Gaceta Facultad de Medicina UNAM
10 febrero 2007
Facultad de Medicina UNAM


PREMIO

El reconocimiento Distinción Universidad Nacional para
Jóvenes Académicos en el área de docencia en
ciencias naturales para el investigador de la FM,
Alejandro Fernández Velasco

El investigador con algunos miembros de su equipo de trabajo

En la vida del doctor Daniel Alejandro Fernández Velasco la docencia y la investigación científica hacen de su trabajo diario un sinónimo de placer. Con su entrega, profesionalismo y entusiasmo le ha sido posible obtener uno de los máximos reconocimientos que otorga nuestra Universidad: la Distinción Universidad Nacional para Jóvenes Académicos en el área de docencia en ciencias naturales.

El acto de hacer ciencia
La investigación científica pretende la explicación de los procesos naturales. Por medio de la curiosidad, la representación y el método, busca comprender la realidad; en el caso del doctor, esa curiosidad que lo caracteriza lo ha llevado a desarrollarse a la par en la investigación y la docencia mediante un proceso conjunto.

Dentro del Departamento de Bioquímica, en el laboratorio de Fisicoquímica e Ingeniería de Proteínas, este profesor, perteneciente al Sistema Nacional de Investigadores, trabaja con el plegamiento y la asociación de proteínas.

En entrevista para este medio, precisó que le interesa el proceso en el cual estas moléculas adoptan la estructura que les permite llevar a cabo un sinfín de funciones biológicas.

Su trabajo de investigación inició durante sus estudios de posgrado en el Instituto de Fisiología Celular. Explicó que actualmente lleva a cabo varias líneas de investigación. En una de ellas, se busca determinar la estabilidad y el plegamiento de la enzima dimérica triosafosfato isomerasa, también llamada TIM, explorando la relación estructura-estabilidad en las TIM de Saccharomyces cerevisiae y Entamoeba histolytica. En esta investigación analizan, en términos energéticos, cinéticos y estructurales, los intermediarios presentes en el camino que lleva a las cadenas polipeptídicas sin estructura a formar un dímero activo, esto es, determinar la ruta de plegamiento. Mediante la caracterización fisicoquímica del patrón de plegamiento de la TIM de varias especies se busca correlacionar cambios energéticos con sus contrapartes estructurales y conocer el papel del plegamiento intramolecular e intermolecular en la formación del sitio activo.

En otra línea, trabajan en la ingeniería de la interfase de la TIM mediante evolución dirigida y diseño in silico, donde el objetivo es aumentar la participación de los aminoácidos hidrofóbicos en esta región de la proteína y determinar el efecto de estas modificaciones en la estabilidad y en las constantes cinéticas de la asociación.

Asimismo, investigan la caracterización del patrón de plegamiento del dominio variable de la cadena ligera ?VI. Las amiloidosis de cadenas ligeras son un grupo de enfermedades asociadas al plegamiento incorrecto de las inmunoglobulinas y el objetivo es estudiar el desplegamiento de ?VI inducido por urea y temperatura para caracterizar intermediarios de plegamiento y determinar su relación con el plegamiento patológico de esta proteína.

En las ciencias naturales, ser investigador implica hacerse preguntas y contestarlas mediante experimentos o construcciones teóricas. Para Fernández Velasco significa preguntarse cada día sobre aspectos particulares de las proteínas, hacer experimentos y utilizar la fisicoquímica para interpretar los resultados obtenidos: “¿Cómo se codifica la información estructural de las proteínas? ¿Cuáles son los determinantes fisicoquímicas que posibilitan a estas moléculas el llevar a cabo reacciones químicas y servir como sensores o motores?”

Pensativo, analizó y explicó que uno de los factores más interesantes es que la investigación sea interdisciplinaria, “lo que permite acercarse al problema desde diferentes perspectivas y fomentar la interacción con personas de distinta formación profesional, lo que hace más rica la investigación, convirtiéndola en un proceso integral”.

Su laboratorio, que define como “una comuna”, se compone de una gran mezcla de biólogos, bioquímicos y fisicoquímicos: “Trabajamos con gente que tiene un enfoque más biológico que nosotros y con gente que piensa mas en términos fisicoquímicos, lo que permite un espectro de teorías y de metodologías.”Hoy día, en él participan dos estudiantes de doctorado: el químico farmacobiólogo Luis M. Blancas Mejía, y el licenciado en investigación biomédica básica Luis A. Téllez Lima, ambos candidatos a doctores, así como dos colaboradores que llevan a cabo su posdoctorado: la doctora Mariana Peimbert Torres y el doctor Julio Lenin Domínguez Ramírez.

La “comuna” está formada por otros cuatro investigadores, con quienes comparte equipo y recursos, pero sobre todo la parte humana, en la que estudiantes e investigadores se enriquecen con los conocimientos y experiencia de los demás.

En el transcurso de la entrevista, en su rostro es evidente la magia que le hace permanecer en su laboratorio las 24 horas del día, en cada respuesta y explicación muestra el encanto que le merece su sitio de trabajo. Aunque sus actividades no sólo se han limitado a la Facultad de Medicina, el doctor Fernández Velasco llevó a cabo estancias de investigación en el Departamento de Bioquímica del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Universidad Federal de Río de Janeiro, Brasil, y en Estados Unidos en el Biocalorimetry Center de la Johns Hopkins University, en el Departamento de Química del City College of the City University of New York, y en el Departamento de Bioquímica de la University of Washington.

Una actividad que promueve el conocimiento: la docencia
La docencia promueve el conocimiento, en esta actividad el profesor es un factor especial; respecto a los conocimientos y a su creación, es parte importante de la construcción y acumulación de saberes. En el caso del doctor, la docencia es una actividad que lleva muchos años ejerciendo y la define como “la forma de expresarme en la sociedad; de alguna manera, la labor docente tiene que ver con servir como eslabón en la transmisión del conocimiento, he aprendido mucho de los grandes maestros que he tenido en esta Universidad, al dar clases sigo el ejemplo de esas personas que me impactaron, es tomar y continuar con la estafeta…. Igualmente importantes son los alumnos, tanto en el salón de clase como en el laboratorio, sus preguntas y su gusto por el estudio y/o el trabajo experimental son muy gratificantes. Sobre todo, participar en un proceso al cual llega la gente por sí sola, por el interés de conocer....”

Afirmó que el placer encontrado al estudiar lo motivó a iniciar el trabajo docente. En el desarrollo de este interés fue central la influencia de algunos profesores, como el doctor Juan Pablo Pardo, de la FM. “Él es una persona que conoce profundamente su tema, lo entiende y es capaz de explicarlo claramente a los demás; me gustó mucho su manera de exponer conceptos, aplicarlos y relacionarlos; siempre con gusto, con pasión… recuerdo una clase sobre el potencial químico, inició muy serio, pero a medida que transformaba las ecuaciones para construir el concepto, su semblante cambió hasta terminar con una franca sonrisa, como quien satisfecho termina de construir una gran máquina. Quedé impresionado, disipó todas mis dudas, fue una verdadera cátedra, clara y muy profunda… creo que estuve pensando todo el día en el potencial químico. Poco después me decidí a dar clases.” Éste fue el inicio de su actividad docente en la UNAM y desde entonces la ha desarrollado ininterrumpidamente.

Con igual emoción y ánimo relató que durante sus estudios cursó la licenciatura en nutrición y ciencia de los alimentos, al mismo tiempo que ingeniería química (que no concluyó), al terminar no tenía claro a qué dedicarse, ya que la industria no le gustaba tanto como para dedicar su vida profesional a esa área. Entonces pensó que podría seguir estudiando, se acercó a la UNAM y conoció al doctor Armando Gómez Puyou, quien fue su tutor en la maestría y el doctorado, evento que consideró “marcó mi vida, el doctor Puyou es un gran universitario, en el sentido más amplio de la palabra. Es un gran investigador y a la vez un ser humano cálido y accesible, convivir diariamente con este sabio cambió radicalmente mi vida… a la semana de estar en el laboratorio, después de realizar mi primer experimento independiente, me di cuenta de que eso era lo que quería hacer por el resto de mis días… encontrarme con el laboratorio alivió muchos de mis problemas existenciales”.

La vinculación entre la docencia y la investigación le ha permitido complementar ambas actividades, en la práctica docente, sus alumnos han sido tan importantes como sus propios maestros. Los define como compañeros de trabajo, con quienes establece una relación basada en la confianza.

Durante la entrevista, este joven investigador de la FM recordó que en la UNAM comenzó a dar clases de fisicoquímica en la Facultad de Ciencias, al mismo tiempo que cursaba la maestría; después impartió cátedra en el Instituto de Fisiología Celular, en los prerrequisitos para la maestría, hasta que llegó a la Facultad, donde dio clases a los grupos Núcleo de Calidad Educativa (Nuce). Actualmente imparte clases de fisicoquímica en la licenciatura en investigación biomédica básica (LIBB).

Por su carácter entusiasta también participa en un curso obligatorio de bioquímica en la maestría, y junto con un grupo de colaboradores organiza y participa en un curso de fisicoquímica de proteínas.

Por ello, el académico consideró “creo que la distinción tiene que ver un poco con todo, con la docencia, y con la formación de recursos humanos en el laboratorio”, espacio en el que se han graduado cuatro estudiantes de licenciatura (Hugo Nájera Peña, Elizabeth Gabriela Aguileta Estrada, Adrián Kornhauser Eisenbergm y David Alejandro Cisneros Armas), un alumno de maestría (Adrián Rigoberto Vázquez Pérez) y dos de doctorado (Édgar Vázquez Contreras y Hugo Nájera Peña); asimismo, están en el proceso dos estudiantes de doctorado en ciencias bioquímicas (Luis Miguel Blancas Mejía y Luis Alberto Téllez Lima).

Para Fernández Velasco, la formación de recursos humanos va seriamente ligada a la investigación, los resultados son publicados en artículos y las revisiones sobre temas especializados en libros, tal es el caso de la enciclopedia sobre coloides y propiedades de superficie, en la cual escribió un capítulo sobre las proteínas en condiciones de agua limitante, actualmente participa en un libro sobre fisicoquímica de proteínas, donde él es uno de los más de 20 autores nacionales que participan. En cuanto a textos de docencia, participó en el texto de bioquímica de Laguna que se utiliza en la FM.

Una vida llena de satisfacciones
Cuando se escucha hablar al doctor Fernández Velasco, en cada una de sus palabras se refleja el gran deleite que siente al hacer justo lo que le gusta y lo que le satisface; por una parte, la investigación ha sido su trabajo y actividad a lo largo de algunos años, acción que hoy le permite tener a su cargo a varios estudiantes que se abren paso por sí solos, en su propio laboratorio, y que son líderes en investigación en otras dependencias, pero incluso cuando día a día su trabajo y sus alumnos les dan grandes satisfacciones, él consideró que muchas son las que le ha dado el trabajo continuo. Como un gran maestro, explicó que se siente muy satisfecho cuando imparte clases: “al ver la cara de mis alumnos cuando entienden un concepto importante o cuando estamos en el laboratorio y vemos los resultados justo como los esperábamos”. También explicó la alegría que siente cuando sus alumnos se han graduado tanto de licenciatura, como de maestría o doctorado: “Me da mucha satisfacción cuando se acaba el curso de alguna materia y me doy cuenta que los alumnos dominan los temas que vimos en clase. Me satisface encontrar alumnos pasados y darme cuenta de que algunos aplican lo que aprendimos en su trabajo.”

Pero no todo es trabajo, en sus ratos libres le gusta el cine y caminar, sobre todo en Ciudad Universitaria, la sede de la institución que lo ha visto crecer como un gran baluarte y una gran promesa; por ello, explica que el amor profesado a la UNAM es porque la considera su casa: “...el lugar en el que quiero estar, y el que quiero ayudar a seguir construyendo. Trabajar en la Universidad es un gran privilegio, y en el caso de la UNAM, que es pública, implica una gran compromiso social, se dice que la UNAM es la institución educativa más importante del país y de Latinoamérica: más que el número mas alto de la lista, el reconocimiento o las estrellitas, lo importante de este sitio es que conglomera a muchas personas comprometidas en su labor. Sobre todo, la universidad está llena de gente diversa, aquí se cultivan todas las áreas, en ese sentido es un paraíso.”

Desde 1995 el doctor Fernández Velasco ingresó a la Facultad de Medicina como profesor de carrera, donde actualmente es profesor titular B de tiempo completo definitivo, y de esta dependencia dijo: “Es el centro de formación médica más importante del país, y en lo que se refiere a la educación médica es una institución que va siempre a la vanguardia.”

En general su trabajo intenso como docente se ha visto conjugado con su ardua tarea de investigador, aspectos que han dado como resultado una trayectoria congruente que lo ha señalado como un importante baluarte universitario, resultado de su trabajo diario y la labor que inició desde su formación profesional, donde obtuvo mención honorífica por sus estudios de licenciatura concluidos en la Universidad Iberoamericana; para posteriormente realizar el posgrado en investigación biomédica básica en la UNAM, donde obtuvo con mención honorífica los grados de maestro y doctor, por este último obtuvo también la Medalla Gabino Barreda.