Gaceta Facultad de Medicina UNAM
10 junio 2004
Facultad de Medicina UNAM

CONFERENCIAS INTERNACIONALES

El Departamento de Salud Pública inauguró ciclo de conferencias que buscan propiciar un intercambio disciplinario

  • La conferencia que abrió dio la primicia de un libro escrito sobre el tema de la diplomacia mexicana en el área de la salud posterior a la Revolución

El Departamento de Salud Pública inició un ciclo de conferencias internacionales que tiene como objeto propiciar el intercambio disciplinario entre las diferentes áreas que integran la medicina, aspectos filosóficos, metodológicos y teóricos que están relacionados con la salud, la enfermedad y el ser humano.

El ciclo fue inaugurado con la conferencia “Matrimonio por conveniencia: la Fundación Rockefeller y la salud internacional en el México revolucionario”, de la doctora Anne-Emanuelle Birn, de la Universidad de Toronto, Canadá. Dicha conferencia fue la primicia y probada del libro que lleva el mismo título y que actualmente está en la imprenta.

Doctora Anne-Emanuelle Birn

Durante el evento, que se realizó el pasado 19 de mayo en el auditorio “Fernando Ocaranza”, la licenciada en historia por la Universidad de Harvard y doctora en salud pública por la Universidad John’s Hopkins presentó una visión caleidoscópica sobre la relación entre la Fundación Rockefeller y la salud pública mexicana en la época revolucionaria, y agregó: “El titulo es provocador, pero no es para provocar sino para reflejar la complejidad de la relación, porque no sólo fue de amistad, sino de convivir épocas de conflicto, de resistencia, y utilización de beneficios mutuos.”

Comentó que el libro maneja el tema en tres niveles: 1) la institucionalización de la salud en México, 2) la relación entre México y Estados Unidos, y 3) la cooperación internacional; respecto a este último tema la relación México-Fundación Rockefeller resultó innovadora y un corte con las viejas relaciones coloniales en salud. La filantropía (amor al género humano) que se desarrolló a principios del siglo XX con la idea de limitar el poder del Estado fue el elemento que influyó para que resultara novedosa y de cierta manera exitosa.

La investigadora y pionera dentro de la salud pública dijo que los magnates del momento pensaban en usar su fortuna para el mejoramiento de la sociedad, construir hospitales y escuelas, etcétera. Entraron también en el campo de la salud pública e hicieron campañas para erradicar algunas enfermedades. Con estos programas la Fundación Rockefeller ayudó a la población a conseguir zapatos, ropa y algunos otros elementos que evitaran contraer enfermedades, pero hubo un momento en el que se le acusó de vender sus productos y entonces se criticó que la filantropía era un robo directo al trabajador.

Los antecedentes de esta relación se dieron después del éxito que obtuvo esta Fundación en el sur de Estados Unidos, y de donde como resultado surgió la Junta Internacional de Salud, mejor conocida como la División de Salud Internacional, con el objetivo de extender programas y campañas a otros países para modernizarlos y crear buenas relaciones y consumidores, entre otras cosas.

Dijo que la relación comenzó en enero de 1929, pocos meses después de que el doctor Miguel Bustamante concluyera su doctorado en la Universidad de John’s Hopkins. El doctor Bustamante, quien escribió una carta a su decano en Baltimore, le contó que participaría en la construcción de una nueva unidad sanitaria en el puerto de Veracruz, elemento que constituyó la primera tentativa del trabajo sistemático de cooperación en salud pública en México con apoyo de la Escuela de Salud Pública de la Universidad John’s Hopkins y de la Fundación Rockefeller. Para no decepcionar a nadie, el texto en su contenido es una mezcla de orgullo nacional, un reto de la colaboración local y su reconocimiento de patrocinio internacional.

Para ese entonces, México adiestraba médicos en Europa y en Estados Unidos, y fue uno de los primeros países que adoptó la clasificación de enfermedades, lo que lo involucró en el escenario de la salud internacional de la época. Muchos de los avances habían empezado durante el Porfiriato y se suspendieron por la Revolución. Durante el segundo decenio del siglo XX resurgió una epidemia de fiebre amarilla y Estados Unidos interrumpió el comercio con México, pero la Fundación Rockefeller, que tenía como reto científico y comercial (1913) erradicar esta enfermedad, vio una buena oportunidad, pues en América sólo quedaban tres focos: México, Ecuador y Brasil.

La directora del proyecto de Historia de la Salud Pública en América Latina y el Caribe dijo que fue Álvaro Obregón quien vio conveniente que la Fundación erradicara la fiebre amarilla porque ayudaría a su política, y aquí fue cuando inició la relación de matrimonio por conveniencia. Por su parte, la Fundación había intentado por varios años entrar en México y ésta fue su oportunidad.

“Esta campaña no fue normal porque financiaron todo por su cuenta: cinco millones de dólares, mandaron a inspectores de sanidad internacional, contrataron a once médicos inspectores por parte del Departamento de Salubridad Pública (DSP) mexicano y a centenares de habitantes en el estado de Veracruz, en la costa petrolera, y en Yucatán. En dos o tres años erradicaron la fiebre amarilla mediante de millones de depósitos de agua y asistencia en 20 mil o 30 mil casas de la región. Con ese éxito captaron el reconocimiento de la mayoría de las poblaciones, pues veían este esfuerzo como una ayuda a sus problemas diarios, al mismo tiempo que se despertó un gran apoyo a la salud.”

Afirmó que al ver estos resultados la Fundación resolvió ampliar su campaña a otros países, puesto que les daba varios beneficios. Era una enfermedad que se podía prevenir a bajo costo, así que se podía llegar en poco tiempo a mucha gente y no obligaba a la Fundación a quedarse en México.

La también funcionaria de la Organización Panamericana de la Salud dijo que esta campaña fungió como una época de novios y el inicio del casamiento, pues el interés era mutuo y una campaña de uncinariasis aprobada en 1924 —y que duró hasta 1928— estableció un presupuesto compartido, donde el primer año la Fundación pagó 80 por ciento de la campaña, y cada año aumentaba la proporción del gobierno mexicano, hasta que cinco años después este último cubrió cien por ciento. El hecho de que la campaña tuviera éxito fue por el cambio de visión, pues no era solamente curar sino prevenir, algo que no se conocía.

“Durante esta campaña se trataron más de 200 mil personas, se aplicaron más de 400 mil tratamientos individuales y se hicieron cerca de 15 mil letrinas; además, el impacto fue bastante fuerte sólo en dos estados, y en relación con el costo de la campaña contra la fiebre amarilla, ésta costó sólo la décima parte.

“Para 1927, los representantes de la Fundación reconocieron que lo que querían hacer en México era establecer unidades sanitarias donde participaran el municipio, el estado y el gobierno federal de modo descentralizado, una idea interesante que también se le ocurrió al DSP como parte de la institucionalización que buscaba el gobierno y que sucedía en otros países del mundo.”

La catedrática en ciudades como Nueva York y en Toronto aseveró que la idea de establecer unidades sanitarias en México hizo que la Fundación, por su posibilidad de mover recursos rápidamente, estableció la primera unidad en la costa de Veracruz, y obviamente no iba a extenderse a todo el país, porque era el reto del DSP; sin embargo, sí querían establecer unidades de muestreo que sirvieran de incentivo para otros lugares. En ese momento la relación entró en conflicto, México se negó a participar y la Fundación siguió en Veracruz en contra de la voluntad del gobierno federal.

“Los primeros pasos fueron seguir con el mismo programa de erradicación de uncinariasis en vez de tratar de ampliar el resto de los servicios, primeramente por el costo, y sin el apoyo del gobierno la Fundación pudo participar más ampliamente y no querían invertir en varios países a la vez. Continuaron el primer programa.

“Un año después del establecimiento de la unidad, se fundó una modelo bajo el liderazgo de Miguel Bustamante, quien utilizó todo el conocimiento de la salud pública a nivel legislativo, de atención y científico. Lo que Bustamante hizo fue hacer una unidad mejor que la que había establecido la Fundación y también se entró en el conflicto de quién tenía la autoría del concepto.”

La también políglota con conocimientos de mandarín y ruso, afirmó que fue en la década de los treintas cuando se dio el acuerdo final entre ambas partes, pues los conflictos entre ambos países no fueron sólo de correspondencia sino utilizando sus conocimientos. Se firmó un acuerdo de paz que reconoció que México contaba con capacidad para resolver los retos y tenía interés en la cooperación internacional.

Fue efectivamente durante la década de los treintas que se extendieron estas unidades con gran éxito, mismo que se basó en las mujeres, porque participaban como enfermeras y parteras que atendían a la población, y porque también eran pacientes.

Afirmó que durante los años de 1934 a 1936 la relación no fue tan buena, sin embargo Cárdenas pidió a la Fundación trabajar juntos, pues consideraba que la colaboración era eficaz para extender la red, por lo que en 1939 se desarrollaron cinco unidades y prometieron, pero no se desarrollaron, proyectos en los estados de México, Tlaxcala, Hidalgo y Michoacán, así siguió una relativa relación.

Comentó que para 1939 la mayoría de los becarios, al regresar, trabajaban para el DSP, motivo que la Fundación calificó de exitoso. Hubo 68 becarios entre 1920 y 1950. Al mismo tiempo se desarrolló un sistema de giros de estudio a Estados Unidos y se establecieron estaciones de adiestramiento en Xochimilco, Cuernavaca, Coatepec, Celaya y Guadalajara, entre otros. Durante los treintas y los cuarentas fueron adiestrados dos mil enfermeras y médicos.

La autora de numerosos trabajos, artículos y libros que son multicitados, comentó que la nacionalización petrolera puso en peligro la relación porque los estadounidenses habían sido ofendidos, pero la Fundación, en lugar de retirarse, intentó aumentar su presencia, porque ya no sólo representaba un esfuerzo de salud sino de política, ya que en algunas ocasiones -durante este periodo- sustituyó a la diplomacia del vecino país del norte.

“En los años cuarentas surgió un cambio en la casi desaparición de la cooperación, pues en 1943 nació la Secretaría de Salud y se dio la gran institucionalización mexicana. Entonces la Fundación cambió de mentalidad, y en lugar de atender la salud le dio prioridad a la alimentación; para los sesentas su prioridad fue poblacional.”

Finalmente, la investigadora en mortalidad infantil afirmó que dentro de la salud internacional el matrimonio por conveniencia se puede interpretar de distintas maneras: como conspiración, como acto de caridad o como un acto capitalista, entre otras cosas, pero pidió que para entender esta relación se debe tomar en cuenta cualquier posibilidad de interpretación y pensar en todos los puntos de vista, pues hasta la actualidad existen principios que se derivaron de aquel entonces. La idea de cooperación administrativa con gobiernos, el financiamiento cooperativo, la factibilidad técnica de la cooperación, escoger lugares y plazos cortos (programas de demostración), y un adiestramiento trasnacional sirve como una forma de hacer permanentes las relaciones internacionales en salud, concluyó.