, este primer
año en la Facultad ha sido complicado, sobre todo por
materias como histología, que se le dificultaron un
poco, pero su vocación por ser médico le ha
permitido adaptarse con éxito y mantener su promedio;
al respecto, dice alegre que también es porque “contamos
con muy buenas instalaciones y con los mejores profesores”,
y se siente muy contenta de “pertenecer a la UNAM, una
de las mejores, que además es popular, es decir, abierta
a todos los que desean tener una oportunidad”.
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Fernando Gómez Osornio
Acostumbrado a excelentes calificaciones
desde el nivel básico, pero firme en sus decisiones
y con un proyecto de vida bien definido, explica que estos
meses en la Facultad le han costado trabajo, y sabe que para
ser un buen médico necesita bases sólidas, por
esa razón está consciente de que ahora lo importante
es aprender significativamente y no obtener una calificación,
así que el reconocimiento que recibió de la
UNAM por su esfuerzo en el CCH plantel Sur le levantó
el ánimo en días en los que está presentando
sus exámenes finales, pues su desempeño actual
no lo tiene satisfecho, y ese galardón le ha dado el
impulso para continuar.
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Miguel Ángel Rentería Arenas
Entiende que un premio representa un logro,
pero también una motivación para seguir adelante.
Alegre y muy relajado manifiesta que para lograr una buena
calificación se necesita hacer un esfuerzo extra, ser
constante y procurar desarrollarse en un ambiente armónico
tanto con los maestros como con los compañeros. De
su aún corta permanencia en la Facultad —de la
que se siente orgulloso—, luego de haber realizado el
bachillerato en el CCH plantel Oriente, donde redefinió
su vocación, dice sonriendo que la transición
a la Universidad le pareció ¡abismal!, pues tuvo
que aprender a trabajar más en equipo y modificar algunos
hábitos de estudio, toda vez que en muchas ocasiones
ha requerido leer hasta dos o tres veces para comprender,
esto ha sido más evidente en materias como histología
y anatomía. Su reto a corto plazo es realmente aprender
y, a largo plazo, culminar la profesión.
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Lurdes Cassandra Navarro Roa
Tímida, pero a la vez convencida de
su vocación, Lurdes, acostumbrada a las mejores calificaciones
desde la primaria, con un reconocimiento que avala su paso
por el CCH plantel Naucalpan, se plantea lograr su principal
meta: ser médica. De su tránsito a la Facultad
de Medicina, ya sabía que sería una etapa difícil,
pues “ahora estoy sufriendo un poco con algunas materias”,
sin embrago, para lograr buenas calificaciones dice: “unos
disponen sólo de su inteligencia y otros, como yo,
sólo somos muy responsables y ponemos mucho esfuerzo”,
así que, para ella, el reto a corto plazo es sacar
mínimo 9 de promedio y más adelante terminar
la carrera de médico cirujano con un buen promedio
del cual se sienta orgullosa.
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Este grupo de estudiantes, aunque algunos agobiados un poco por
el promedio, pero sin duda, todos, subrayan lo importante que es hacer
el mejor esfuerzo y no dejarse vencer, ya que en el futuro, una vez
concluida la licenciatura, en su mayoría, tienen otra meta
más: hacer una especialidad y, por supuesto, ejercer la medicina
orgullosos de haber pertenecido a la mejor Facultad del país
y a la mejor universidad de México e Iberoamérica.
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