Efemérides médicas de enero
1 de enero de 1831 El gobernador de Coahuila informó a la legislatura local sobre el estado que guardaba la salubridad pública de la entidad, y señaló que a excitativa del supremo gobierno se había ejercitado toda la actividad y energía para que por todo el estado se propagara “el fluido vacuno, único preservativo conocido del contagio de las viruelas”, y que los resultados alcanzados habían sido los mejores, pues en todas partes, no obstante la resistencia de las familias pobres, que por su incredulidad y falta de juicio no querían recibir el beneficio de la vacuna, no por eso se habían resentido demasiado de la epidemia que afligió a las poblaciones de la entidad. 4 de enero de 1841 Se creó el Consejo Superior de Salubridad con el fin de ser el organismo encargado de asegurar la salud pública en el Distrito Federal. Se componía de cinco ministros titulares, siete adjuntos e indeterminado número de honorarios. Su presidente era el gobernador del Distrito Federal, y de los cinco miembros titulares, tres debían ser médicos, uno farmacéutico y el otro químico. Los primeros debían ser mayores de 35 años, tener título de profesores de medicina y cirugía, y por lo menos llevar 10 años en el ejercicio legal de la profesión en el Distrito. 7 de enero de 1579 El doctor Juan de la Fuente, en la Real y Pontificia Universidad de México, comenzó a leer por primera ocasión en la historia de la Universidad la cátedra de Prima de Medicina. 7 de enero de 1793 En la Real y Pontificia Universidad de México, en presencia del catedrático Vicente Cervantes, se realizaron, por parte de varios alumnos, los ejercicios públicos de botánica correspondientes al año. 10 de enero de 1589 El rey Felipe II, por medio de cédula real, ordenó que: “a los indios se les pueda mandar que vayan a las minas, como no sea mudando temple de que resulte daño a su salud, teniendo doctrina y justicia que les ampare, bastimentos de que poderse sustentar, buena paga de sus jornales, y hospital donde sean curados, asistidos y regalados los que se enfermasen, y que el trabajo sea templado y haya veedor que cuide de los susodichos, y en cuanto a los salarios de doctrina y justicia, sea a costa de los mineros, pues resulta en su beneficio el repartimiento de indios, y también paguen lo que pareciera necesario para la cura de los enfermos”. 10 de enero de 1866 Los naturalistas Alfonso Herrera y Lauro María Jiménez, el químico Leopoldo Río de la Loza, y los médicos Lino Ramírez y José Barragán, ingresaron en la Academia Nacional de Medicina. 11 de enero de 1933 El secretario perpetuo de la Academia Nacional de Medicina, doctor Alfonso Pruneda, presentó una iniciativa para que la corporación celebre el centenario de la fundación del Establecimiento de Ciencias Médicas en cooperación con la Facultad de Medicina. En su propuesta precisaba que debían realizarse una serie de conferencias que incluyeran una historia del Establecimiento de Ciencias Médicas y un homenaje a don Valentín Gómez Farías y a cada uno de los primeros catedráticos del Establecimiento. 13 de enero de 1933 En la ciudad de México se fundaba como asociación civil la Academia Mexicana de Cirugía; su primer presidente fue el doctor Gonzalo Castañeda. 15 de enero de 1909 El doctor Adrián de Garay publicaba en la revista La Escuela de Medicina el artículo titulado: “Nuevo procedimiento para el tratamiento de las fracturas”, que daba cuenta del moderno aparato fijador del doctor Lambotte: “una especie de férula metálica que se adapta a los miembros y sostiene unos perforadores metálicos que llegan hasta los huesos y así los sujetan y sostienen en la posición deseada”, con suficiente éxito.
En la colonia de los Arquitectos de la ciudad de México se inauguró una casa de salud para enfermos pobres, fundada por varias personas filantrópicas. 21 de enero de 1925 El presidente Plutarco Elías Calles expidió el Reglamento de Peluquerías, Salones de Peinado y Talleres de Postizos en el Distrito Federal, que entre otras cosas establecía que: “el mínimo de toallas y batas bien hervidas, lavadas y limpias y secas será de seis en los establecimientos de primera, de tres en los de segunda y de dos en los de tercera”. Y que el pelo que se empleara para confeccionar pelucas, trenzas, bigotes, barbas, casquetes y demás postizos debería ser previamente desinfectado por el servicio de desinfección del Departamento de Salubridad Pública. 27 de enero de 1838 El director del Establecimiento de Ciencias Médicas, doctor Casimiro Liceaga, en respuesta a la solicitud de las autoridades del Distrito Federal sobre que debía entregar el edificio que ocupaba la Escuela de Medicina a los integrantes de la Compañía Lancasteriana, precisaba: “El más desagradable dato para pronosticar la caída de las naciones, de su ilustración y prosperidad, hasta su más vergonzosa ignorancia, es la falta de protección de aquellas ciencias que por su relevante objeto tienden a la conservación de las sociedades... Si por otra parte la falta absoluta de recursos impide que la sabiduría del gobierno preste auxilios al Colegio de Medicina, soy de opinión que en bien del interés público, se acceda a la petición de S. E. gobernador.” 31 de enero de 1719 El coronel de infantería española, José Antonio Ortiz, marqués de Altamira y vizconde de San Antonio, y alcalde de la muy noble Ciudad de los Ángeles de Puebla, mandaba: “que como la experiencia ha mostrado los excesos que en esta ciudad cometen los médicos, cirujanos, boticarios y barberos, tanto los examinados y aprobados como los que no lo están, y ejercen dichos ministerios sin título y facultad con manifiesto daño y perjuicio de la salud pública... se notifique a los barberos no usen en manera alguna de la curación de los médicos o cirujanos, y a estos que no usen de la de los médicos, y a estos que no usen de la de los cirujanos, sino que cada cual ejerza la facultad que les confiere su título”. |