ACTIVIDADES CULTURALES: BAJO EL MURAL Realiza su primera presentación
la “Tuna” femenil
El mes de mayo se engalanó con los sones jarochos de “Kumaltik”, la fusión electro-acústica de Eblén Macari y Alejandro Otaola, y la música de estudiantina de la “Tuna” de la Facultad de Medicina.
Cabe mencionar que es la primera presentación de dicha Tuna como un grupo representativo de la Facultad, pues es parte de la de Arquitectura que recientemente se fraccionó, una se quedó en Arquitectura y otra decidió pedir a Medicina que le otorgara el permiso para representarla. En este sentido, la licenciada Sara Morales, funcionaria de la Secretaría de Servicios Escolares de esta Facultad y miembro de la Tuna, comentó después de su presentación que son un grupo femenil multidisciplinario, ya que se encuentra integrado por estudiantes y egresadas de diferentes escuelas y facultades de la UNAM, con una trayectoria musical de quince años en el corte de las estudiantinas; sin embargo, por tradición básicamente española, a este tipo de grupos, al conformarse por un solo género, ya sea de hombres o de mujeres, se les denomina “Tuna” “Actualmente, el grupo se integra por un total de 16 elementos, quienes tocamos algunas la guitarra, y otras el contrabajo, el laúd español, la bandurria, el pandero y las castañuelas. Hemos participado en un sinnúmero de eventos sociales, culturales, deportivos, universitarios, académicos, etcétera, así como también en certámenes nacionales como en Oaxaca, Acapulco, Taxco, Cuernavaca, Tlaxcala, Morelos, Villa Hermosa (Tabasco), Michoacán, Guanajuato y el Estado de México, entre otros. También hemos tomado parte en certámenes internacionales como el 2001 en Palmas de Gran Canaria, en España, y en el cual obtuvimos el reconocimiento como la “Mejor Tuna Femenil” del evento; también en 2004 participamos en otro certamen de tunas universitarias en Holanda (Eindhoven).” — ¿Cómo fue
que decidieron pertenecer a la Facultad de Medicina? Con una experiencia de casi 25 años en el ambiente de las estudiantinas, explicó que cuentan con dos directores musicales, Mónica González “empleada de la Escuela de Trabajo Social” y Rodolfo Sumano, quienes tienen estudios musicales y eligen el repertorio que se va a interpretar, pero al mismo tiempo lo ponen a consideración del grupo. — ¿Quien les enseña
la música para tocarla? Comentó que por la situación que han pasado en los últimos meses son sólo dos personas de la Facultad quienes pertenecen al grupo (la licenciada Morales y Lorena González, estudiante), por lo que invitan a la comunidad femenil de la FM a que se integren y participen con el grupo. Expresó por último que es un orgullo que la Facultad de Medicina les haya permitido representarla por medio de la música, por lo que agradeció el apoyo de los doctores José Narro y Arturo Ruiz, “quienes nos abrieron los brazos”. La fusión electroacústica de Eblén Macari y Alejandro Otaola Son dos guitarristas mexicanos reconocidos por sus experimentaciones y búsquedas musicales que se hacen acompañar de Kabalan Macari en las percusiones. Al presentarse juntos convergen dos generaciones y dos estilos de extraer nuevas sonoridades a la guitarra, Otaola en la guitarra eléctrica y Macari en la acústica. Ambos músicos destacan por procesar sus instrumentos de manera original, utilizan delays, loops y filtros para crear sus complejas texturas.
Dicho concierto se caracterizó por la intervención del azar en combinación con el espacio y el público, por lo que los sonidos descubren caminos de irrepetible inercia. Alejandro Otaola es guitarrista de los grupos de rock “La Barranca” y “Santa Sabina”, con los que se ha presentado además de en México, en España, Irlanda y Estados Unidos. Por su parte, Eblén Macari es director de su trío y realiza conciertos por México, Estados Unidos, Canadá, Centroamérica, Europa y Líbano. En entrevista, Alejandro Otaola comentó que su participación junto a Eblén radica en su interés más por el lenguaje musical que por el género, y su intervención en otros grupos trata de que cada uno de ellos tenga su característica desde el punto de vista de su trabajo, o sea, su puesto de guitarrista. “Tocar con Eblén nació de mi interés por su trabajo ‘procesar la guitarra acústica’, hablé con él y comenzaron a salir las tocadas.” Sobre su gusto por la música, dijo que desde niño le llamó la atención, aunque estudió la carrera de arquitectura en la Facultad correspondiente de la UNAM. Mientras estudiaba arquitectura comenzó con sus pininos profesionales y al concluirla se dedicó de lleno. — ¿Cómo fueron
en ese sentido tus estudios? — ¿Qué opinas
de este foro? Concluyó con un pequeño comentario y consejo para quienes quieren ser músicos. La historia de un niño que le dijo a su padre: “Cuando sea grande quiero ser músico”, y el padre le respondió: “No, no puedes ser las dos cosas junto.” Asimismo, Eblén Macari calificó su trabajo con Alejandro de un proyecto de improvisación experimental que comenzó con un concierto en la Capilla del Teatro Helénico hace tres años. — ¿Cómo les
explicarías esta improvisación a los jóvenes para
interesarlos? Recomendó que ojalá se realizaran estos actos en todas las facultades, porque esto es una tradición antigua, a lo que agregó: “Yo comencé así hace 30 años y ojalá la Universidad pueda retomar estas actividades, porque una universidad tiene que tener espacios para experimentar. En este sentido creo que aunque tiene las mejores salas del país sus conceptos son tradicionales. Está bien su programación, pero las personas deben tener espacios para la experimentación. De hecho, cuando se trabaja en otros países siempre se busca tratar de tocar en una universidad y aquí no, si uno busca la universidad es como pedir un nivel muy profesional, por ello es bueno que se recuperen estos espacios.” — ¿Cómo viste
y sentiste al público? Kumaltik Kumaltik es un grupo de sones jarochos integrado por jóvenes ejecutantes e investigadores que busca compartir la música mexicana con el público y convertirla en un lenguaje común, tanto de quien la dice como de quien la escucha a través de su trabajo de investigación e interpretación. El interés por la música tradicional mexicana ha llevado a sus integrantes a realizar una labor de investigación y aprendizaje directo con los ejecutantes y creadores de ella a fin de conservar los elementos originales de interpretación e integrar todo esto a su repertorio. Junto con este trabajo también realizan una labor de innovación por medio de la creación de un sonido propio: reunir diversos elementos musicales, el uso de instrumentos y armonías propios de las tradiciones mexicanas, así como de la música académica, clásica y la del jazz.
Como información general podemos decir que Kumaltik es una palabra de la lengua maya-tojolabal cuyo significado es “Nuestra palabra”. Kumaltik está integrado por: Dzaya Castillo Jiménez (voz, jarana mosquito y zapateado), Juan Francisco Fridman Peisner (jarana segunda, guitarra y voz), Omar Flores Durán (jarana tercera y voz), Alfredis Naranjos Vega (“Freddy Vega”) (jarana tercerola, voz y zapateado), Arquímides (“Quimi”) Hernández Mora (contrabajo, instrumento conocido en la zona como la leona por sus notas graves, y voz), Diana Ríos Valdez (jarana primera, zapateado y voz) y Enrique Palacios (“Quique”) Vega (requinto jarocho). En entrevista para este medio, Diana Ríos comentó que el grupo surgió hace unos cinco años como un ensamble de cámara, porque algunos de sus integrantes son egresados de la Escuela Superior de Música, tocaban melodías mexicanas del sureste y se hacían acompañar de una marimba. Después escogieron el son jarocho, porque la vida los llevó a conocer a unos amigos que lo tocaban: “Los Vega”, quienes les dejaron la “espinita”. Hoy dos de ellos participan en Kumaltik. Uno de los recursos que utiliza Kumaltik es el zapateado, por lo que explicó que éste es un instrumento del son jarocho que lleva la base y el repiqueteo del ritmo. — ¿Qué les parecieron
el foro y el público? Agregó que a los chicos del público, aunque un poco tímidos porque no se animaron a bailar, les gustó porque su música es alegre, y explicó que ello se debe a que el son que tocan es más de ranchería. Por último agradeció el espacio a la Facultad para poder mostrar su trabajo. |