Medalla Justo Sierra al Mérito
Universitario
El Consejo Universitario aprobó, previa resolución de la Comisión del Mérito Universitario, la propuesta presentada por el Consejo Técnico de la Facultad de Medicina para otorgar la medalla “Justo Sierra al Mérito Universitario” al doctor Félix Córdoba Alva, profesor e investigador de esta dependencia universitaria, por su sobresaliente trayectoria de más de cuarenta años como docente, y reconocido por la calidad de cátedras de bioquímica e inmunología a nivel licenciatura y posgrado en la Facultad.
Cabe destacar que el doctor Córdoba Alva fue pionero en la publicación de artículos de investigación en medios especializados de prestigio, cuando en México no se publicaba habitualmente en este tipo de revistas. Se le considera por muchos de sus pares como el primer promotor de la inmunología en México, difusor excelso de la vasta labor de investigación que se realiza en la UNAM, así como promotor de la fundación de dos centros de investigaciones biológicas, uno en Baja California y otro en Oaxaca. Por todo ello, el pasado 26 de enero la comunidad médica de la FM, encabezada por el doctor José Narro Robles, director de la misma, se reunió en el auditorio “Dr. Alberto Guevara Rojas” para llevar a cabo la ceremonia de entrega de la medalla que lleva el nombre del fundador de la Universidad Nacional al doctor Félix Córdoba. “La medalla y el diploma se entrega de conformidad con lo que se señala en el Reglamento de Reconocimiento al Mérito Universitario a profesores que se hayan distinguido por una relevante y fecunda labor académica en el campo de la investigación y de la docencia durante varios años, y eso es lo que ha hecho el doctor Félix Córdoba”, expresó el doctor Narro Robles, momentos antes de condecorar al médico cirujano egresado de esta Facultad en 1951. Además de demostrar calidad, creatividad y originalidad en las aportaciones académicas, Félix Córdoba es de los universitarios pioneros cuando no se estilaba mucho reconocer las revistas de alto impacto, que recogían el pensamiento académico, el conocimiento original; en aquella época, hace 40 años, el doctor Córdoba se daba a la tarea de dar a conocer en esas publicaciones, dijo el doctor Narro. “Como desde hace más de cuatro décadas, de manera constante, se daba también a la tarea de formar recursos humanos, de enseñar lo mismo a un estudiante del pregrado que a alumnos de maestría y doctorado, de entusiasmar en la ciencia a gente joven y de discutir con esos jóvenes y con colegas y profesores, asuntos y problemas que trascendían el campo de la bioquímica”, destacó también el director de la Facultad. Ante integrantes de la mesa de honor compuesta, además de Narro Robles y Córdova Alva, por los doctores Joaquín López Bárcena, secretario general de la FM y Édgar Zenteno, jefe del Departamento de Bioquímica, el doctor Juan Arcadio Molina Guarneros, discípulo del galardonado e investigador del Departamento de Farmacología, hizo un recuento de la obra académica del doctor Córdoba, quien entre los años de 1962 y 1965 publicó cuatro trabajos de investigación, uno por año, en la revista Nature. A fines de los sesentas publicó en la revista inglesa Immunochemistry lo que se podría considerar su aportación más importante en el área de su especialidad, la inmunología. “Él demostró experimentalmente que en un mamífero se podía generar, de manera inducida, la producción de anticuerpos específicos en contra de moléculas de bajo peso, conocidas como haptenos, hecho hasta entonces desconocido, ya que se creía que la generación de anticuerpos sólo podía dirigirse en contra de proteínas. Con la llegada del primer equipo de resonancia magnética nuclear al Instituto de Química, él estudió la interacción antígeno-anticuerpo mediante esta técnica. Molina Guarneros señaló que en 1975 el maestro Córdoba fue comisionado por el doctor Guillermo Soberón, rector de la UNAM en esa época, en el esfuerzo de descentralización de la investigación científica a La Paz, Baja California Sur, donde fundó el Centro de Investigaciones Biológicas de Baja California, hoy en día Centro de Investigaciones Biológicas del Noreste (CIBNOR). En 1985 se trasladó a la ciudad de Oaxaca donde fundó, en la entonces Escuela de Medicina y Cirugía, el Centro de Investigaciones Biológicas de la Universidad Autónoma Benito Juárez de esa entidad. Con la presencia de funcionarios de la FM y de los directores de los Institutos de Química y de Fisiología Celular, el doctor Félix Córdoba agradeció el reconocimiento y rememoró su llegada a México en 1957, después de una estancia de 10 años en el extranjero al lado del doctor Michael Heidelberger, con quien escribió uno de sus primeros artículos “Cross-reactions of anti-thyphoid and anty-parathyphoid B horse sera with various polysaccharides”, publicado en 1956. Córdoba Alva comentó que el doctor José Laguna, fundador del Departamento de Bioquímica, convenció a un grupo de jóvenes, entre ellos los doctores Jesús Guzmán, Carlos del Río y el homenajeado, quienes poseían “cierta experiencia científica” en bioquímica e inmunoquímica, respectivamente, a fin de organizar dicho Departamento de la FM, “... lo cual hicimos en los siguientes 20 años. Estábamos convencidos de la necesidad de llevar a cabo investigación básica en la Facultad de Medicina con académicos de tiempo completo. En la FM había en su mayoría profesores de asignatura y al mismo tiempo se estaban conformando los Departamentos de Fisiología y Farmacología. “El espíritu que imperaba en esa época era de trabajo diario, de realizar investigación lo mejor posible. Con el mismo espíritu se trabajaba en los Departamento de Microbiología y Parasitología, Fisiología, lo mismo en Farmacología e Histología.” El doctor Córdoba indicó que no sólo en Bioquímica había profesores entonces preocupados por la academia, por estudiar mucho, por competir internacionalmente, por elaborar artículos para revistas científicas, ejemplo de ellos fue la primera publicación del Departamento de Bioquímica. Recordó además que el doctor Ignacio Chávez, rector en ese tiempo de la UNAM, fue quien promulgó el primer Estatuto de Personal Académico (EPA), que causó impacto entre los investigadores, quienes formaron la Asociación de Profesores Investigadores de Tiempo Completo de la UNAM. “El EPA, que no sabíamos cómo iba a incidir o a beneficiar, promovió asambleas entre los investigadores. La Asociación continuó hasta que vino el movimiento sindical académico. En uno de los incisos del EPA, que circulaba en la Universidad, se mencionaba que para obtener el máximo nivel académico se requería el doctorado, y muchos de los profesores no contábamos con él. “Solicitamos audiencia con el maestro Chávez, rector, y éste externó la necesidad de doctorarse fuera de la UNAM, lo que orilló a un gran número de académicos a salir a doctorarse”, concluyó. Una trayectoria prolífica El doctor Félix Córdoba Alva nació en la ciudad de México el 25 de febrero de 1926. Egresó de la Facultad de Medicina de la UNAM en 1951. Realizó estudios de posgrado en inmunoquímica en la Columbia University, en Nueva York, Estados Unidos de América, de 1954 a 1955. Además hizo un posgrado en inmunología en la Boston University, de 1956 a 1957, y uno en bioquímica en la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del Instituto Politécnico Nacional, de 1968 a 1972. En la actualidad ostenta el grado de doctor en ciencias. Desde 1962 a la fecha es profesor de tiempo completo Nivel C en la Facultad de Medicina. Fue jefe de la División de Investigación de la FM de 1971 a 1973, y jefe de la Unidad de Biología Experimental, de la misma institución, de 1970 a 1975. Fue fundador y director del Centro de Investigaciones Biológicas de Baja California Sur (CIB), con sede en la Paz, de 1975 a 1984. Jefe del Departamento de Biotecnología del mismo, de 1977 a 1984. Fue también director y fundador del Centro de Investigaciones Biológicas de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (CIB-UABJO) de 1985 a 1986. Entre las distinciones que ha recibido se encuentran el Premio Carnot que otorga la Academia Nacional de Medicina en 1970. La Medalla al Mérito Científico del Club de Rotarios de México en 1971. El Premio de Investigación Científica de la Cámara Nacional de la Industria Farmacéutica en 1972. El reconocimiento por haber sido fundador de la carrera de investigación biomédica básica en la UNAM. Medalla y libro como reconocimiento a los miembros de las Comisiones Dictaminadoras de la Facultad de Medicina de la UNAM. En 1994 obtuvo un reconocimiento al Mérito en Investigación, Ciencia y Tecnología por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt). En febrero de 1997 recibió otro reconocimiento por la organización y el apoyo a la maestría en bioquímica del Instituto Tecnológico de Oaxaca, y en noviembre de 1998 le fue otorgado otro reconocimiento por labores de coordinación del doctorado en el mismo Instituto. En mayo de 2003 recibió medalla y diploma por 45 años de servicios académicos en la UNAM. En cuanto a sociedades científicas, el ganador de la Medalla Justo Sierra es miembro de las Academias Nacional de Medicina y Mexicana de Ciencias, así como de las Sociedades Mexicana de Bioquímica, de Ciencias Fisiológicas, para el Estudio de Mamíferos Marinos, y de Inmunología; de estas dos últimas fue fundador y presidente. Además es integrante de la American Association for the Advancement of Science, de la Pacific Science Association y de The Agricultural Chemical Society of Japan. Es coautor de más de 70 artículos en revistas científicas, como Journal Experientia, Journal of Experimental Medicine, Nature, Journal of Immunologie, Glycoconjugate Journal, Preparative Biochemistry & Biotechnology, y la Revista de la Facultad de Medicina, entre otras publicaciones, así como coautor de 14 artículos en libros, y ha participado en más de 120 congresos nacionales e internacionales. Ha llevado a cabo 12 proyectos de investigación apoyados por el Conacyt y la Dirección General de Asuntos del Personal Académico (DGAPA), entre los que se encuentran “Aislamiento y purificación de lecitinas vegetales para estudios biomédicos”, y “Estudio bioquímico de 2 lecitinas de origen vegetal para modular sistemas in vitro (Zea mays y Phaseolus coccineus)”. |