Gaceta
Facultad de Medicina UNAM
25 de enero 2004


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Seminario de Farmacología

La migraña desde los tratamientos ancestrales hasta la terapéutica antimigrañosa actual

“A lo largo de los siglos la migraña ha evolucionado de una enfermedad de causas sobrenaturales a un desorden molecular”, afirmó el doctor Carlos M. Villalón, investigador del Centro de Investigación y Estudios Avanzados, durante la última sesión del año del Seminario del Departamento de Farmacología, donde expuso el tema “La migraña desde los tratamientos ancestrales hasta la terapéutica antimigrañosa actual”.
Durante la reunión, que se llevó a cabo en el auditorio “Alberto Guevara Rojas”, el experto en serotonina definió a la migraña como un síndrome específico caracterizado por un dolor de cabeza unilateral constante y punzante, frecuentemente asociado a náusea, vómito, fotofobia y diarrea, entre otros síntomas.
“A esta serie de eventos se le llama ‘migraña común’. Algunas veces, cuando este dolor de cabeza es precedido por un fenómeno neurológico local denominado ‘aura’, seguido del dolor de cabeza descrito, se le conoce como ‘migraña clásica’.
Comentó que se han propuesto varias teorías para explicar la patogénesis de la migraña, sin embargo son dos las que tienen particular importancia: la vascular y la neurogénica. Por un lado, la primera establece que la migraña se debe a una vasodilatación extracraneal intensa, asociada a una disminución en los niveles plasmáticos de serotonina, mientras que por otro, la teoría neurogénica establece reacciones trigeminovasculares de los vasos sanguíneos de la piamadre que liberan péptidos activos, principalmente el CGRP, que producen una reacción inflamatoria estéril con dolor. “Aparentemente esto puede sonar poco común pero independientemente de la validez de estas teorías, lo que sí se sabe a la fecha es que la migraña se puede tratar con fármacos específicos y no específicos. Dentro de estos últimos destacan los antinflamatorios no esteroidales y los antieméticos, mientras que en los específicos destacan los vasoconstrictores, como los alcaloides del ergot o los triptanes.” Aclaró que esta característica de fármacos específicos y no específicos es con respecto a su capacidad para producir vasoconstricción. Los últimos no la producen y los específicos sí.

Historia sobre el intento del hombre por curar la migraña
Aseveró que existen hallazgos neolíticos (8 mil años a. C.) donde hay evidencia de que se hacía trepanación para aliviar la migraña, por supuesto sin fundamento científico, pero sí religioso. Los habitantes de este periodo suponían que al hacer una perforación en el cráneo liberaban espíritus malignos responsables del dolor de cabeza. Sorprendentemente este método se utilizó hasta el siglo XVII de nuestra era.
Posteriormente existe un papiro egipcio (año 2500 a. C) que muestra el tratamiento de la migraña mediante la atadura de un cocodrilo de barro y un vendaje, a lo que agregó: “Si reflexionamos un poco sobre el fundamento de este tratamiento podemos ver que la atadura del vendaje está produciendo compresión de las arterias extracraneales, por lo que puede servir para disminuir la intensidad del dolor de cabeza. No hubo progresos en la historia hasta el año 400 a. C., cuando Hipócrates liberó a la migraña del reino de lo sobrenatural al atribuirla al ascenso de vapores estomacales hacia la cabeza, y fue el primero en describir los síntomas.
“Su definición a lo mejor no tiene sentido, pero recuérdese el fenómeno de cruda, donde se produce vómito y hay contracciones intestinales. La persona que padece la cruda reporta que después de vomitar se atenúa el dolor de cabeza, y ello es probable porque aumentan los niveles de serotonina.”
En la era cristiana Galeno describió un dolor de cabeza que afectaba la mitad de la misma y lo denominó hemicranea, o sea, dolor en un solo lado de la cabeza, y en el siglo XVII Thomas Willis publicó su hipótesis al acuñar un término que probablemente se escriba como megrima, y que es atribuible a la vasodilatación sanguínea dentro de la cabeza.
En el siglo XIX Thomas Thompson propuso el uso de los extractos ergots para tratar la migraña, y en nuestra era se aisló la ergotamina para su uso como agente antimigrañoso. Sin embargo hasta aquí todavía no se hablaba de bases científicas que apoyaran el tratamiento de la migraña, pero en 1978, el neoyorquino Harold Wolf estableció sus bases científicas mediante la administración intravenosa de ergotamina.
A partir de estos conocimientos el investigador, especializado en Holanda, aseveró que los farmacólogos saben que los derivados del ergot son medicamentos que distan mucho de ser ideales, ya que tienen afinidad con una gama de receptores y muchos efectos secundarios.

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