Gaceta Facultad de Medicina UNAM
10 junio 2005
Facultad de Medicina UNAM

ACTIVIDADES DEL POSGRADO

El Premio al Mejor Trabajo de Investigación Clínica 2005 fue entregado dentro del Programa de Apoyo a Médicos Residentes

  • La ganadora del primer lugar fue la doctora Leticia Díaz Martínez, originaria de Guanajuato
  • El segundo y el tercer lugares se otorgaron a los doctores Norberto Carlos Chávez Tapia y Ricardo Elías Romo Escamilla, respectivamente
El presidium y los galardonados

Patrocinado por el Laboratorio Boehringer Ingelheim Promeco y con el aval científico de la Facultad de Medicina (FM) de la UNAM y de la Academia Mexicana de Cirugía (AMC), el pasado 24 de mayo fue entregado el Premio al Mejor Trabajo de Investigación Clínica para Médicos Residentes 2005 a la doctora Leticia Díaz Martínez del Instituto Nacional de Pediatría (INP).

Entregada por quinta vez consecutiva, la distinción pretende fomentar el espíritu de investigación en los futuros líderes de salud en México y es otorgada por tres instituciones que participan en el Programa de Apoyo a Médicos Residentes, que contribuye a la formación de profesionales en la salud, la promoción de la educación médica y el patrocinio a la investigación en nuestro país, lo que representa una oportunidad de solicitar y obtener importantes estímulos que contribuyan a la formación de la comunidad médica.

Uno de estos estímulos es el Premio al Mejor Trabajo de Investigación Clínica, que este año fue entregado en una ceremonia en la que participaron distinguidos académicos y médicos líderes de opinión de diferentes especialidades, así como invitados destacados y autoridades de la Secretaría de Salud, del IMSS y del ISSSTE.

El jurado calificador, integrado por un grupo de médicos de reconocido prestigio en el ámbito de la investigación clínica, designados por la Facultad y por la Academia Mexicana de Cirugía, seleccionó como trabajo ganador del primer lugar la investigación titulada: “Utilidad de la estimulación eléctrica neuromuscular posterior a la aplicación de toxina botulínica en niños con hemiparesia espástica”, de la doctora Leticia Díaz Martínez, quien demostró que el uso de dosis bajas de toxina botulínica y la estimulación eléctrica de baja frecuencia, utilizadas en conjunto, mejoran la funcionalidad de la extremidad hemiparética.

Originaria de Guanajuato y residente del INP, la ganadora agradeció el apoyo de sus colaboradores y de su familia, y afirmó que sólo con labor de equipo y gran compromiso es posible obtener este tipo de reconocimientos.

El segundo lugar fue para el doctor Norberto Carlos Chávez Tapia, egresado de la Universidad Autónoma Metropolitana y residente del cuarto año de medicina interna en la Fundación Médica Sur, por su trabajo titulado: “Asociación entre proteína C reactiva, esteatosis hepática y riesgo cardiovascular”, cuya conclusión señala que los sujetos con esteatosis hepática tuvieron mayores concentraciones de proteína C reactiva ultrasensible, independientemente de otras alteraciones metabólicas, lo que sugiere un incremento en el riesgo de enfermedad cardiovascular y que puede ser un marcador de inflamación crónica.

El reconocimiento de tercer lugar fue para el doctor Ricardo Elías Romo Escamilla, originario de León, Guanajuato, y residente del Instituto Nacional de Cardiología, quien presentó la investigación titulada: “Resistencia al efecto antiplaquetario del clopidogrel en pacientes con cardiopatía isquémica y evento vascular cerebral”, que demostró que la efectividad de la terapia antiplaquetaria con clopidogrel tiene que ser cuestionada en un número importante de pacientes que no responden adecuadamente al tratamiento, y estableció la necesidad de trabajar en un congreso para definir la resistencia al mismo.

Los tres galardonados recibieron placa de reconocimiento y apoyo para la publicación del trabajo en una revista especializada, y el primer lugar una recompensa por tres mil dólares estadounidenses.

Sus investigaciones fueron seleccionadas de entre 151 estudios de galenos inscritos en el Programa de Apoyo a Médicos Residentes, quienes presentaron trabajos originales de investigación clínica realizados en el territorio nacional de cualquier especialidad o cursos de posgrado para expertos considerados en el Programa Único de Especialidades Médicas.

La Academia Nacional de Cirugía tiene un firme compromiso con los programas de educación continua, de investigación y de desarrollo de los profesionales de la salud, y en su nombre habló el doctor Fernando Bernal Sahagún, vicepresidente de la misma, quien reconoció el esfuerzo de las entidades y exaltó el patrocinio de “una casa comercial con interés por la enseñanza y la educación.”

Consideró que la calidad de un hospital se refleja en el valor de sus residentes, por lo cual la AMC apoya cualquier esfuerzo hecho por el bien de la educación, y comentó que el compromiso de los médicos residentes es con sus pacientes, con su patria y con ellos mismos. Felicitó asimismo el esfuerzo realizado al incluir sus trabajos en un concurso, y los invitó a publicar todas sus experiencias para que en el futuro puedan pertenecer a alguna institución normativa que apoye los esfuerzos de enseñanza e investigación.

El Programa de Apoyo a Médicos Residentes, con aproximadamente siete años de vida, ha fortalecido los lazos entre la comunidad médica y las entidades en beneficio de la población objetivo: los médicos residentes, y a nombre de la UNAM, institución líder en la formación de recursos humanos para la salud, habló el doctor Enrique Graue Wiechers, jefe de Posgrado e Investigación de la FM, quien explicó que la atención médica requiere de la acción de dos entidades: el médico que diagnostica y trata al enfermo, y la industria que proporciona la ayuda para que el paciente se recupere de la enfermedad.

Con respecto a esta relación laboral comentó que es compleja y nada fácil, debido a que la industria farmacéutica invierte gran cantidad de dinero en la promoción y tiene como tarea principal dar a conocer sus productos y relacionarse con los médicos con el fin de convertirlos en un mercado cautivo para recuperar lo invertido en el desarrollo de los productos. Afirmó que el médico debe tener una relación ética y de respeto, y no debe permitir que la industria influya demasiado en las decisiones. En este caso, dijo, con Promeco la relación ha sido extraordinaria debido a que no existe la promoción de sus productos y no genera presión para obtener una conducta específica, y agradeció la presencia libre y clara del laboratorio en beneficio de los médicos.

Por su parte, el doctor Carlos Sagasta Rumi, presidente y director general de Boehringer Ingelheim Promeco, resaltó que el laboratorio se ha comprometido “con la noble misión de servir a la humanidad mediante la investigación de las enfermedades y el desarrollo de nuevos y eficaces medicamentos para su tratamiento”, y explicó que la relación estrecha y sostenible con la comunidad médica y académica les ha permitido implementar programas orientados a fomentar la actualización, la capacitación y el desarrollo profesional de la comunidad médica, siempre desde un enfoque científico, académico y ético que posibilita el crecimiento de todos.

Señaló que en México el apoyo a la investigación permite a Promeco otorgar este premio cada año “con el propósito de apoyar a los médicos residentes en su formación como especialistas, orientándolos a la investigación y a una sana competencia profesional”, así como valorar a los que destacan “por su ardua labor de investigación y por los significativos descubrimientos e importantes aportaciones que hacen a través de sus estudios”.

Luego de reconocer el apoyo del jurado, aprovechó la oportunidad para expresar su gratitud a la Facultad, a la Academia Mexicana de Cirugía y a las autoridades de los distintos institutos, dependencias y organismos de salud por el apoyo brindado al programa que hace posible la participación de los médicos residentes. Además, felicitó y agradeció a los de los diferentes centros hospitalarios, en nombre de todos los ciudadanos que son los beneficiarios de su capacitación, abnegación y sacrificio.

Para finalizar el acto, el doctor Antonio J. Caso obsequió al doctor Sagasta Rumi, la moneda conmemorativa del 28 de octubre pasado, cuando el Congreso Mexicano inscribió con letras de oro el nombre de la UNAM en el muro de honor de la Cámara de Diputados en un justo y merecido homenaje que rindió la legislatura a la Máxima Casa de Estudios como institución forjadora de mexicanos que por su saber y conocimientos contribuyen al desarrollo del país.

Entre los presentes estuvieron los doctores Enrique Graue Wiechers y Antonio J. Caso Morasco, jefe y secretario académico respectivamente de la División de Estudios de Posgrado e Investigación de la Facultad de Medicina de la UNAM; Alberto Lifshitz Genberg, director general de la Coordinación Nacional de los Institutos Nacionales de Salud; Carlos Sagasta Rumi, de Boehringer Ingelheim Promeco; Fernando Bernal Sahagún, vicepresidente de la AMC; Ernesto Díaz del Castillo, director de Regulación y Adecuación Normativa en representación del doctor Miguel Romero Téllez, director general de Calidad y Educación en Salud de la Secretaría de Salud, y la doctora María de los Ángeles Solano, jefa del Departamento de Investigación en representación del doctor Félix Martínez Alcalá, jefe de los Servicios de Enseñanza del ISSSTE.

El programa de Apoyo a Médicos Residentes surgió en 1998 con el fin de patrocinar la formación de médicos y complementar su preparación profesional mediante estímulos académicos de diversa índole, entre ellos, el Premio al Mejor Trabajo de Investigación Clínica, que aporta muchos beneficios a la sociedad porque reconoce y estimula la formación científica de los médicos del mañana.