Gaceta Facultad de Medicina UNAM
25 febrero 2005
Facultad de Medicina UNAM

PRESENTACIÓN DE LIBRO

Cuerpo humano e imagen corporal es un libro que abre nuevos campos en la ciencia

  • Primera presentación del año del Programa Editorial de la FM

El libro Cuerpo humano e imagen corporal. Notas para una antropología de la corporeidad, de José Carlos Aguado Vázquez, fue calificado de novedoso y cabe mencionar que su presentación es la primera del año del Programa Editorial de Publicaciones de la Facultad de Medicina, apoyo a la excelencia médica y coeditado entre la FM y el Instituto de Investigaciones Antropológicas.

 

El autor José Carlos Aguado Vázquez

Durante el evento, realizado el pasado viernes 28 de enero en el auditorio “Alberto Guevara Rojas”, el doctor Carlos Viesca Treviño, jefe del Departamento de Historia y Filosofía de la Medicina, aseveró reconocer que fue un libro que se gestó durante varios años: mientras el autor cursaba sus estudios doctorales, incursionaba como investigador y profesor universitario.

Afirmó que el libro da un hecho positivo del cuerpo humano; un hecho con el que todos cargamos, y nos demos cuenta o no, llegamos a la definición de que somos nuestro cuerpo hasta que no se demuestre lo contrario, tenemos que conformarnos con él, por endeble y frágil que sea, y sin dejar de ver lo maravilloso y resistente que es.

Otro elemento que toca Carlos Aguado en su libro es el concepto de imagen corporal: “No es el cuerpo fotografiado, no es el retrato filmado, sino es un juego de imágenes de espejos, de reflexiones, en términos ópticos de lo que cada uno de nosotros preexhibimos de nuestro cuerpo, consciente e inconscientemente. Es un quehacer con el cuerpo donde finalmente el cuerpo físico y el biológico, el que tiene funciones y acciones, van formando una imagen ante el mismo propietario y ante los que lo rodean. Se juega con una situación que se convierte en un hecho simbólico, lo que le da una importancia que va más allá de la estructura física del cuerpo.

“A esta imagen corporal es a la que él se dedica. Sus conclusiones comienzan y terminan al plantear algo a lo que apenas nos estamos asomando, y da lugar a la conceptualización de lo que nos resulta importante a los humanos al iniciar este siglo XXI.”

El doctor Viesca dijo que la obra sirve para cuestionarse sobre qué es y cómo es esta imagen corporal, para lo cual el texto da elementos, se dedica a decir cómo es la imagen cultural corporal en ciertas culturas, incluida la mexicana.

“Es un libro que recomiendo que lean, porque obliga a pensar y a preguntarse muchas cosas en términos de lo que está expuesto, en términos de un concepto que se maneja a lo largo del libro, las ideologías que subyacen en muchas de las visiones del cuerpo, pero también un lector reflexivo tendrá que preguntarse cuáles son las ideologías del cuerpo, a dónde más llegó el autor y a dónde nos plantea llegar.”

Comentó que le agradó que el autor aceptara que esta obra es sólo un acercamiento al tema y queda mucho por recorrer, por lo que hace una invitación a otros investigadores para que retomen el tema en los años subsecuentes, pues abre trabajos de carácter filosófico, antropológico, histórico y sociológico, y así, la posibilidad de cambiar la reflexión que hacemos sobre nosotros mismos y nuestra función en esta sociedad.

Este libro demuestra que al hablar de México la historia y la antropología van de la mano, y que no se puede entender la evolución de nuestro país sin ver la realidad antropológica. Es un excelente ejemplo para conceptos antropológicos y la historia nos sirve para poder plantearnos otra vez un estudio; poder preguntar qué tanto de los conceptos podemos preguntar y encontrar a través de los textos prehispánicos.

“En términos metodológicos el libro nos lleva a plantear la pregunta de cómo los mexicanos actuales incorporan su imagen corporal, hacia dónde cambia y hacia dónde va cambiando ahora.” Concluyó que es un volumen para quienes quieran entender muchos problemas tanto históricos como antropológicos en la medicina.

Por su parte, la doctora Ángeles Sánchez Brigas, miembro del Instituto de Investigaciones Antropológicas e investigadora en el Departamento de Política y Cultura de la Universidad Autónoma Metropolitana Xochimilco, hizo una amplia reflexión sobre el contenido del libro, y especialmente sobre los aspectos de género.

Sin embargo, resaltó su interés sobre el estudio empírico que realizó el autor en la ciudad de México, donde se pregunta cómo construyen su imagen corporal los habitantes de la ciudad y cómo otorgan significado a su cuerpo, cómo ordenan y jerarquizan las distintas partes del mismo.

La investigación fue una encuesta que presentaba un instrumento con dos esquemas del perímetro de la figura humana, uno femenino y otro masculino, y una lista de términos. Se pidió que se señalara la parte del cuerpo humano donde se ubicaba cada palabra, con opción a elegir varias partes del cuerpo para un palabra. Se realizaron dos encuestas que se aplicaron en dos momentos diferentes. La primera con 38 términos se aplicó entre 237 personas, 165 pacientes y 62 alumnos de la carrera de medicina. Noventa y seis eran hombres y 131 mujeres.

La segunda encuesta se aplicó a 76 personas, 25 hombres y 51 mujeres, y en ésta se encargaron sólo 11 términos. El grupo lo integraron pacientes del Hospital General de México y alumnos de medicina, etnología, neurolingüística y psicopedagogía. Los resultados se procesaron de acuerdo con su frecuencia en el cuerpo y se presentaron en forma de pacto con el propósito de evidenciar qué términos eran señalados el mayor número de veces. Después se indagó cómo se distribuían los términos por sector social, edad y sexo, y se comparó adicionalmente lo que cada sexo atribuye al otro.

“En primer lugar, se encontró que todos los participantes en la encuesta señalaron ciertas zonas corporales para determinados términos, y que a pesar de las diferencias, el concentrado de frecuencias se agrupó en las mismas zonas del cuerpo; asimismo, se identificaron zonas corporales cuya significación aparece con mayor peso que otras en lo que respecta a los términos indagados.

“También se observó que hubo una tendencia a la separación de la imagen corporal en el sector medio (estudiantes), los sorprendieron, tanto que los sectores medios presentaron una tendencia a la separación mientras que el sector popular tendió a privilegiar el tórax. Es importante mencionar que para el sector popular, 19 de los términos se ubicaron en la cabeza y, efectivamente, llama la atención que otros tantos se ubiquen en el tórax.”

Como dato interesante mencionó que en todos los grupos estudiados la mitad superior del cuerpo tuvo un peso en la significación corporal frente a la mitad inferior. Otro hallazgo consistió en que la diferencia de género fue significativa aun en el mismo sector socioeconómico; las mujeres se acercaban más a la estructura simbólica del cuerpo de los sectores populares, aunque mantenían su constitución corporal.

Calificó al libro como un trabajo pionero que desemboca en un área de especialización nueva, un área de frontera entre la filosofía, la medicina, la historia, la psicología y la antropología, así como la integración de las dimensiones del cuerpo, su representación y significado, a lo que agregó: “Tenemos en las manos no sólo un estudio interesante en sí mismo, sino el esbozo de lo que constituiría un nuevo campo multidisciplinario”, concluyó.

Por su parte, el antropólogo Carlos Aguado agradeció a todas las personas que le apoyaron para hacer tangible esta obra, especialmente a la señora Lomeli y el doctor Jorge Avendaño.

“Soy de la opinión que los libros, al igual que los hijos, dejan de ser tuyos en el momento en que nacen y empiezan a tener una vida propia. Estoy contento porque veo que el niño llora.”

Comentó tener dos miedos: uno, que nadie lo lea, pero si se sabe que por lo menos dos personas lo han leído, ese miedo se desvanece. El segundo miedo es que nadie lo entienda; los comentaristas demostraron que hay posibilidades que él no ha previsto, pero la inteligencia de los presentadores demuestra que este trabajo, como un hijo, ya no es suyo.

“Desde luego, como una madre recién parida, uno comienza a sentir que el personaje principal no es uno, estoy aquí como invitado”, concluyó.

Cabe mencionar que el autor es doctor en antropología. Estudió y practicó la medicina clínica por más de veinte años; después realizó estudios de maestría y doctorado en ciencias sociales, en que investigó acerca de la identidad, la ideología y la estructura simbólica del cuerpo humano. Luego de un adiestramiento ha ejercido la práctica psicoanalítica desde hace diez años; paralelamente se desempeña como investigador y docente del Departamento de Historia y Filosofía de la Medicina.

Finalmente, el doctor Jorge Avendaño-Inestrillas, secretario y editor ejecutivo del Comité Asesor de Publicaciones de la Facultad, mencionó que más allá de la presentación formal y de los valiosos juicios vertidos por los comentaristas, la publicación de este libro señala una línea editorial que, aunque proviene de la FM, no se limita al tema médico.

Aseveró que la coedición de esta obra con el Instituto de Investigaciones Antropológicas revela, una vez más, que la medicina no es un territorio aislado de otras disciplinas, que el programa editorial así lo ha entendido y que en su catálogo, como en la realidad misma, queda evidente que otras disciplinas, como la antropología, el derecho, la historia, la filosofía y la literatura, se tocan, se enriquecen y se complementan las unas a las otras. La Facultad de Medicina cumple con ese principio y abre a sus profesores e investigadores nuevos caminos para la difusión del conocimiento, porque ésta es, finalmente, la esencia misma de la Universidad.