Gaceta Facultad de Medicina UNAM
25 enero 2005
Facultad de Medicina UNAM

El aula “A” 302 lleva el nombre del doctor Magín Puig Solanes, destacado oftalmólogo

  • Esta aula fue remodelada y es ahora un pequeño auditorio con capacidad para 120 personas; cuenta con pantalla, cañón de proyección, plafones especiales y cortinas.

A partir del 10 de enero pasado, el aula “A” 302 de esta Faculta de Medicina lleva el nombre del doctor Magín Puig Solanes, destacado especialista en el área de la oftalmología y profesor emérito de esta Universidad, quien además, con la develación de la placa, también recibió un merecido homenaje, propiciado por la Sociedad Mexicana de Oftalmología (SMO), al otorgar recursos para la remodelación, y por la FM, que lo hizo posible con la aprobación unánime del H. Consejo Técnico.

En la gráfica, los doctores José Narro, Magín Puig, Raúl Suárez y Enrique Graue en la apertura de la Aula "A" 302

Reunidos con el maestro Puig Solanes en el espacio ubicado en el edificio “A”, tercer piso, de esta institución educativa, su esposa y sus hijos, amigos y funcionarios universitarios, el doctor José Narro Robles, director de esta Facultad, explicó que gracias al apoyo económico que proporcionó la SMO se concluyeron los trabajos de remodelación del aula “A” 302, la cual forma parte del proyecto de dignificación de espacios que la presente administración ha venido desarrollando desde sus inicios.

Más adelante señaló que, en su calidad de director, abrazó ese compromiso de remodelación, y con la propuesta del doctor Enrique Graue, jefe de la División de Estudios de Posgrado e Investigación (DEPI), antes de ocupar ese cargo, de convocar a grupos médicos para sumarse al esfuerzo de mejoría de los espacios académicos, se decidió poner en marcha, con un grupo de presidentes de algunas sociedades médicas, entre las cuales estuvo la Mexicana de Oftalmología, que generosamente hizo un donativo y la solicitud de que el aula remodelada llevara el nombre del homenajeado, petición que fue sometida a la aprobación del H. Consejo Técnico de esta Facultad.

En este orden de ideas, el doctor Raúl Suárez, presidente hasta entonces de la sociedad médica mencionada, además de agradecer la oportunidad que la FM da a sus egresados y a quienes pertenecen a la SMO de contribuir con la Universidad Nacional, expresó que el punto central es honrar al decano de la oftalmología mexicana: “La razón de este homenaje son los sentimientos de agradecimiento por sus enseñanzas, de admiración por su labor en la medicina y especialmente en la oftalmología, y de empatía con sus colegas, quienes coincidieron en que si alguien en esta Sociedad tenía ganado un lugar en la historia era el doctor Puig Solanes, ya que la oftalmología mexicana del siglo XX no puede ser concebida sin incluir su obra.

“El aula que lleva hoy su nombre tiene cien años, pues el maestro, nacido el 10 de julio de 1905 en Barcelona, España, y nacionalizado mexicano, la forjó con una vida de trabajo, entrega y dedicación constante al servicio de la medicina, por lo que su nombre en el aula se fue grabando lentamente, primero con estudio y posteriormente en la docencia”, dijo en su oportunidad el doctor Enrique Graue.

 

El doctor Puig Solanes acompañado de dos de sus hijos al finalizar el homenaje

Más adelante precisó que el doctor Magín Puig Solanes es uno de los pilares de la oftalmología mexicana, creó y fortaleció el servicio de esta especialidad en el Hospital General de México, y formó la primera residencia de posgrado en ella; en los cuarentas inició la maestría; al darle forma creó una gran escuela, y a ella se dedicó en cuerpo y alma. En esos conocimientos e investigaciones clínicas abrevaron generaciones de oftalmólogos. Fue presidente de la SMO y de la Academia Nacional de Medicina, fundó el Consejo Mexicano de Oftalmología y fue su primer presidente, como lo fue también del único Congreso Internacional de Oftalmología.

A los estudiantes presentes en el homenaje dijo que Magín Puig es un gran ejemplo, además de sus incontables contribuciones a la ciencia y a las organizaciones médicas, supo disfrutar su vida: un trabajo honrado y constante, una forma de vivir digna y sin excesos, su casa, Luisa (su esposa), sus hijos, las conversaciones con sus amigos y la soledad de sus libros, una existencia equilibrada, una salud inquebrantable y una longevidad lúcida, ése es Puig Solanes.

Antes de finalizar este merecido homenaje, el doctor Puig Solanes agradeció a quienes intervinieron para que la placa, que develó su esposa, llevara su nombre, mientras que el doctor Narro Robles enfatizaba que el maestro Magín Puig Solanes pertenece a la categoría de académicos sobresalientes, a esa categoría de maestros universitarios, de profesores por los que la Facultad de Medicina es tan grande y tan importante.

“Maestro, le agradecemos por lo que en varias décadas ha hecho en favor de la medicina mexicana, en favor de la salud de los mexicanos y en favor de la formación de numerosas generaciones de especialistas”, concluyó.