Gaceta
Facultad de Medicina UNAM
10 de febrero 2004


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Recital de Óscar Chávez en la FM

La gente se concentraba en el acceso principal del auditorio “Raoul Fournier” de la Facultad de Medicina con el propósito de escuchar el recital que Óscar Chávez, acompañado del Trío Los Morales, había preparado. La cita estaba pactada a las 18 horas, pero tuvieron que transcurrir otros diez minutos para que comenzara el espectáculo.
Al interior del auditorio, a media luz, el público ya abarrotaba el primer nivel del recinto y del murmullo de la muchedumbre surgió el aplauso aislado, constante, pausado, de un “fan” que pedía la presencia del artista y al cual se sumó el de los demás.

En el escenario iluminado, en primer plano, dominaba un atril de bandeja metálica acompañado de micrófono, detrás de él un banco de madera y en segundo plano tres micrófonos. La gente platicaba, reía, conversaba, pero insistía en que apareciera el trovador, el Caifán, Óscar Chávez; lo aclamaba porque había esperado mucho tiempo, más de cinco años, para poder escuchar su canto de nueva cuenta en un recinto universitario.
Al final Chávez irrumpió en el escenario con paso firme y rápido, se acomodó en aquel banco donde estaba el atril, y mientras —detrás de él— el Trío Los Morales, compuesto por Carlos, Julio y Héctor, tomaba sus puestos. Todo estaba listo. El público lanzaba estruendosos aplausos. El cantautor tomó un segundo para afinar su guitarra y agradecer la presencia de la gente. Óscar Chávez regresó, la espera terminó, estaba aquí, en la FM, en la UNAM.
Con La Mariana, Cuando salgo a los campos y Flores Negras inició el recital que entonó su metálica voz que, a pesar del tiempo, es la misma, y también su espíritu, excepto su cabello entrecano, que recogido mostraba su amplia frente, y en sus mejillas ya no sobresalen sus patillas. Algunos estudiantes, jóvenes, ancianos y mujeres hacían play back con movimiento de los labios a las melodías de su repertorio. Otros —más audaces— llegaron a la orilla del escenario para capturar con su cámara al cantante y actor de películas como Los Caifanes, de Juan Ibáñez, Rompe el alba, en la que hizo mancuerna con María Rojo, o María de mi corazón, de Jaime Humberto Hermosillo, entre otras.
Fue un repertorio de más de diez canciones integrado por boleros, corridos, canciones mexicanas y de protesta. Óscar Chávez interpretó La Llorona, La Marihuana y Hasta siempre, entre otras. El plato fuerte del intérprete de Macondo fue Siempre me alcanza la danza, canción de su autoría que integra al álbum “Chiapas”, en ella Chávez critica al gobierno sobre la solución al conflicto en el estado del sureste mexicano. “Dicen que arreglan las cosas /no es cierto, no arreglan nada / todos se avientan la bola / y la esconden en la espalda…”, “…son diálogos de papel / con palabras desgastadas / una torre de Babel /puras ideas usadas…”, generó ovación del público en su mayoría simpatizantes del EZLN, quienes conmemoraron junto al cantautor diez años del alzamiento zapatista en Chiapas.
Pero cuando interpretó Macondo, el público, de pie y con palmas, acompañó a Óscar y a Los Morales para cantar : “… Los cien años de Macondo sueñan /sueñan en el aire /y los años de Gabriel trompetas/, trompetas lo anuncian”, “…la tristeza de Aureliano el cuatro /la belleza de Remedio violines /las pasiones de Amaranta guitarras /el embrujo de Melquiades oboes…”

Para cerrar el recital, realizado el 16 de enero para conmemorar los 10 años del surgimiento del EZLN, el cantautor del álbum “No la chiflen que es cantada” interpretó Por ti, pero al terminar la canción el auditorio le exigió “la otra”, al mismo tiempo que Chávez abandonaba el escenario. La niña de Guatemala… Ausencia… El infierno es amor… Elisa, canciones que solicitaba el público, pero Chávez regresó y ofreció Un año más sin ti.
En breve entrevista con este medio el cantante expresó su gusto por regresar a un recinto universitario como el de la FM: “… aquí en la Universidad empecé a cantar, aquí en este auditorio fue donde realicé mis primeros recitales, lo mismo en el de Arquitectura, el de Economía y otros, por la década de los sesentas, y es bonito regresar al ámbito universitario.”
Al cuestionarlo sobre su postura acerca del EZLN, el trovador, en concisa respuesta, opinó: “… es un movimiento que nos puede dar una esperanza de que las cosas cambien para bien”.

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