Gaceta Facultad de Medicina UNAM
25 enero 2006
Facultad de Medicina UNAM

Bajo el mural

Trovador del canto nuevo

  • Alejandro Neri o el juglar urbano

Es un cantautor al que le gusta mezclar la nostalgia, el sentimiento y el “convivio” en un mismo escenario. En ocasiones es muy serio, al borde de las lágrimas, y de pronto se transforma en seductor, cuenta chistes colorados y logra el humorismo liberador; así es Alejandro Neri, el juglar urbano del canto nuevo.

El juglar moderno

“Me fascina que me las pidan... porque recuerden que en el pedir está el dar y a mí me fascina que me las pidan... las canciones, claro está...” Alejandro Neri causó inquietud y el público no sabía cómo reaccionar porque lo adusto de su rostro contrastaba radicalmente con sus palabras, hasta que alguien soltó la risa. El pasado 2 de diciembre nos visitó Bajo el Mural de la Facultad de Medicina, este joven trovador que nos llenó de melancolía al estilo de la trova e hizo reír con sus punzantes chistes.

Alejandro se presentó con su repertorio propio, pero con su manera de actuar igual que en un bar; con títulos en sus canciones como Añoranza, Divisiones y Sueños, entre otros, que invitaban al público a la melancolía, cuando de improviso platicaba sus andanzas: “Estas canciones me hacen recordar a una novia que tuve, una chava de unos... cómo decirles, de unos sentimientos muy grandes... a esta chava le escribía unas tarjetitas con su nombre, un corazón de marco y la clase de frasecita que me saqué de la chistera: “El mundo sería un lugar mejor para vivir, si existiera más gente como tú. ¡Gracias por existir!”

“¡Ahhhhhh!”, expresaba el público, que ya estaba en las manos del trovador. De nueva cuenta el rostro serio que sentenciaba: “...pero no me sirvió la frase absolutamente de nada, ni la tarjeta que vendían en Wal Mart, yo quería formalizar y ella no se dejaba, luego pasó lo normal, llegó un gandalla y me comió el mandado... Y le compuse esta canción Qué pasaría, que le dedico a aquellas personas que no se atreven.

En ese tenor el trovador fue llevando su espectáculo hacia donde quería, con muchas tablas, entre la risa y el llanto, entre el estupor y la carcajada, hasta el final del show, que el público agradeció y aplaudió. Además, pudo ofrecer uno de los cuatro discos que allí dedicó y tuvo respuesta, sobre todo con las damas.