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Bioingeniería del Departamento de Cirugía,
un área de invenciones
Entrevista con el ingeniero José Jorge
García Loya
Conocimiento, creatividad e ingenio son algunas de
las cualidades que definen la personalidad del ingeniero José
Jorge García Loya, quien actualmente dirige la sección
de Bioingeniería del Departamento de Cirugía de esta Facultad,
sitio al cual llegó por primera vez hace poco más de 20
años para participar en proyectos de desarrollo tecnológico
a invitación del doctor Luis Antonio Márquez Zacarías,
académico y jefe del Departamento de Cirugía y fundador
de la sección de Bioingeniería, quien en aquel tiempo
deseaba transformar un oxigenador de acero inoxidable, útil en
cirugías de corazón abierto, a uno de policarbonato y
que, “por cierto —asegura el ingeniero— pudo terminarse”.
Ingeniero José Jorge García |
Ése fue el primer “desafío”,
como suele llamar a los proyectos en los cuales colabora García
Loya, cuya labor en el área de Bioingeniería trascendió
después del desarrollo de ese artefacto.
El ingeniero García Loya es mecánico industrial. Hizo
una especialidad de dos años (1979-1981) en control de calidad
para la industria metal mecánica en la República Federal
de Alemania. A su regreso ingresó al Instituto Politécnico
Nacional a estudiar electrónica. “La combinación
de estas dos carreras me ha ayudado a aplicar más adecuadamente
la tecnología en la innovación tecnológica”,
señala.
“Aquí en el Departamento trato de realizar cosas que no
hay en el mercado y otras las adecuo a nuestros propósitos”.
De hecho he participado en cuatro de las patentes ya otorgadas a la
FM, que son : un contador electrónico de células para
hematología, una jabonera quirúrgica, un elevador esternal
para cirugía de corazón abierto y un entrenador para cirugía
laparoscópica o de mínima invasión.
Innovaciones
Explica que colaboró en el diseño del elevador esternal
junto con el doctor Abel Archundia; éste es un aparato hecho
de acero inoxidable que sirve para elevar el esternón durante
una cirugía de corazón abierto para el implante de válvulas
cardiacas. Actualmente este instrumento se está tratando con
una compañía interesada en producirlo y venderlo. “Entonces,
el médico va viendo y diciendo qué necesidades tiene y
yo voy subsanando y adecuando todo lo que se va siendo necesario.”
Otro proyecto que desarrolló fue el entrenador para cirugía
laparoscópica que simula un tórax humano; con este aparato
se reduce el costo por utilización del equipo de laparoscopia,
como es el monitor, el insuflador, la cámara y el telescopio.
Ya que cuenta con un sistema espejos que posicionados adecuadamente
sustituyen el monitor, proyectando una imagen en dos planos, la dificultad
inicial para un médico al entrenarse en la cirugía laparoscópica
es que tiene que ver los tejidos en el monitor(imagen en dos planos),
entonces la coordinación ojos-manos y profundidad amplía
su grado de dificultad. “Este desarrollo ha tenido buenos resultados,
aquí se hicieron pruebas con pasantes de la carrera de medicina,
los pusimos a entrenar con este aparato y sus habilidades quirúrgicas
mejoraron notablemente dentro del quirófano en cirugías
con animales de experimentación”, destaca.
Contrario a lo que se pudiera pensar, el entrenador, hecho de estireno,
no necesita ninguna tecnología sofisticada, es portátil
y se puede utilizar teniendo sólo unas pinzas quirúrgicas
laparoscópicas y un tomacorriente de 125 voltios. “La idea
que tiene el jefe del Departamento Cirugía es la de ofrecer el
curso y a la vez que cada alumno pueda adquirir su propio entrenador.
Lo que hace falta es ver quién lo va a producir, pero como ya
está en proceso de patente y no hay ningún problema para
que se produzca en serie.”
Dispositivo para implante de células
El ingeniero García señala que también colaboró
dando el soporte técnico y realizando los primeros prototipos
del dispositivo para implante de células de Langerhans, proyecto
que dirigía el doctor Rafael Valdez. “La idea era hacer
un reservorio donde las células pudieran preservarse y que a
la vez las células autoinmunes del organismo no las atacaran.
Con el doctor Valdez y con el auxilio de una química fuimos ideando
un sistema que pudiera contenerlas y protegerlas”. Una de las
primeras ideas fue colocar una espiral de acero inoxidable sobre un
cilindro de teflón para que después de ser cubiertas con
colágena se formara el reservorio al quitar el cilindro de teflón.
y así evitar que murieran las células por aplastamiento
y a la vez generar vasos de neoformación para los nutrientes
de los islotes. Estos dispositivos se construyeron finalmente de teflón
y de acero inoxidable. “Este desarrollo como muchos otros implicó
encontrar los materiales adecuados e inertes de grado médico
que no fueran a causar algún daño en el paciente.”
Las jaboneras para quirófano fueron otra de las innovaciones
en las cuales trabajó el ingeniero García Loya, quien
explica: “En actualidad hay electrónicas automáticas,
que requieren de un mantenimiento costoso. Mucho antes de que salieran
estas al mercado ya había diseñado unas jaboneras mucho
mas sencillas y eficientes que las mecánicas, las cuales son
eléctricas y con muchas ventajas sobre las existentes.”
“En este Departamento contamos con dos piezas prototipo, que llevan
unos 12 años sin mantenimiento extra y siguen funcionando. El
sistema es muy sencillo: lo integra una bomba con un contenedor donde
fluye el jabón, en cambio las comerciales están dotadas
de sistemas electrónicos que fallan mucho.” Destaca que
una de las características de un buen desarrollo es la sencillez
del equipo y es de la idea de que entre más sofisticado sea,
más caro es el mantenimiento. Esta jabonera para quirófano
es otra patente que fue otorgada a la FM.
Dinámica de trabajo
El ingeniero García explica que en el Departamento de Cirugía
existe un grupo de técnicos académicos que dan apoyo a
todos los investigadores. El investigador presenta su proyecto al coordinador
y éste a su vez al jefe de departamento quienes hacen una valoración
para ver su viabilidad, y si se cuenta con los recursos y la prioridad
que tiene dentro del cuidado de la salud, después de esa valoración
se nos comunica que debemos dar apoyo al proyecto en cuestión.
Una vez que ha sido avalado el proyecto, trabajamos con el investigador
para discutir las necesidades y adecuaciones que hay que realizar para
el buen desarrollo del proyecto.
Finalmente, acerca de la actividad que desarrolla en la UNAM, el ingeniero
García Loya señala: “Quiero mucho a la Universidad
y nuestro trabajo es investigar, considero que un buen investigador
debe superar todas las barreras que se le presenten, pues yo me he valido
de las amistades o gente que conozco en el Centro de Instrumentos que
actualmente es Desarrollo Tecnológico, y gente que me ha echado
la mano para culminar estos desarrollos. Algunas veces con tal de ver
realizadas las cosas las he financiado en lo posible con mi dinero,
pero no me pesa porque veo realizados los objetivos”, afirma.
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