SEMINARIO DE ÉTICA MÉDICA 2003
Las células troncales son una promesa terapéutica si no
se prohíbe su investigación
Las células estaminales,
troncales o células madre, tienen la capacidad de diferenciarse
en todos los tipos celulares de un organismo, se sabe que se pueden
obtener de sangre del cordón umbilical y de embriones logrados
mediante técnicas de fertilización in vitro, así
como de células adultas; por ello, su investigación
es una promesa terapéutica para muy variadas enfermedades genéticas,
lesiones secundarias o traumatismos, dijo el profesor emérito
Ruy Pérez Tamayo.
El desarrollo de la investigación de las células troncales
adultas está en la fase de descubrir su duración de
vida y si se diferencian en todos los tejidos, como las embrionarias,
explicó Pérez Tamayo durante su conferencia “Las
células estaminales y la ética”, con la que concluyó
el Seminario de Ética Médica 2003, organizado por el
Colegio de Bioética A. C. y la Facultad de Medicina, realizado
de marzo a diciembre pasados.
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Doctor Ruy Pérez
Tamayo |
Al explicar los estudios
que se han desarrollado sobre este tema, el también jefe de
la Unidad de Medicina Experimental señala que se pueden generar
células de distintos tipos a partir de las embrionarias en
cantidades industriales, dado que se producen en cultivo y se pueden
usar para tratar distintas enfermedades, como la de Alzheimer, diabetes
tipo II y padecimientos coronarios, entre otros, lo que representa
una promesa de salud, para miles de enfermos.
Sin embargo, en varios países está totalmente prohibido
este tipo de investigaciones; por ejemplo, en Estado Unidos, el presidente
George Bush propuso en su legislación que se podían
usar los fondos federales únicamente para las líneas
de investigación sobre el tema que ya existían, pero
no crear nuevas investigaciones; además, quedó prohibida
la clonación humana, que es muy distinta a la terapéutica,
al uso de las células madre.
Aunque se puede diferenciar la clonación reproductiva de la
terapéutica no se va a poder avanzar en ese conocimiento si
se prohíbe; por esa razón, en Australia, la Universidad
de Monash, con 50 millones de dólares australianos, construyó
un instituto para estudiar las células troncales y ha invitado
a todos aquellos que estén interesados en realizar estudios,
con objeto de producir tejidos e investigar y avanzar en su posible
uso terapéutico, dijo Pérez Tamayo.
Cabe mencionar que entre las posibles utilizaciones terapéuticas
obtenidas de células embrionarias que dan origen a neuronas
se podría ayudar en problemas como hemorragia cerebral, las
enfermedades de Parkinson y de Alzheimer, esclerosis múltiple
y lesiones medulares; de aquellas que dan origen a cardiomiocitos,
ayudarían en casos de infartos e insuficiencia cardiaca; las
que se diferencian en células beta del páncreas contribuirían
a la diabetes mellitus.
En otros casos, las que dan origen a condrocitos serían apoyo
para la osteoartritis y las que se diferencian en osteocitos, para
la osteoporosis. Con aquellas que dan origen a las células
sanguíneas se contribuiría a padecimientos como cáncer,
inmunodeficiencias, leucemias y enfermedades genéticas, entre
otros ejemplos de células troncales obtenidas de embriones.
La posibilidad de uso terapéutico está relacionada con
la capacidad que se permita para investigar, dijo el doctor Pérez
Tamayo; no obstante, esto también ha dado origen a problemas
éticos muy serios en diferentes países, por lo que se
han ofrecido soluciones a la cuestión de considerar al óvulo
fecundado como un ser humano en potencia; en España, los embriones
humanos no implantados se pueden usar antes de los 14 días
para obtener células troncales y realizar estudios de diferenciación
celular.
En países como Inglaterra y China el uso de embriones humanos
(preimplantación) es ilimitado; mientras que en Japón,
Canadá, y España su uso es limitado, sólo se
permite investigar aquellos embriones preparados para fertilización
in vitro; en Irlanda y Estados Unidos está prohibido, y en
Alemania y Francia su uso aún está en debate. En México,
es inminente que la ley lo prohíba, aunque todavía este
tema también está en debate; “sin embargo, y pese
a las posibilidades terapéuticas, la prohibición pone
en peligro la ayuda a miles de enfermos”, concluyó el
profesor emérito.