El programa académico de la carrera de
médico cirujano recibió la reacreditación del Comaem
Para mantener los estándares de calidad
la vigencia es de cinco años
El 9 de diciembre pasado el Consejo Mexicano para la
Acreditación de la Educación Médica A.C. (Comaem),
por medio de su presidente, doctor Guillermo Soberón, entregó
la reacreditación al programa académico de la carrera
de médico cirujano que imparte la Facultad de Medicina de la
UNAM, razón por la cual, su director, doctor José Narro
Robles, refrendó el compromiso con la formación de sus
alumnos en pregrado y posgrado, con el desarrollo de la investigación
en diversos campos, y con la salud de los mexicanos.
El proyecto de acreditación, es decir, de supervisión
de la calidad de los programas de estudio, surgió de la Asociación
Mexicana de Facultades y Escuelas de Medicina en 1990; más tarde,
la Secretaría de Educación Pública estableció
el Consejo para la Acreditación de la Educación Superior,
con la finalidad de contar con un organismo externo encargado de vigilar
la idoneidad de los organismos acreditados en diferentes áreas
de la educación superior; asimismo, estableció el Comaem,
organismo autónomo, con la misión específica de
evaluar las escuelas de medicina, proceso que ha permitido acreditar
y reacreditar a 35 de ellas, explicó Guillermo Soberón,
antes de la entrega del documento probatorio de la evaluación
de la Facultad de Medicina.
En el acto, en el que también estuvieron presentes los profesores
eméritos Ruy Pérez Tamayo, Octavio Rivero Serrano y Enrique
Piña, así como Octavio Castillo y López, secretario
ejecutivo y tesorero del Consejo, el secretario general de la Facultad,
Joaquín López Bárcena, señaló que
por segunda ocasión el programa médico de esta institución
es acreditado; es decir, cumple con los estándares de calidad.
Además, explicó que en la FM, conscientes de esa cultura
de la certificación de individuos y de la acreditación
de instituciones, fue de las primeras en someterse a ese proceso y obtuvo
la acreditación en 1997 con vigencia de cinco años; por
ello, al término de este periodo, nuevamente reinició
el mecanismo de autoevaluación, el cual fue sometido a una comisión
evaluadora, encargada de verificar los contenidos del documento en las
propias instalaciones de la institución, y finalmente lo turnó
al Coaem, que da a conocer los resultados de la evaluación.
Cabe destacar que la certificación no ha sido un proceso obligatorio
y no tiene un respaldo legal, sin embargo, tanto los pares como otras
profesiones, y la misma sociedad, han reconocido el valor moral que
tiene este procedimiento, y por ello es considerado como un requisito
para garantizar el ejercicio adecuado de las especialidades médicas;
en este sentido, la Facultad de Medicina requiere que su planta docente
esté certificada y también que, como institución
formadora, cuente con calidad en sus programas, concluyó el secretario
general.
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