Gaceta Facultad de Medicina UNAM
25 enero 2005
Facultad de Medicina UNAM

CONFERENCIA “MANUEL MARTÍNEZ BÁEZ”

Identidad y compromiso de la investigación biomédica

La Conferencia “Manuel Martínez Báez” en esta ocasión estuvo a cargo del doctor Juan Pedro Laclette San Román, director del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIBm), y se tituló “Identidad y compromiso de la investigación biomédica”. Dicha conferencia fue dictada durante la ceremonia de entrega de los Premios Bienales Funsalud 2004.

El doctor Laclette fue representante de la UNAM en el Consorcio Promotor del Instituto Nacional de Medicina Genómica. Actualmente es miembro de la Junta de Gobierno del Instituto Nacional de Pediatría, socio numerario de la Academia Nacional de Medicina y vicepresidente electo de la Academia Mexicana de Ciencias, por lo que será su presidente a partir de 2006.

El doctor Laclette, como director del IIBm, se ha preocupado por acercar los resultados de investigación a la generación de productos que beneficien a la sociedad; la vinculación academia-industria es una característica que ha impreso en el desempeño de este importante centro de investigación de nuestra máxima casa de estudios.

Durante la conferencia y después de hacer una descripción de manera ordenada, lúcida y clara de la situación nacional y mundial de la ciencia, dijo que afortunadamente el tema ya está siendo tomado en cuenta, y como muestra mencionó que en los últimos 10 años se ha discutido en dos foros internacionales donde las conclusiones principales fueron: Las ciencias básicas son el fundamento esencial para toda la investigación, que resulta en un desarrollo sustentable de largo plazo y los países deben apoyar las ciencias básicas. Las medidas propuestas para los países en desarrollo fueron: Alentar la capacidad científica y apoyar a la investigación y a la educación científica.

Dijo que el segundo foro se organizó para tratar de enfrentar el problema del apoyo público para la ciencia que está entrando en una etapa de debilitamiento a nivel mundial, a pesar de que la investigación científica y los desarrollos tecnológicos se han vuelto más necesarios que nunca para resolver los problemas más apremiantes que enfrenta la humanidad.

“La situación obliga a definir un nuevo compromiso (un nuevo contrato social) en el que los científicos se involucren con los problemas sociales y los gobiernos se comprometan al apoyo de la ciencia, pues la sociedad requiere un trabajo científico integrado en un proyecto común compatible con las necesidades sociales.”

Mencionó que el número de científicos en México es relativamente pequeño, pero afortunadamente, su formación y la calidad de su trabajo es de excelente manufactura. De hecho, “yo diría que la calidad de los científicos mexicanos, tomados individualmente, es comparable a la de sus contrapartes en el mundo desarrollado”.

Sobre el trabajo multidisciplinario que se ejerce actualmente dijo que al menos hay dos temas sustantivos que debemos revisar para configurar una forma que recompense más eficazmente la inversión que año con año la sociedad deposita en la comunidad científica.

Sobre la evaluación que se realiza al trabajo científico aseveró que el sistema actual, basado en una contabilidad de los “productos primarios”, es poco flexible y promueve el individualismo en la labor. Es decir, que favorece la ciencia disciplinaria y desfavorece la que realizan redes orientada hacia problemas. Por otra parte, no reconoce adecuadamente otros aspectos de la investigación como su pertinencia social. “Es urgente que revisemos los criterios de evaluación en las instituciones de investigación, en el Sistema Nacional de Investigadores (SNI) y en toda la estructura de premios y reconocimientos al trabajo científico para dar cabida y fomentar el trabajo multidisciplinario en redes.”

Con relación al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y respecto al tema de fomentar el trabajo multidisciplinario en redes, mencionó que la Ley de Ciencia y Tecnología, aprobada en junio de 2002, enmarca una serie de acciones actualmente en operación que indican un avance en la dirección adecuada. Sin embargo, es necesario que el fomento al trabajo multidisciplinario se refleje más claramente en la selección de los proyectos que apoya, ya que en éste y en otros fondos sectoriales, muchos colegas perciben que los recursos vienen etiquetados, aseveró.

“También corresponde al Conacyt complementar las medidas a través del Sistema Nacional de Investigadores, actualizando los criterios de evaluación.

“Vivimos en un mundo nuevo, globalizado, en donde el dominio y uso del conocimiento en cada país influye fuertemente en el nivel de bienestar de su población. Sin embargo, hay un peligro real en la reducción del apoyo a la ciencia. El gobierno desempeña un papel clave, puesto que el sector privado está generalmente más preocupado por investigaciones de corto alcance o beneficio comercial directo. El gobierno debe aplicar una visión de largo plazo y apoyar la ciencia.

“La ciencia debe ser vista como un bien público y el gobierno debe abocarse a su financiamiento como sociedad, puesto que a pesar del llamado cambio democrático, no hemos encontrado los caminos para la comunicación y el entendimiento, y para la valoración e incorporación de las necesidades de todos los sectores de la sociedad. México vive una época verdaderamente preocupante.

“Estoy convencido de que como comunidad científica y como sociedad mexicana tenemos la identidad y el compromiso para encontrar el camino de nuestro progreso científico, que convierta a la ciencia y a la tecnología en una herramienta para el desarrollo del país, incluyendo por supuesto el mejoramiento de la salud”, concluyó.

Al dar su mensaje, el ingeniero Jaime Parada Ávila, director general del Conacyt, retomó las observaciones del doctor Laclette y dijo que el tema del conocimiento y del capital intelectual en el país comienza a tener eco.

“Hace ya más de treinta años, cuando se creó el Conacyt como una institución muy prometedora, se debatía en este contexto de incomprensión y valor que tiene para la sociedad mexicana invertir justamente en el activo más valioso que tiene, que es su capital intelectual, que es el conocimiento, que es el fruto de la investigación científica y tecnológica.

Apuntó que la situación parece estar cambiando y mencionó un hecho insólito que acababa de vivir en la última conferencia nacional de gobernadores, donde se dio un voto unánime de apoyo de los 32 funcionarios para que el presupuesto de ciencia y tecnología sea mejor para el 2005 y que estan a favor de constituir un fondo de investigación.

“Veo una luz de esperanza en el hecho de que el sector privado comience a tomar conciencia de que invertir en el desarrollo tecnológico de sus productos es la única manera de sobrevivir en un mundo global y competitivito.”

Al respecto destacó la labor comprometida de Funsalud, de los empresarios que la integran, porque han entendido que para competir y hacer negocios solamente es con el capital intelectual, como se va a lograr y auguró el hecho de que los legisladores incorporen el tema a su agenda, concluyó.