Gaceta Facultad de Medicina UNAM
10 febrero 2007
Facultad de Medicina UNAM


KANBALAM

Cuenta la UNAM con la supercomputadora
más poderosa de México

Juan Ramón de la Fuente, rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, puso en marcha el nuevo equipo de supercómputo KanBalam. Esta supercomputadora es la más potente de México y de América Latina, con una capacidad de procesamiento superior a siete billones de operaciones aritméticas por segundo, con un mil 368 procesadores, una memoria RAM de tres mil gigabytes y un sistema de almacenamiento de 160 terabytes.

Permite a los científicos estar a la altura de los mejores del mundo y representa una herramienta formidable para que continúen con sus aportaciones en proyectos internacionales.

Asimismo, ha sido calificada como una máquina repatriadora de cerebros, porque los investigadores que permanecen en el extranjero y los que trabajan en México podrán realizar los más complejos procesos de cómputo en este avanzado equipo.

Ubicada en Ciudad Universitaria y mediante la Dirección General de Cómputo Académico, la supercomputadora multiplica la capacidad de este organismo y la infraestructura que la UNAM pone al servicio de México. KanBalam, nombrada así en honor a un matemático maya reconocido por la precisión de sus cálculos con el dominio del tiempo, es siete mil veces más potente que la primera supercomputadora de la UNAM, la CRAY-YMP, que data de 1991, y 79 veces más poderosa en cálculo que el equipo Alpha-Server SC45, adquirido en 2003.

En el ámbito internacional es la número 126 en la clasificación de las 500 super-computadoras más rápidas en el mundo; la 44 en cuanto a sitios académicos y la 28 respecto de las instaladas en universidades.

El titular de Cómputo Académico, Alejandro Pisanty, informó que con esta herramienta se atienden necesidades de la comunidad universitaria al actualizar las capacidades de cálculo que requiere para participar en el ámbito global del quehacer científico de manera competitiva y equilibrada.

El supercómputo es utilizado para investigaciones en áreas como astrofísica, física de partículas, química cuántica, estudios de clima y contaminación, ingeniería sísmica, geología, y ciencias biológicas y de materiales, entre otras disciplinas.

Entre sus múltiples aplicaciones destacan: la simulación numérica de fluidos astrofísicos, el efecto de un sismo en una presa, la propagación de ondas sísmicas, y la reconstrucción, a partir de su primera estructura del virus del dengue.