Gaceta Facultad de Medicina UNAM
10 diciembre 2006
Facultad de Medicina UNAM

 

El Fondo Reservado de la Biblioteca Nacional de México, una
joya para los estudiosos de la historia de la medicina

Un grupo de estudiosos tuvieron entre sus manos
textos antiguos de gran valor histórico

Un grupo de profesionales, miembros de la Sociedad Mexicana de Historia y Filosofía de la Medicina, encabezados por la doctora Martha Eugenia Rodríguez Pérez, presidenta de la misma, visitaron el Fondo Reservado de la Biblioteca Nacional de México el pasado 16 de noviembre.

Esta reunión extraordinaria estuvo a cargo y fue guiada por el maestro Miguel Ángel Castro Medina, secretario académico, la licenciada Ana María Romero Valle, jefa del Departamento de Difusión Cultural, la doctora Martha Celis, investigadora, y el maestro Liborio Villagómez Guzmán, jefe del Departamento del Fondo Reservado, todos del Instituto de Investigaciones Bibliográficas, instancia encargada de dirigir y coordinar las labores de la Biblioteca y la Hemeroteca Nacionales.

Mediante una explicación que abarcó los orígenes, las instalaciones que ha ocupado a lo largo de los años, las colecciones que custodia, así como los procesos que lleva a cabo para la organización, la identificación y el resguardo de los materiales, se ofreció una visión panorámica de la Biblioteca Nacional de México.

Se destacó que la Biblioteca Nacional resguarda la memoria bibliográfica y documental del país, y es así el máximo repositorio bibliográfico de la nación, integrado por un acervo de más de un millón doscientos cincuenta mil libros y documentos.

El acervo se organiza en las siguientes colecciones: Fondo Reservado, Colección General, Sala de Consulta, y salas especiales: Bibliografía, Fonoteca, Mapoteca Tiflológica, Videoteca e Iconoteca.

Se dio a conocer que el Fondo Reservado es el más importante de México, pues está constituido por el Acervo Antiguo, es decir, las publicaciones nacionales y extranjeras anteriores a 1917. En cuanto a las mexicanas, este acervo es sin duda alguna el más valioso de la memoria hemerográfica nacional. Entre sus colecciones: Obras Raras y Valiosas, Archivos y Manuscritos e Iconoteca, Fondo de Origen (fondo primitivo) y Colecciones Especiales.

El Fondo de Origen está compuesto por más de 95 mil volúmenes: obras impresas en su gran mayoría en Europa entre 1501 y 1821, así como documentos impresos en México; incunables (libros impresos en Europa en el siglo XV); libros raros y curiosos (ediciones de textos impresos en diversas partes del mundo, desde el siglo XVI hasta la actualidad); la Colección Lafragua, que cuenta con mil 580 volúmenes de folletería, con poco más de 24 mil piezas. En este Fondo se encuentra una amplia gama de textos médicos, donde los interesados en la historia de la medicina pueden encontrar: tratados médicos y textos de Galeno e Hipócrates, entre muchos otros, lo que la convierte en una excelente opción para la investigación en dicha área.

El Fondo Reservado se ubica en el anexo de la Biblioteca Nacional y ofrece servicio al público bajo criterios específicos por tratarse de materiales que por su valor y sus características deben tener un uso restringido. Pero en esta oportunidad los miembros de la SMHFM tuvieron acceso a la Sala Mexicana del Fondo, donde se ubican los libros impresos entre 1554 y 1910, y tuvieron acceso a algunos de ellos, verdaderas joyas históricas.

Al suprimirse la Real y Pontificia Universidad de México, sus fondos y demás bienes pasaron a constituir la Biblioteca Nacional de México. En 1867, por el decreto presidencial del 30 de noviembre, Benito Juárez estableció definitivamente la Biblioteca Nacional y destinó para su sede el templo de San Agustín. La Biblioteca abrió sus puertas el 2 de abril de 1884 con cerca de 91 mil volúmenes, incluidos manuscritos incunables (libros impresos en Europa en el siglo XV) e impresos novohispanos.

En 1914 la Biblioteca quedó vinculada a la Universidad Nacional de México, y cuando obtuvo su autonomía, en 1929, quedó como parte integrante de la UNAM. En 1967 se creó el Instituto de Investigaciones Bibliográficas para administrar y coordinar a la Biblioteca Nacional, que doce años más tarde se trasladó del antiguo templo de San Agustín a su sede actual, en el Centro Cultural Universitario.